“¿Es el cereal de desayuno, una opción ligera?”
Le llamamos “cereal de desayuno” a esa gran variedad de cereales que están listos para comer, y que nos proponen una idea saludable de desayuno para niños (as) y adultos. En nuestro país, le llamamos, generalmente, ‘conflé’ por una variante de cereal de maíz (en inglés, corn flakes), utilizando ese nombre para todas sus variantes que, en su mayoría, están formulados a base de trigo.
En la consulta, identificamos la gran población de pacientes que escogen este alimento para desayunar, cenar o merendar, ya sea por practicidad, por comodidad, por hábito o preferencia. Por su relevancia en nuestra alimentación, vamos a revisar algunos puntos en torno a sus características nutricionales.
¿Se considera un alimento ‘ligero’?
Primero, debemos aclarar a lo que llamamos ligero. Si es a la sensación de que ’no lo siento pesado en el estomago’, podría ser, pues se digiere, relativamente, rápido, en la mayoría de los casos, por su falta de fibra y por la ausencia de proteínas que no dan saciedad.
Ahora bien, ligero realmente significa bajo en calorías. No es un alimento bajo en calorías, pues en una porción de media a una taza puede tener entre 200-400 calorías, dependiendo del tipo. Esto es considerado elevado, tomando en cuenta la cantidad que se tiende a consumir, mínimo 2 a 3 tazas por persona.
¿Se considera saludable?
Para responder a esta pregunta, nos enfocamos en su aporte de nutrientes. Los cereales de desayuno, comúnmente, utilizados en la población infantil, tienen una cantidad elevada de calorías, de sodio y de azúcar, siendo así bajo en fibras y proteínas. (Schwartz, 2016)
Existe, también, una variedad que ofrece un buen aporte de fibra y aceptable en proteínas, resaltando que en todos los casos, el principal componente de un cereal son los hidratos de carbono (carbohidratos).
De estos últimos, podríamos decir que un consumo moderado (una taza o menos), acompañado de otras fuentes de fibra y proteínas, podrían proveer de beneficios nutricionales, energía y saciedad.
La recomendación es revisar, adecuadamente, la etiqueta nutricional del cereal seleccionado, buscando la menor cantidad de azúcar (menos de 10-12g por porción), el mayor aporte de fibra (más de 3 gramos por porción) y el menor aporte de energía/calorías por taza (de 200 a 250 calorías). Haciendo este ejercicio es probable que noten lo difícil que es encontrar un cereal de desayuno que cumpla con estas recomendaciones y, de esta manera, podrán espaciar este alimento de sus rutinas, haciéndolo menos frecuente o menos abundante.