Unos 18 opositores de Daniel Ortega fueron detenidos en los últimos 3 días en Nicaragua
Del total de detenidos, 13 son hombres, 4 mujeres y una mujer trans, según la la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
Al menos 18 nicaragüenses, en su mayoría opositores y críticos con el Gobierno que preside Daniel Ortega, fueron detenidos en los últimos 3 días en diferentes municipios del país centroamericano, y acusados por delitos considerados "traición a la patria", según un informe divulgado este lunes por el denominado Monitoreo Azul y Blanco.
"Continúa la persecución política y el hostigamiento en Nicaragua. Se reportan 18 detenciones arbitrarias" en 8 de los 15 departamentos del país y en las 2 regiones autónomas, entre ellos estudiantes y profesionales independientes, indicó el Monitoreo Azul y Blanco, cuyos reportes son avalados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Del total de detenidos, 13 son hombres, 4 mujeres y una mujer trans, puntualizó.
Tras haber sido arrestadas, "las personas injustamente detenidas fueron liberadas horas después, luego del proceso de acusación, amenazas y con la medida de presentarse diariamente a firmar a la delegación policial más cercana", según el informe.
El miércoles de la semana pasada, las autoridades nicaragüenses detuvieron, acusaron y liberaron condicionalmente a unos 57 opositores y críticos con el Gobierno de Ortega, según denunciaron familiares de los afectados, organismos de derechos humanos y abogados defensores, que, al principio, contabilizaron más de 30 detenidos.
Al igual que el grupo de 18, esas personas fueron detenidas en sus casas durante una redada ejecutada por la Policía Nacional en los diferentes municipios de Nicaragua, y acusadas horas después de los delitos de conspiración para el menoscabo de la integridad nacional y propagación de noticias falsas.
Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, que se ha acentuado tras las controvertidas elecciones generales del 7 de noviembre de 2021, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto a su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión o en el exilio.