Martinelli, el protagonista en la sombra de las elecciones panameñas
Su candidatura fue anulada por el Tribunal Electoral, tras ser condenado a casi 11 años de cárcel por blanqueo de capitales
Condenado por blanqueo de capitales, inhabilitado y asilado en la embajada de Nicaragua junto a su perro Bruno, el expresidente Ricardo Martinelli es el protagonista en la sombra de las elecciones generales que se disputarán en Panamá el domingo próximo.
Martinelli, presidente de 2009 a 2014, figuraba como favorito en las encuestas para obtener un segundo mandato, pero su candidatura fue anulada por el Tribunal Electoral, tras ser condenado a casi 11 años de cárcel por blanqueo de capitales.
En febrero, poco antes de que se emitiera la orden de captura, se asiló.
No obstante, siguió en campaña para promover a su sustituto, el derechista José Raúl Mulino, su exministro de Seguridad, lo que provocó que Panamá llamara a consultas a su embajador en Managua.
La protesta del gobierno panameño cayó en saco roto. Martinelli cerró la campaña de su delfín, favorito según los sondeos, con un mensaje en video proyectado en el mitin.
"Nada me hubiera hecho más feliz que ser tu presidente para llevarte de nuevo dinero y prosperidad a tu bolsillo", pero Mulino "continuará mi legado del cambio para que el progreso llegue a todos", dijo, desatando la ovación de sus seguidores.
"El loco"
Sus simpatizantes, que lo llaman "El loco", hacen caso omiso a los líos judiciales de Martinelli, y defienden que en su gobierno la economía, impulsada por grandes obras de infraestructura, como la ampliación del canal de Panamá y la primera línea de metro, estaba mejor.
Algunos incluso lo justifican: "Robó, pero hizo".
Martinelli "habla y actúa como el panameño de a pie, el menos educado, el de la picaresca perpetua, se ven reflejados en él", afirma a la AFP Lina Vega, presidenta de Transparencia Internacional en Panamá.
"Es evidente que el gran apoyo popular que tiene se ha trasladado a la candidatura de Mulino", añade.
La sombra de Martinelli planea sobre el propio desenlace de las elecciones. En vísperas de la votación, la justicia analiza una impugnación de la candidatura de Mulino porque no fue elegido en primarias ni tiene candidato a vicepresidente.
Martinelli, de 72 años, "condiciona mucho las elecciones y el posicionamiento de los distintos candidatos", dice a la AFP Claire Nevache, investigadora del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales de Panamá.
Los aspirantes se presentaban "como los candidatos anticorrupción para tratar de posicionarse como los anti-Martinelli", pero ahora "tenemos candidatos hablándonos con un vocabulario propio" del exmandatario, agregó.
El "asilado Bruno"
Una de las principales armas de Martinelli son las redes sociales. En su cuenta en Instagram, con unos 720.000 seguidores, ha compartido desde la embajada nicaragüense videos y selfis tumbado en una hamaca, haciendo ejercicios, comiendo y hasta siendo atendido por el dentista.
Aparece también junto a su perro, un yorkshire terrier, que se llevó a la embajada. El "asilado Bruno", como lo denomina Martinelli, también tiene su cuenta en esta red social, con más de 16,000 seguidores.
"Tanto Bruno como yo les damos las gracias a todos los que de una forma u otra nos atacan a diario, nos persiguen, nos difaman porque están haciendo esta campaña divertida y barata", sostiene en uno de los videos junto al perro, al que besa y abraza.
El exgobernante, quien dice sufrir "persecución política" para evitar que vuelva a gobernar, lanza discursos populistas contra la política tradicional y los poderosos, aunque él sea un magnate dueño de una cadena de supermercados.
"Ha logrado burlarse"
Tras salir del gobierno en 2014, Martinelli se juramentó en el Parlamento Centroamericano, pese a que había dicho que era una "cueva de ladrones" donde los expresidentes de la región buscan inmunidad.
En 2015, se instaló en una villa lujosa en Miami, hasta que en 2018 fue extraditado a Panamá, donde fue enviado a la misma cárcel en la que pasó sus últimos años el exdictador Manuel Antonio Noriega.
En Panamá enfrentó un juicio por espionaje político, que hubo que repetir y del que fue absuelto en 2021. Para celebrarlo cantó, junto a un mariachi, la famosa canción "El Rey", del mexicano Vicente Fernández.
También está imputado por recibir presuntamente comisiones de la constructora brasileña Odebrecht, un caso por el que dos de sus hijos cumplieron condena en Estados Unidos, país que ha prohibido la entrada al expresidente y a su familia directa.
"Ha logrado burlarse de todos una y otra vez", lamenta Vega.