La capital de Haití continúa sumida en una ola de violencia tras un nuevo tiroteo en Martissant
Varias familias haitianas se vieron obligadas a huir
Hombres armados han abierto fuego este lunes en Martissant, región situada en el sur de la capital de Haití, Puerto Príncipe, que está sufriendo una ola de violencia en las últimas semanas por las bandas criminales.
El jefe de la Policía Nacional de Haití (PNH), Frantz Elbé, ha reafirmado su determinación de liderar la lucha contra las bandas armadas, tal y como ha publicado la PNH en su cuenta de Twitter, que también ha señalado que, en el último semestre, se han detenido a 4.918 personas en el país latinoamericano y se han incautado 234 armas de fuego.
La agencia de noticias Alterpresse ha informado este lunes de que siete personas han muerto y varias han sido detenidas, entre el viernes y el domingo, en operativos realizados por la Policía debido a los enfrentamientos en el país.
Varias familias haitianas se vieron obligadas a huir la semana pasada de sus hogares a causa de la violencia de las pandillas '400 Mawozo' y 'Chen Mechan' ('Perros Malos'), en particular en la zona de 'Plaine de Cul de sac', en el norte y noreste de Puerto Príncipe.
Ante la escalada de violencia de las bandas armadas en Haití, los senadores estadounidenses Marco Rubio y Raphael Warnock han instado a la Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, a priorizar los esfuerzos para ayudar a estabilizar la situación de seguridad del país, en una carta dirigida al secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, a la que ha tenido acceso la agencia haitiana.
"Si no se hace nada, la salida masiva de empresas y organizaciones humanitarias estadounidenses e internacionales podría empeorar considerablemente la ya desastrosa situación económica en Haití", han alertado los dos senadores estadounidenses.
La capital de Haití vive sumida desde abril en una ola de violencia que se ha cobrado al menos 75 vidas, según datos publicados por la ONU la semana pasada. Además, unas 9.000 personas han tenido que abandonar sus hogares por la inseguridad, atribuida a enfrentamientos entre bandas.