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Tres lecciones financieras para el inicio del año escolar

Dividamos en partes la carga financiera del mes de apertura de clases

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Tres lecciones financieras para el inicio del año escolar
En la era del conocimiento no podemos descuidar la inversión en él. (ILUSTRACIÓN: LUIGGY MORALES)

El mes de agosto de cada año escucho lamentos financieros por el inicio del año escolar. No son todos los que ponen (o pusieron en su tiempo de padres de escolares) el grito al cielo. De que para los que pagan escolaridad es un mes más caro, lo es. Todo el año hablo de este mes porque me sirve de referencia. Además, en lo financiero influye en cada uno de sus compañeros de calendario.

Hablemos ahora de algunas lecciones financieras que nos puede dejar este famoso período.

1. El que no prevé le toca restringirse: el mes de agosto se sale del presupuesto normal. Además de todo lo que gastamos cada mes, nos vemos en la obligación de comprar útiles, uniformes, etc. Como el dinero del mes nunca alcanza nos tenemos que hacer la pregunta: ¿cómo pagamos todo eso? Tendremos que echarle mano al ingreso futuro. Algunos con tarjeta de crédito, otros tomando prestado a alguien, etc. Nos toca restringir gastos para poder salir de ese mes más caro. Muchas veces debemos pagar intereses por el dinero prestado, lo que restringe los siguientes meses, y quizá el resto de la vida.

2. El que prevé no se restringe: está claro que aquel que gana suficiente o guarda cada mes una parte de lo que gastará en agosto no tendrá que pagar intereses por tomar deudas. La enseñanza de estos dos puntos es que prever sale más barato y menos estresante.

3. La educación no es un sacrificio, sino una inversión: han pasado muchos años desde que cursé la escuela y la universidad. Cada día me doy cuenta de que el tiempo que pasé en ese período y el dinero que les costó a mis padres no fueron un sacrificio... como escucho a tanta gente decir. Gracias a esos conocimientos he podido ganar dinero. Se ha multiplicado por mucho la inversión que mis padres hicieran en aquel momento.

Conclusiones: en la era del conocimiento no podemos descuidar la inversión en él. Decidimos que es tan importante que lo convertimos en una prioridad. Una vez sabido esto es hora de organizarnos para no sentirlo como un dolor. El que no previene termina pagando más. El que no recuerda le duele varias veces. El que no convierte lo vivido en experiencia, le dolerá por siempre.

Dividamos en partes la carga financiera del mes de apertura de clases. Así será más fácil y económica la inversión más importante que hacemos en la vida de los que queremos que logren más que nosotros.

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Conferencista, consultor, coach y escritor con 20 libros publicados. Dirigió por 10 años una de las empresas del Grupo Siemens en Argentina, Brasil y Alemania.