El poder de la certeza en el andar de la vida
La coach Fénix Pérez responde a preguntas sobre la certeza y la importancia en los negocios y la cotidianidad
Una respuesta negativa a lo que se espera que sea positivo; o lo contrario, a veces es mejor que no saber en cuál pie se está parado. Hasta antes de la pandemia del Covid-19, la certeza y la incertidumbre figuraban como una palabra en el diccionario con poca importancia en la cotidianidad; pero con la crisis sanitaria, ambas han sido la compañera diaria de millones de personas, unas que saben qué hacer y otras que ignoran cómo manejar su propio presente y futuro.
Llegó el momento de estimular la certeza, porque en ella hay un poder que da bienestar físico y mental. Sobre ella entrevistamos a la coach de personas y empresas Fénix Pérez, quien este 1 de septiembre iniciará la parte 2 del programa “La Fuerza de la Certeza”, en miras de generar transformación en sus participantes.
¿Qué es la certeza? Es un estado de “saber” en el que desaparece la duda y el miedo. Simplemente sabes lo que debes hacer y que todo saldrá bien.
¿Es lo mismo que la fe? Se parecen, pero el término fe está relacionado históricamente a la religión, en el contexto del coaching buscamos la certeza desde un proceso neurológico científico. Por definición son lo mismo, solo que hago la distinción, atendiendo al desarrollo de mi programa que es científico y espiritual, y no religioso; aunque no entra en conflicto con ésta última.
¿En qué nos favorece la certeza? Al llegar al estado de certeza se relaja todo tu sistema nervioso lo que te permite acceder a pensamientos que cuando estas en estado de estrés jamás podrían llegar; la certeza te permite acceder a recursos que nunca antes te atreviste a acepta o a ver.
¿Cómo sacarle provecho en lo económico y vida profesional? Cuando tomas decisiones y accionas desde un estado de certeza tus decisiones se tornan beneficiosas por varias razones: tú autoestima está firme, respetas el miedo pero no dejas que él te guíe, tus antiguos pensamientos tóxicos ya no están, se han transformado en pensamientos colaboradores y objetivos, aceptas las cosas sin culpa y estás dispuesto a aceptar la mejora continua sin persistencia; por todo esto tus decisiones de dinero y de trabajo son las correctas cuando estás en un estado de esa seguridad.
¿Qué ocurre cuando nos falta? Uffff! Cuando no hay certeza, quiere decir que están gobernando el miedo, la duda y el empecinamiento. Tales estados solo pueden llevarte o mantenerte en el caos, en la incertidumbre, en ansiedad y sentimientos de baja autoestima e incapacidad; en consecuencia saboteas todos tus esfuerzos.
¿Cómo la podemos atraer a nuestra vida? Para poderlo hacer sin tener que retirarte a vivir como un monje, hay que seguir un programa de reeducación de tu sistema nervioso central y sus conexiones a través de ejercicios mentales contundentes y guiados.
¿Cuáles factores alejan la certeza de nosotros? El miedo, la duda y el empecinamiento.