Qué es la responsabilidad afectiva y por qué deberías tenerla en cuenta
Solo cuando somos responsables emocionalmente podemos generar vínculos sanos y duraderos
Dar amor y cuidado o buscar la libertad y descuidar al otro. ¿Qué rol ocupas tú en una relación?
El orden de dominación vigente ayudó a naturalizar que hay dos roles distintos en los vínculos tanto amorosos como amistosos y familiares. Hoy, los y las especialistas en el tema están cuestionando la forma de relacionarse actual. ¿Es saludable? ¿Realmente las personas disfrutan de estos vínculos? ¿Quién se ve beneficiado y quién sale perdiendo?
De este debate, surge el concepto de responsabilidad afectiva con el objetivo de construir vínculos afectivos más humanos y menos desiguales. Este término implica tener en cuenta las consecuencias de las acciones propias en el otro y pensar en la pareja, en un amigo o familiar antes de tomar una decisión que pueda afectarlos.
‘Esto no implica que responsabilidad afectiva nos asegure que «nadie nos dañe», «que nada nos de dolor» y «que se haga lo que queremos». Tanto como el derecho a la defensa de un acusado no es «que siempre me declaren inocente de todo acto». Son, si queremos pensarlo en la praxis, herramientas para establecer relaciones que tiendan a una mayor igualdad, en contextos profundamente desiguales; porque efectivamente, los roles de género sí nos oprimen (no importa cuánta voluntad haya por parte de un sector de la sociedad en negarlo)’, explica la doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires Magdalena López en un un artículo para el medio LatFem.
Durante una jornada de charlas en la Clínica Psicológica de la Escuela de Psicología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, la psicoanalista chilena Constanza Michelson expresó que la responsabilidad afectiva contemplaría ‘hacerse cargo de no enamorar a alguien que no se está dispuesto a amar’ y señaló que la problemática con el término es que existe una superposición del plano moral en la vida erótica.
Es difícil entonces explicar cómo se ejerce la responsabilidad afectiva. Durante la misma jornada, la psicoanalista argentina Patricia Factorovic explicó: ‘Me parece que es imposible estar totalmente en el lugar del otro, pero si creo que uno puede hacerse una pregunta. ¿Qué imagino que espera el otro de mí? Esa es la decisión personal, no podemos saber realmente qué espera el otro’.
Tal vez la solución pase por practicar la empatía y revivir la vieja frase ‘no hagas lo que no quieres que te hagan’ para empezar. Es tarea de cada uno seguir profundizando en la temática y cuestionarse sobre qué tipo de vínculos tienes y cómo desearías que fueran. La paridad es posible si se ensaya el ponerse en el lugar de la otra persona. Crear vínculos más igualitarios, donde no existan roles dominantes, te hará sentir mejor a ti y a quien comparta la vida contigo.