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Elia Zenghelis, el arquitecto que rompió con la utopía

El reconocido arquitecto griego, que estuvo recientemente de visita en el país, ha sido una influencia para importantes arquitectos contemporáneos, y ha contribuido a la transformación de la docencia, en la que defiende la autonomía disciplinar.

Elia Zenghelis, uno de los docentes de arquitectura más prestigiosos del mundo, visitó recientemente el país invitado por las escuelas de Arquitectura y de Graduados de la Universidad Iberoamericana (UNIBE). El prestigioso profesional griego participó en un interesante programa de actividades que incluyó una cátedra magistral, una conferencia y un panel sobre su trayectoria profesional de 50 años.

La visita de Zenghelis fue un acontecimiento académico que atrajo tanto a estudiantes como a profesionales de la arquitectura, así como a directivos y docentes de diversas academias del país. También se sumaron al evento firmas de arquitectos locales que mantienen acuerdos de colaboración con UNIBE.

A juicio de Solange Rodríguez, coordinadora académica de la Escuela de Arquitectura de UNIBE, la experiencia educativa generada en las diferentes actividades en las que participó Zenglelis constituyó una de las lecciones más importantes del presente año en el ámbito de la arquitectura en el país.

Rodríguez aseguró que la sencillez, autenticidad y franqueza que exhibe Zenglelis al momento de presentar los proyectos hacen que "los conocimientos transmitidos por ese gran maestro contagien de entusiasmo a quienes tienen el honor de poder escucharle".

Elmer González, director de la Escuela de Arquitectura de UNIBE, por su parte, resaltó el sentido de integración de este reconocido arquitecto con los fundamentos académicos de UNIBE.



Arquitecto y docente

Elia Zenglelis, arquitecto y docente en Atenas, Grecia, se desempeña también como profesor invitado en diversas escuelas de arquitectura, como en la Graduate School of Architecture, de la Universidad de Yale; el Berlage Institute, de la Delft University of Technology, en Holanda, y la AA Architectural Association, en Londres.

En su práctica como docente ha tenido una gran influencia en importantes arquitectos contemporáneos; su papel ha sido fundamental en la transformación de la docencia en arquitectura en la que siempre ha defendido la autonomía disciplinar.

Es cofundador, con Rem Koolhaas, Zoe Zenghelis y Madelon Vriesendorp, de la Office for Metropolitan Architecture (OMA), una de las firmas más importantes del mundo, que se dedica a la arquitectura contemporánea, el urbanismo y el análisis cultural, y cuenta actualmente con oficinas en Europa, Norteamérica y Asia.

En 1987 Zenghelis se asoció con la arquitecta Eleni Gigantes, en la firma Gigantes Zenghelis Architects (GZA), con oficinas en Londres y Atenas. Sin embargo, desde 1992 se dedica casi a tiempo completo a la educación, y sólo hace contribuciones ocasionales a la GZA.

En el año 2000, recibió el Premio Annie Spink de Excelencia en la Educación por parte del Royal Institute of British Architects (RIBA).

Elia Zenghelis en el país

La Escuela de Arquitectura de UNIBE diseñó un programa de actividades en el cual Zenghelis era la figura principal, como lo fue la cátedra magistral "Representación en arquitectura", donde además participaron José Alfredo Uresti, de México, y Germán Ramírez, de Colombia.

El arquitecto griego también dictó la charla magistral "Arquitectura, naturaleza y ciudad", donde habló sobre la fundación de la firma OMA, así como de su significado, principios y la continuación de su legado hasta la actualidad. Además, fue jurado invitado en la presentación de los proyectos de investigación de la maestría de Diseño Sostenible, organiza por la Escuela de Graduados de UNIBE.

Otra actividad educativa fue el panel "Futuro en Retrospectiva: revisando una ruptura con la utopía", a cargo de los ex alumnos de Elía Zenghelis, Alfredo Uresti, Germán Ramírez, Melisa Vargas, Alex Martínez Suárez y Adolfo Despradel. Participaron también con comentarios y reflexiones Marcos Barinas, Lorena Tezanos y Marcos Blonda.



