La dieta mediterránea y su efectividad contra la disfunción eréctil
Un estudio asegura que el consumo de una dieta mediterránea se relaciona con unos niveles de testosterona más altos y un mejor rendimiento eréctil
La dieta mediterránea se asocia a mejoras en la disfunción eréctil, según una nueva investigación presentada en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología ESC 2021.
Los hombres con hipertensión tienen el doble de probabilidades de padecer disfunción eréctil. El descenso de los niveles de testosterona en la mediana edad contribuye a su aparición. Investigaciones anteriores han demostrado que la buena forma física está relacionada con una mayor supervivencia en los hombres con hipertensión, mientras que la dieta mediterránea reduce la presión arterial y previene los ataques cardíacos y los accidentes cerebrovasculares en individuos con alto riesgo cardiovascular.
Este estudio evaluó el cumplimiento de la dieta mediterránea en hombres de mediana edad con hipertensión arterial y disfunción eréctil. Este patrón dietético hace hincapié en la fruta, las verduras, los cereales integrales y el aceite de oliva, el consumo moderado de productos lácteos y la limitación de la carne roja.
A continuación, los investigadores examinaron si los hábitos dietéticos estaban relacionados con la forma física, los niveles de testosterona, el flujo sanguíneo, la rigidez arterial y el rendimiento eréctil.
En el estudio participaron 250 hombres con presión arterial alta y disfunción eréctil. La edad media era de 56 años. El consumo de la dieta mediterránea se evaluó mediante un cuestionario y los participantes recibieron una puntuación de 0 a 55, siendo los valores más altos los que indicaban una mayor adherencia. La capacidad de ejercicio se evaluó con una prueba en cinta de correr y la testosterona se midió en muestras de sangre.
En cuanto a la salud vascular, se realizó una ecocardiografía para evaluar la reserva de flujo coronario, que indica la capacidad de aumentar el flujo sanguíneo cuando es necesario. Los valores de 2 o más se consideran normales y apuntan a una mejor función vascular. Los investigadores examinaron la rigidez arterial mediante dos medidas: el índice de aumento y la presión del pulso central. Los valores más altos indican que las arterias son más rígidas, lo que se asocia con un mayor riesgo de eventos cardíacos adversos en los hombres con disfunción eréctil.
La gravedad de la disfunción eréctil se evaluó mediante el Inventario de Salud Sexual para Hombres (SHIM), que utiliza cinco preguntas sobre la capacidad eréctil para asignar una puntuación de 0 a 25, en la que los valores más altos se correlacionan con un mejor rendimiento eréctil.
Los investigadores descubrieron que los hombres con una puntuación más alta en la dieta mediterránea (por encima de 29) también tenían una mayor reserva de flujo coronario y testosterona, un mejor rendimiento eréctil (puntuación SHIM superior a 14) y una menor rigidez arterial.
Cuando se analizaron las relaciones en función de la forma física, los investigadores descubrieron que los pacientes con mayor capacidad de ejercicio (por encima de 10 MET)9 tenían una mayor reserva de flujo coronario, testosterona, puntuación de la dieta mediterránea (por encima de 25) y puntuación SHIM (por encima de 12), y menor rigidez arterial.
El autor del estudio, el doctor Athanasios Angelis, de la Universidad de Atenas (Grecia), afirma que en el estudio, “el consumo de una dieta mediterránea se relacionó con una mayor capacidad de ejercicio, unas arterias y un flujo sanguíneo más sanos, unos niveles de testosterona más altos y un mejor rendimiento eréctil”.
“Aunque no examinamos los mecanismos, parece plausible que este patrón dietético pueda mejorar la aptitud física y el rendimiento eréctil al mejorar la función de los vasos sanguíneos y limitar la caída de la testosterona que se produce en la mediana edad”, añade.
Por ello, concluye que “los resultados sugieren que la dieta mediterránea podría desempeñar un papel en el mantenimiento de varios parámetros de la salud vascular y la calidad de vida y en los hombres de mediana edad con hipertensión y disfunción eréctil”.