Niños emprendedores a la vista
La actitud emprendedora puede ser desarrollada en los chicos desde temprana edad. Descubre cómo desarrollar esas habilidades que fomentarán su pequeño espíritu empresarial
Al parecer el emprendedurismo viene integrado como un chip en algunos chicos sin importar la edad o nacionalidad. Cuando Elena tenía 13 años desarrolló una habilidad extraordinaria para crear collares con piedras hermosas que vendía a las madres de sus amigas a diferentes precios. Al mes podía ingresar hasta RD$16,000 pesos, mucho más que el sueldo mínimo, y apenas estaba en octavo curso. Sabía diseñar los collares, escoger los colores, pero sobre todo tenía una destreza innata para la venta.
La fiebre de las Rainbow Looms, o pulseritas y collares tejidos con gomitas de colores colocó a más de una niña entre los siete y los diez años en el negocio de la venta de accesorios. De hecho, muchas participaron en las ferias de artesanía que se llevan a cabo en los principales centros comerciales del país, cobrando entre 35 y 50 pesos por cada pulsera.
En el 2012 el adolescente Robert Nay creó con trece años el videojuego Bubble Ball para iPhone, con más de 7 millones de descargas. Por su parte, Leanna Archer inició cuando tenía 11 años su propia línea para el cabello basada en una receta casera. Su empresa, con línea de venta en internet, factura más de medio millón de dólares al año; otro ejemplo de emprendedurismo en los Estados Unidos.
Parece que están de moda los niños emprendedores. Hace un tiempo el Wall Street Journal publicó un reportaje donde los protagonistas tenían nombre de gente grande: Jensen Bergman, Isabel Mendler... quienes como parte de un curso-taller dedicaban horas a elaborar los planes de negocios de sus nuevos proyectos. Pero no se trataba de graduandos universitarios en busca de nuevas oportunidades para hacer negocios. Jensen e Isabel son niños de ocho años cuyos padres buscaban desarrollar en ellos la chispa del emprendedurismo enrolándolos en talleres enfocados en desarrollar estas habilidades en concreto.
La idea es que mientras más pronto se empieza a enseñar a los niños las ventajas de ser sus propios jefes, mucho mejor. Por eso lo último que ofrece la entidad estadounidense Venturelab.org son campamentos para desarrollar las habilidades empresariales en los niños y jovencitos. El precio por semana ronda los US$300 y las actividades se enfocan en desarrollar habilidades manuales, analizar las posibilidades del negocio, evaluar la competitividad y establecer una estrategia de ventas.
“Así como un niño juega a ser bombero, policía, aviador o marinero, también puede jugar a ser emprendedor. Definitivamente, la semilla de la actitud emprendedora puede ser sembrada en los más pequeños de diversas maneras, primero con el ejemplo y, paralelamente, con recomendaciones y consejos de sus padres y profesores”, explica César Asiático, director ejecutivo de Junior Achievement en el país, una organización especializada en educación emprendedora y financiera para niños y jóvenes con 20 años operando en República Dominicana y filiales en Suramérica y España.
El profesional cree que el concepto de ser “emprendedor” normalmente se malinterpreta asumiendo a este como un empresario exitoso . “Sin embargo, esto sería limitar el concepto e impacto del emprendedurismo, pues la actitud emprendedora puede prosperar en cualquier ambiente, ya sea como activista social, deportista, artista o empleado”.“El emprendedor fundamentalmente es aquel que empieza una tarea y persevera superando los obstáculos que lo separan de sus objetivos”.
Quiero un hijo emprendedor
Para incentivar el deseo de crear y desarrollar el negocio propio los expertos recomiendan fomentar la creatividad y curiosidad en los niños. Otro tip consiste en ayudar a los chicos a manejar el fracaso y hacer de la actividad algo divertido para que no se sientan presionados.
Manuel y Jackelyn tienen tres hijos. Tanto él como su esposa se pueden considerar unos padres jóvenes y emprendedores, de hecho provienen de una familia con abuelos y padres que iniciaron sus propios negocios, exitosos, en distintas áreas. Pero, ¿qué hace Manuel para continuar con ese legado de emprendedurismo que tiene su familia? Reconoce que uno de sus motores fue haber visto el ejemplo de su padre y trata de replicar la misma experiencia con sus hijos.
“Poco a poco se debe ir delegando y entregando responsabilidades, al mismo tiempo hay que darles confianza para que desarrollen su potencial en el área en la que ellos se sientan más cómodos y motivarlos, sin forzarlos, para lograr que sean emprendedores en cada área... siempre con el ejemplo de ver a los padres interactuando”.
César Asiático concuerda con Manuel, y recomienda inspirar a los niños no solo con el propio ejemplo, también con el de otros. “Fundamentalmente debe ayudar al niño a crear un paradigma emprendedor y concientizarlo de que todo se puede lograr con mucho trabajo, enfoque y perseverancia. Aunque no hay ninguna garantía de que la semilla emprendedora germine, ayudar al niño a construir su propia visión de futuro inspirándolo es una forma muy positiva de incrementar estas probabilidades”.