El café, un mercado que no cabe en una taza
Aquí en República Dominicana las mañanas huelen a café. Pero no solo las mañanas, también las tardes y ¡hasta las noches! A cualquier hora es posible disfrutar en alguna forma de su sabor.
Glenys González
El delicioso aroma se cuela en una gran mayoría de los hogares; es una tradición, pero con el tiempo, así como han evolucionado los consumidores lo ha hecho el mercado de producción dominicano para satisfacer los nuevos gustos y exigencias, no solo locales sino también internacionales.
Según César Ros Guinot, presidente del Consejo de Denominación de Origen Café Barahona, el mercado de la producción de café ha evolucionado de manera acelerada y los procesos de elaboración han sido los más impactados.
“Ya no se usan los cafés con procesos tradicionales de lavado y secado, ahora se están haciendo cafés con otros procesos como los “mieles”, a los que llamamos “mieludos”, o los cafés naturales”, explica el experto.
En estos últimos procedimientos, la calidad del café resultante es sumamente cuidada y supervisada también en tamaño y aspecto para tener un café de exportación óptimo.
Cafecito de mi tierra
Quizás muchos no estén enterados, pero la provincia de Barahona es protagonista en esto del café. Actualmente se trabaja para la consolidación de la “Denominación de Origen”, sello que, según los expertos cafeteros, es un impulso “para que nuestro café se dignifique y de una forma institucional se garantice que lo producido en la región sea realmente de Barahona, pues, según relata Ros Guinot, existían muchos plagios de parte de productores que usaban el nombre de la región para comercializar su producto. “Con la Denominación de Origen Café de Barahona se impulsará el reconocimiento de tan aclamado producto en el mercado internacional”.
Catando al “negrito dominicano”
¿Te has preguntado qué hace al café dominicano tan particular y tan diferente a los producidos en otras partes del mundo? Por nuestra condición de isla, por estar donde estamos, casi en los límites del trópico y con el clima que tenemos, “esas condiciones nos dan un café con características muy caribeñas; son cafés con una taza muy equilibrada, noble en boca y que es muy equilibrado entre el cuerpo, el dulzor y la acidez; con un post-gusto muy prolongado”, explica Ros.
El despertar de un aroma y un sabor
Café, café café... muchas marcas han salido a relucir en los últimos años y pareciera que el dominicano toma más café que ningún otro ciudadano en el mundo. Así también se han multiplicado los coffee shop y la experiencia con la bebida se extiende más allá de un “negrito expreso” o solo. ¿Qué está pasando? Para el catador Roger Alba, propietario de Dominican Coffee Company, todo este movimiento alrededor del mundo del café es parte de la apertura de la clientela que está pidiendo nuevas cosas y buscando un cambio.
Para él, el café ha tenido un despertar en los últimos quince años en el país; “ya estamos viendo coffee shops hasta con sus tostadores propios dentro del local”, reseña. Y, según cuenta, cada día hay más personas interesadas en la calidad, y dueños de negocio aprendiendo del mundo de la cata para asegurarse ellos mismos de saber qué tipo de café quiere ofrecer en su negocio. “Eso hace que tanto la calidad como el cliente crezcan. Es como los vinos, comienzas tomando vinos normales hasta que llegas a preferir los Gran Reserva, esto mismo pasa con el café”.
Todo este auge permite la proliferación en el mercado de nuevos nombres que tratan de hacerse un espacio en el gusto del consumidor, ¿tienen estos la calidad y los requerimientos que exige el mercado actual? Alba responde: “es como en todos los mercados, hay un porcentaje que se dedica a la calidad y otro porcentaje que se dedica al comercio. Ahora, el porcentaje de la calidad va creciendo, y el de café especial anda por un crecimiento de un 8% anual”.
Glenys González
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