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Vicente Santos: “Vengo del teatro, donde se cuestiona a la sociedad”

El actor dominicano habla de su pasión por el cine y el teatro, así como de sus nuevos proyectos de interpretación

Por años Vicente Santos se ha dedicado a distintos reglones del arte y a lo largo de una carrera, que ha desarrollado tanto en República Dominicana como luego en Argentina, su deseo por crear y expresar lo ha llevado a trabajar en distintos proyectos para medios como el cine con películas como “Cocote” (2018) y “Miriam Miente” (2019), o en el teatro con obras como “La casa de Bernarda Alba”, “Sin zapatos no hay paraíso” y “Conteo Final”, la cual también dirigió. Santos continúa trabajando y creciendo como actor tanto delante de las cámaras como sobre las tablas.

¿Dónde te sientes más cómodo, ante una cámara o el público de una obra de teatro?
Me siento cómodo en las dos, disfruto y he sabido buscar mi comodidad, ya que antes me sentía incómodo frente a las cámaras, pero con el tiempo he tenido más presencia ahí, me he ido a acostumbrando y también le tomé el gusto, puedo hacer lo que sé hacer, lo que estudié. Entonces me siento muy cómodo en ambos.

¿Cuáles son los papeles que más te entusiasman como actor?
Todos. Se dice que hay algunos papeles que haces por dinero y otros por la calidad o por lo que puedas encontrar en el personaje, el guion o la historia, pero después de decir que sí ya estoy involucrado y es un reto. Si tengo que elegir, me gustan papeles como “Cocote”, que te permiten como actor profundizar, investigar y te retan sacándote de tu zona de confort y se cuestiona desde otro lugar.

“Cocote” fue una película con un elenco que estaba compuesto por actores profesionales y personas que nunca habían actuado antes, ¿qué tal fue la experiencia de participar en ese tipo de producción?
Fue buenísimo y creo que esa contaminación de actores naturales, como se les llama, y actores profesionales fue uno de los ingredientes que hizo especial a “Cocote”. En mi caso, estuve desde un principio en los castings con Nelson, porque primero buscó el personaje de Alberto ya que era quien se iba a relacionar con todos los demás miembros del elenco. De ahí yo me nutrí muchísimo de todo esto que tienen ellos, de la espontaneidad, de la comunidad donde viven y algunos que son parte de esos ritos y ceremonias mágico-religiosas. También tuve la oportunidad en “Miriam Miente” de trabajar con Dulce Rodríguez, que no es actriz, y algunos más. Me gusta mucho poder aprovechar esa experiencia.

¿Crees que películas independientes que cuestionan los problemas de nuestra sociedad, como “Miriam Miente” , para ti son un mayor desafío como actor que un proyecto más comercial?
No, al contrario, los proyectos comerciales son un desafío para mí porque me siento más cómodo. Vengo del teatro, donde uno trabaja mucho con cuestionar la sociedad y poner el dedo en la llaga, aparte de entretener. Me gusta dar visibilidad a este tipo de problemática o temas que no tratamos y esto debe tener su espacio. Me encanta ser parte de este tipo de películas.

¿Para un actor cuál es el paso más importante en el proceso de meterse en la piel de un personaje?
Aparte de las tareas propias de un actor, dígase investigación, observación, trabajo de campo, que eso es como lo básico, y todo lo que te da el guion, todo ese trabajo y ese estudio del personaje, siento que es la confianza con el director. Es muy incómodo cuando un director no confía en ti o tiene sus reservas. En “Cocote”, entre Nelson y yo hubo un nivel de complicidad e intuición que fue especial y yo me sentía con confianza y libertad para proponer y construir lo que él pensó.

¿Qué vino primero para ti: la danza o la actuación? ¿En cuál de estas disciplinas sientes una mayor libertad para expresarte como artista?
La actuación; como actor siento que puedo hacer de todo, puedo bailar, puedo cantar. La danza después se convirtió en otro lenguaje, otra forma de expresarme y una se nutre de la otra. Cada vez que vas a ver una obra mía hay un poema visual porque me gusta mucho que esté presente de una forma u otra la danza en el teatro y el teatro en la danza.

¿Qué consejos le darías a la generación actual de actores dominicanos?
Puede sonar a cliché decir “fórmense”, pero siento que es una forma de una respetarse y respetar lo que uno hace. Hay gente que tienen un talento grandísimo y puede hacer carrera sin ir a una institución, que ha pasado, pero si puedes, lo académico te da un peso y una seguridad que te evita muchas cosas. Creo que eso es la formación y después saber respetar cada momento de tu comienzo porque a veces se saltan algunas cosas.

¿Tienes planes de asumir otros proyectos como director?
En cine no he tenido la oportunidad de dirigir todavía, no sé si eso vendrá, una va aprendiendo y siento que es un lugar y un espacio muy ambicioso para mí en estos momentos, pero en teatro sí. Lo tenía un poco abandonado y este fue el año de retomarlo con “La Casa de Bernarda Alba”, “Sin zapatos no hay paraíso” y, finalmente, “Conteo Final”, en la que dirigí, produje y actué. Para el año que viene tengo varias propuestas para dirigir, entre ellas un proyecto con Judith Rodríguez en el que ella va a hacer un monólogo y yo voy a ser el director. Siento que el teatro me está llamando de nuevo y es un lugar donde me siento cómodo y contento porque es de donde salí.

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Escritor y periodista con más de 10 años de experiencia en las áreas del periodismo y escritura creativa.