Jair Bolsonaro alimenta dudas sobre sistema electoral brasileño
Dijo que las máquinas usadas desde hace un cuarto de siglo se prestan a fraudes
A tan solo un mes de las elecciones de Brasil, el presidente Jair Bolsonaro alimenta las preocupaciones acerca del voto electrónico. Viene diciendo desde hace tiempo que las máquinas usadas desde hace un cuarto de siglo se prestan a fraudes, aunque reconoció el año pasado que no tenía pruebas de irregularidades.
Las autoridades electorales dicen que el sistema ha sido probado rigurosamente y algunos detractores de Bolsonaro afirman que puede estar preparando el terreno para tratar de aferrarse al poder en caso de salir perdiendo en la votación, igual que hizo el presidente estadounidense Donald Trump, a quien Bolsonaro admira.
Vistazo al sistema electoral brasileño:
¿Por qué se usa un sistema electrónico?
Se empezó a emplear un sistema electrónico para combatir un historial de fraudes. En el pasado, las urnas llegaban a los centros de votación llenas de papeletas. Otras eran robadas y se falsificaba rutinariamente muchas boletas, según las autoridades electorales.
Las máquinas empezaron a usarse en 1996. Cuatro años después debutaron en elecciones nacionales. Hasta ahora no se ha detectado fraude significativo alguno y se conocen los resultados en cuestión de horas.
¿Qué tan común es al voto electrónico?
Más de dos docenas de países usan algún tipo de sistema electrónico, según el Instituto Para la Democracia y la Asistencia Electoral. El 80% de las naciones, no obstante, no lo usa y en la mayoría de las democracias avanzadas se emplean papeletas.
¿Cómo se revisa la votación en Brasil?
Las autoridades electorales dicen que el equipo empleado es revisado para garantizar su confiabilidad antes, durante y después de la votación. Los votos de cada máquina pueden ser corroborados con los recuentos generales después de la votación.
Siempre es posible que haya manipulaciones, admiten las autoridades, pero hasta ahora nunca nadie ha alterado los códigos fuentes ni los resultados.
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Señalan que los riesgos son menores todavía porque el equipo no está conectado a la internet y la información es transmitida a través de sistemas internos, que dejan de funcionar si se detectan alteraciones.
Una docena de instituciones, incluidas la policía, los militares, fiscales y universidades, aceptaron una invitación de la comisión electoral para que auditen las elecciones. Durante un ensayo de tres días en mayo, unos 20 expertos trataron de penetrar el sistema, sin conseguirlo.
¿Cuándo empezaron las denuncias de fraude?
En 1993, Bolsonaro, por entonces legislador, se quejó ante los militares de que la votación con papeletas estaba arreglada y habló a favor de la digitalización. Cuando se implementó un sistema electrónico, sin embargo, fue uno de sus principales detractores.
¿Qué evidencia tiene Bolsonaro?
Tras ganar la presidencia en una segunda vuelta en el 2018, Bolsonaro sostuvo que un fraude electoral le había impedido ganar en la primera.
Durante meses prometió presentar pruebas de un fraude, pero nunca lo hizo y el año pasado admitió que no había forma de comprobar si había habido un fraude o no.
El Departamento de Estado estadounidense dijo que el sistema electoral y las instituciones democráticas brasileñas eran “un ejemplo para el mundo”.
De todos modos, en las redes sociales se ha propagado la idea de que el sistema electoral no es confiable, sobre todo entre los adeptos al presidente, en un fenómeno parecido al que se da en Estados Unidos, donde Trump dice que le robaron las últimas elecciones.
¿Cuál es el papel de los militares?
Bolsonaro, un ex capitán del ejército que llenó de militares su gobierno, quiere expandir el papel de los militares en las elecciones. Los militares fueron invitados a participar en una comisión formada para garantizar la transparencia y proponer reformas. En esa comisión, el ministro de defensa Paulo Sérgio Nogueira repitió algunas de las denuncias de Bolsonaro, lo que generó preocupación de que las fuerzas armadas --que gobernaron de 1964 a 1985-- estén pasándose de la raya y prestándose a una campaña antidemocrática.
Este año, Bolsonaro dijo que las fuerzas armadas “no se limitarán a dar automáticamente el visto bueno al proceso electoral o a participar como espectadoras”. Dio a entender que los militares podrían hacer un recuento paralelo de votos. El ministerio de defensa envió decenas de preguntas y sugerencias a las autoridades electorales.
La semana pasada el ministerio reconoció que se habían realizado exitosos ensayos del sistema electrónico y el presidente de la autoridad electoral, Alexandre de Moraes, aceptó una propuesta del ministerio de poner a prueba el equipo usando datos biométricos. Los votantes son identificados a partir de sus huellas digitales y de fotos. No está claro si se podría implementar un sistema de ese tipo a tiempo para los comicios del 2 de octubre.
Y hay quienes dicen que los cambios de último momento pueden generar problemas.