Una ruptura con la utopía

La arquitecta Melisa Vargas, como parte del panel de ex alumnos de Zenghelis, hizo algunas reflexiones en la que expuso que el complejo panorama social, económico y político de finales de los años 60 produjo la necesidad de revisar "críticamente la inocencia y el optimismo sin límites que caracterizaron la arquitectura visionaria de esa década, misma que estuvo enfocada en redimir los errores del modernismo temprano sin lograr del todo romper con muchas de sus concepciones de ciudad, arquitectura y escala".

Vargas señaló que en ese momento de crisis, de ruptura con los pasados totalitarios de Europa, del surgimiento de la cultura del consumo masivo en el que se produce una de las sinergias más importantes de la arquitectura de la segunda mitad del siglo XX en los talleres del Architectural Association de Londres, el entonces profesor Elia Zenghelis comparte aulas con el entonces estudiante de término Rem Koolhaas, quienes posteriormente hacen una alianza y nace Exodus, su primera oficina de arquitectos.

Desde esta firma, explica la arquitecta, asumen una postura alternativa y radical, y buscan reconfigurar la relación del poder y la arquitectura, cuestionando los límites entre arquitectura, literatura, arte y política con un discurso cargado de ironía en sus textos y sofisticación en sus manifestaciones gráficas.

A su juicio, desde ese momento el diseño deja de ser un sub-producto de la ideología y se convierte en ideología en sí mismo, en un proceso de pensamiento y en un discurso que abarca múltiples sentidos.

"En la búsqueda de romper con la ingenuidad y usar el pesimismo con respecto a las prácticas contemporáneas y el posible futuro de la arquitectura de una manera productiva y propositiva, se detonó una práctica profesional que modificó el espíritu del momento, al que eventualmente se unieron múltiples arquitectos de todo el mundo", sostiene.

Dijo que a partir de la experiencia en el atelier de OMA, surgen las generaciones siguientes de firmas fundadas por "ex-OMAs", que a pesar de poblar la escena arquitectónica de lenguajes y propuestas distintas, todas se caracterizan por una filosofía del cuestionamiento del estatus quo.

Vargas explicó que el encuentro estaba precisamente dirigido al análisis retrospectivo del impacto de ese momento de cambio de paradigmas y su influencia desde el debate entre la ciudad y la arquitectura, "sobre la intervención en el paisaje y las reflexiones y proyectos contemporáneos que permiten establecer un debate profundo sobre el estado del arte de la disciplina en la actualidad".

Entiende que esa revisión crítica e histórica permite precisar la crisis contemporánea de la arquitectura, y sugerir posibles alternativas desde una obra y reflexiones que ha tenido una fuerte influencia en las últimas décadas del siglo XX y en las primeras del XXI.

Un proyecto de Zeghelis para RD

En 1989 Elía Zenghelis diseñó un complejo para Las Terrenas, en Samaná, que aunque nunca fue construido, forma parte del repertorio de proyectos que este importante arquitecto ofrece como legado.

Según la revista española de arquitectura El Croquis, en el proyecto la naturaleza se aloja en el centro del solar, y se protege mediante una sólida arquitectura periférica. Todos los elementos de carácter denso y urbano -edificios, carreteras, servicios, aparcamientos- son relegados a los bordes del solar, funcionando como los límites de éste, no a la manera del muro, sino de vestíbulo permeable.

Según la reconocida revista, el terreno se encuentra separado del océano por la carretera costera y por un promontorio público. El mar se introduce en el solar mediante una excavación de una bahía artificial. Una segunda excavación contribuye a la creación del lago de agua dulce, mediante la recolección de miles de pequeñas corrientes subterráneas que atraviesan el solar procedentes de las montañas.

Por último, se lleva a cabo la excavación de un foso rectangular de 420 x8 metros -la Calle Líquida-, una piscina que, al iluminarse de noche, sirve de orientación a los aviones y helicópteros que se aproximan a la zona. Parte de la tierra excavada se reutiliza para la creación de un paisaje ondulado de colinas - la Sierra- situado en la parte trasera del solar. El resto se emplea para formar un archipiélago de islas flotantes, cada una de las cuales tiene su propio programa: canchas de tenis, terrazas, bosque, playa, bar de ostras, embarcadero y rompeolas.