Inteligencia emocional: la fórmula del éxito de Diego Sosa
El economista va detrás de los números para conversar sobre los pilares de su éxito personal y profesional
Laura Yépez
El hombre detrás de las enseñanzas y las finanzas
Diego Sosa ha trabajado como coach, escritor, columnista, docente y consultor, carreras que tienen un punto en común: ayudar, enseñar y/o asesorar a personas. Al preguntarle de dónde nace esa necesidad de interactuar con y ayudar a los demás, Sosa responde: “Nunca lo había analizado de esa manera. La verdad es que de adolescente en el barrio los muchachos me pusieron un apodo: el profesor. Quizá vengo con un comportamiento sistémico de compartir conocimiento”.
Si despojamos su columna “Economía Personal” del tema central de la economía, notaríamos que en el fondo permanece una visión idealista. “Soy un idealista desde siempre”, concuerda el economista. “Cada vez aprendo más, tanto para mí, como para compartir. En todos los lugares existen los pesimistas... la mente humana es complicada; cuando no hay problemas, los fabricamos. Lucho día a día contra esa mentalidad”.
“Mi clave es no hacerme la víctima, sino tratar de ser protagonista. Es difícil para muchos; es mejor decir que otro es el culpable de lo que nos pasa y no tomar responsabilidad. Lo malo es que, si otorgo la culpa, también cedo la posibilidad de cambiar lo que no me gusta. Lo principal para mí ha sido no preguntar a otros si lo lograré, sino que entro convencido. No todo ha sido positivo, también me he herido las rodillas, pero al pararme soy más fuerte. El que cree en sí mismo solo le pregunta al que le dará consejos útiles, no al que pondrá una valla en su camino”.
A pesar de ser idealista, su visión es activa. Recientemente, en su columna abordó la mentalidad pasiva y victimizante que se esconde detrás de frases como, ‘Me dejó el avión’, exponiendo la importancia de ser proactivo y de responsabilizarse por sus decisiones y sus consecuencias. “[Esto] ha sido lo más importante. Como expliqué en la columna, vivimos pensando que el avión nos deja... él salió a la hora pautada. La responsabilidad de llegar a tiempo era mía. Muchos dirán: ‘pero fue el tránsito’; es otra excusa que no llega a ser una disculpa. Los que sí subieron al avión pasaron por el tránsito también... ¿Los dejó? Es una actitud de víctima la que no me deja subir. Si reconozco que por salir tarde no abordé, estaré mejor preparado para la próxima vez”.
El puente entre la vida personal y profesional
La inteligencia emocional se ve muy ligada al punto de vista laboral, pero en su definición más pura y simple es ‘la habilidad de reconocer los sentimientos propios y de los demás’, por lo que podría ser el punto de unión entre una vida personal y profesional exitosa. “Reconocer las emociones -y hacerlas trabajar a favor de nosotros- es uno de los principales puentes, y sí, creo que es el principal aderezo de mi éxito. Por eso les recomiendo a las empresas, a las personas y a la sociedad, entender y aplicar la inteligencia emocional en cada ámbito de la vida. Trabajo este tema por extenso en mis dos libros ‘Migomismo’”, comparte el conferencista.
Algunas de las características atribuidas a las personas con inteligencia emocional son que huyen de la monotonía y buscan alternativas, son confiables, motivan a que los demás les pidan consejos y asesoría, son firmes, siempre miran hacia adelante y les encanta aprender continuamente.
“La inteligencia emocional no se compra en una farmacia, ni es una cualidad que unos tienen y otros no. Es un conjunto de características y comportamientos que unos psicólogos determinaron que eran efectivas para tener éxito luego de analizar las características comunes de las personas exitosas. Quizá tengo algunas ventajas de fábrica, como las tienen muchos; otras las he aprendido, pulido o perfeccionado... Gracias a la inteligencia emocional he sabido lo que me ayuda y lo que no; ha sido un gran atajo”.
El fruto de la inteligencia emocional
Si vamos detrás de la cortina y quitamos los libros, la columna, las conferencias y las asesorías, los pilares irremplazables dentro de su familia son los siguientes:
-Mantener una comunicación abierta.
-Respetar a sus hijos.
-Recordar cómo pensaba cuando tenía su edad.
“Me he ganado la autoridad con estos tres pilares. Para mí no tienen menos derechos por ser niños, pero sí menos responsabilidades”.
El tema familiar será uno de los puntos que Sosa tocará en la conferencia “El hombre detrás de los números”, en Escenario 360, que abarcará el rol de la inteligencia emocional y de la capacitación en su trayectoria, desde sus raíces en el Caribe hasta llegar a Sudamérica y Europa para trabajar en una transnacional. “Estaremos hablando de mi experiencia con mis hijos de 22 y 24 años -mis mayores maestros-, desde mis pensamientos sobre la crianza hasta cómo me nutren de sus análisis y de sus conceptos nuevos en el presente”.
Al considerar el éxito, tendemos a perseguir el financiero. Sin embargo, aún cuando aborda temas de economía Sosa se posiciona desde un punto de vista personal. ¿Será que hemos perseguido nuestras metas por el carril incorrecto? ¿Se esconde el éxito financiero detrás del éxito personal? Sosa concluye que el éxito financiero es una consecuencia de dogmas propios; retener el dinero depende de creencias y acciones personales. “El dinero que se gana no es el que nos hace libres, sino el que retenemos y ponemos a trabajar para nosotros”.
Laura Yépez
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