Partos humanizados, la importancia de priorizar los deseos de la madre
Este tipo de partos va en contra de las cesáreas innecesarias e injustificadas
“Siempre tuve claro cómo quería que fuera mi parto. Quería traer al mundo a mi bebé de forma natural, sin epidural, con mi madre y mi esposo a mi lado. Sin embargo, ese sueño no pudo ser. Mi doctor insistió en que debía tener a mi bebé por cesárea, pese a que mi condición de salud se prestaba para un parto natural, a lo que terminé cediendo. Me siento feliz de que mi hijo llegara sano, pero hubiera preferido que fuera como yo soñaba”.
Ese es el testimonio de una madre con el que muchas otras pueden sentirse identificadas: el sublime momento de traer al mundo una vida, se vio empañado por una realidad que afecta tanto a República Dominicana como a otras naciones latinas: los partos deshumanizados, donde no se priorizan los deseos de la familia con relación a las decisiones sobre el nacimiento de un bebé.
Las cesáreas innecesarias e injustificadas son la característica principal de este tipo de partos, y en República Dominicana son bastante frecuentes. Según la sección dominicana del Colegio Americano de Ginecólogos Obstetras, de los más de 59 mil partos registrados en territorio nacional durante el 2019, cerca de 34 mil fueron a través de cesáreas, lo que representa el 58 % de los nacimientos, de los cuales más del 40 % corresponde a cesáreas innecesarias. Estas cifras sitúan al país como la nación con mayor tasa de partos por cesáreas en el mundo, seguida de Brasil en segundo lugar y Egipto, en el tercero.
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De acuerdo con la ginecóloga y obstetra Yeremy Luna, el alto porcentaje de cesáreas en el país se debe a que también las cifras de embarazo en adolescentes son elevadas y, en muchas ocasiones, al ser gestaciones de alto riesgo, terminan en este tipo de intervenciones. Ya después de una cesárea, dice, la posibilidad de un segundo nacimiento por esa misma vía es muy alto. No obstante, asegura, muchas veces los médicos toman la decisión de desembarazar vía cesárea por comodidad para ambos, incurriendo en una intervención innecesaria. “En muchas ocasiones el desembarazo lo deciden las madres, así como en otras, por no asesorarse bien, desconocen los beneficios de un parto natural”, confiesa.
Se trata, según la profesional, de una práctica definida como violencia obstétrica, una forma específica de violencia ejercida por profesionales de la salud (por lo general médicos y personal de enfermería) hacia las embarazadas, en labor de parto y el puerperio. La misma, advierte, constituye una violación a los derechos reproductivos y sexuales de las mujeres. “Es un mal ejercicio que ocurría muy a menudo antes, cuando la mujer sentía que no tenía derecho de exigir un buen trato. Y, aunque estamos en otros tiempos, todavía, lamentablemente, muchas son víctimas de este abuso por parte del personal de salud, una acción que nunca será justificada”.
La otra cara de la moneda
Ante las alarmantes cifras de violencia obstétrica es que se hace necesario promover los partos humanizados, alumbramientos en los que la madre y el bebé son los protagonistas, se respetan los sentimientos y deseos de la parturienta, hay un trato cálido para ambos y se respeta el proceso fisiológico del nacimiento. Estos están cobrando cada vez más fuerza en el ámbito mundial, según Luna, gracias al acceso a la información, pues ahora las madres han entendido la importancia de informarse sobre las mejores opciones para traer al mundo a sus criaturas.
La también especialista en colposcopía aclara que los partos respetados, como también se les conoce, no van en contra de las cesáreas, pues hay situaciones en las que esa es la única alternativa para evitar riesgos. “Es bueno saber que siempre hay excepciones, ya que existen indicaciones relativas y absolutas por lo cual se debe realizar una cesárea, como cuando está en riesgo la vida de la madre o el bebé, y la finalidad de cualquier obstetra es entregar una madre y un bebé sano”, expresa. Agrega que estos rechazan las cesáreas cuando se trata de una opción en beneficio del profesional de la salud y no de la parturienta.
Entre los beneficios que tienen este tipo de partos, Luna cita la reducción del estrés del recién nacido y la ansiedad de la madre, mejorando el vínculo afectivo entre ambos. Asimismo, contribuye a la estabilidad fisiológica del bebé, pues está científicamente comprobado que el contacto precoz piel con piel estabiliza la respiración y la oxigenación del pequeño, mantiene sus niveles de glucemia, estabiliza la presión arterial, disminuye el llanto e incrementa el estado de alerta tranquila. Según la OMS, también disminuye la presencia de síntomas depresivos post-parto y fortalece la autoestima de la madre.
¿Qué debe tomar en cuenta una pareja que quiera tener un parto respetado? A consideración de la profesional, lo más importante es informarse. “El conocimiento nos da poder, nos ayuda a determinar cuál es el médico y el lugar adecuado donde sé que podrán respetar mi decisión, mis derechos y mis creencias”, explica. A eso añade que también es importante estar consciente de cuándo no se puede llevar a cabo un parto natural a pesar de que así se desee, aunque eso no indica que no se pueda tener un desembarazo humanizado. “El plan de parto es un documento donde la madre expresa específicamente cómo quiere que sea su parto y es una herramienta fundamental que siempre deben tomar en cuenta”, apunta.
Luna es enfática al decir que en República Dominicana hay que dedicar mayores esfuerzos para promover los partos humanizados. “(Hace falta) más publicidad sobre los beneficios de dar a luz de forma natural con relación a las cesáreas, que cada padre sepa cuáles son sus derechos y que tenga el poder de elegir”, concluye.