La agricultura sigue en Ocoa mientras corren los 100 días para dejar la siembra en Valle Nuevo
A partir de hoy el Gobierno comenzará un censo que permitirá implementar soluciones
Detrás de una empalizada en la ladera de una montaña, Antonio Henríquez se resignó a decir a sus 79 años: “¡Yo soy un pobre diablo!”. Y lanzó una carcajada, cual mofándose de su desgracia.
Él es de los agricultores en San José de Ocoa a los que el Ministerio de Medio Ambiente les dio un nuevo plazo de 100 días para que dejen de cultivar en terrenos que pertenecen al Parque Nacional Valle Nuevo. Sin embargo, continúan, y procuran llegar a un acuerdo con el Gobierno que incluya sustituir los productos de ciclo corto por frutales como aguacates (que son más rentables), maderables y pinos; de lo contrario, acudirían a los tribunales.
Pero Medio Ambiente aún no está en posición de conversar sobre la propuesta, y prefiere esperar por un censo que comenzará hoy.
Henríquez se levantó la camisa, y enseñó su delgado abdomen por el que se asomaba una sonda amarrada a la cintura del pantalón. Era la secuela de un procedimiento médico con el que no se podía excusar para dejar de trabajar y verificar cómo iban creciendo sus plantas de aguacate.
“Si hay que hacerlo (dejar de cultivar) uno lo hace, pero es con el dolor del corazón, porque ¿cómo se mantiene uno?”, dijo dentro de su parcela en el poblado La Nuez. “Tengo 40 y pico de años manteniendo mi familia de aquí. Aquí trabajamos cinco personas, hijo y pai”.
El 15 de junio pasado, el Ministerio de Medio Ambiente hizo pública la resolución 0016/2021, aprobada en abril, que refuerza la prohibición dispuesta en 2016 de cultivar y tener actividades ganaderas dentro del parque nacional.
En la disposición, se modifica un artículo de la resolución de 2016 y ahora la institución da un nuevo plazo de 100 días para cosechar, retirar los productos de ciclo corto sembrados, desmantelar las infraestructuras instaladas para producir y no comenzar nuevas siembras.
Medio Ambiente se respalda en que el Parque Nacional Juan Bautista Pérez Rancier o Valle Nuevo es parte de la Cordillera Central, donde se originan los principales ríos que irrigan el territorio nacional y garantizan la producción de alimentos, de hidroelectricidad y de agua para consumo humano. Y, de esos ríos, el Grande o del Medio, Nizao, Yuna y Tireo tienen su caudal degradado.
Es desde 1996 que Valle Nuevo ostenta la categoría de parque nacional y su territorio -de altas montañas de exuberante belleza y clima frío- está ubicado entre las provincias Monseñor Nouel, La Vega, Azua y San José de Ocoa, abarcando 910 kilómetros cuadrados. Los terrenos mayormente cultivados en la zona de amortiguamiento en Ocoa y Constanza son parcelas heredadas por ocupaciones familiares o invasiones.
En la parte norte del parque, en el municipio Constanza (61,594 habitantes al 2020) los productores dejaron de cultivar hace más de cuatro años, cuando la resolución de 2016 -emitida por el entonces ministro Francisco Domínguez Brito- otorgó un plazo de 120 días para dejar de hacer lo mismo que se dispuso ahora en 2021.
En Constanza hubo que usar la fuerza policial y militar para forzar la salida, luego de que los agricultores también se resistieran.
Para la parte sur, que corresponde a Ocoa, estaba programado el desalojo el 30 de abril de 2018. Pero cuatro días antes de esa fecha, Domínguez Brito renunció a su puesto. Lo sustituyó Ángel Estévez, quien, en cambio, en una reunión en el poblado La Horma de Ocoa, promovió el cambio de productos de ciclo corto por una producción de desarrollo agroforestal con la siembra de café, aguacate, maderables aprovechables y especies endémicas. La propuesta se parece a la que los agricultores presentaron en la actualidad al Gobierno para quedarse.
Meses después de la reunión con Estévez, la Fundación Moscoso Puello denunció que, a partir de ese encuentro, aquellos que habían abandonado el área, retornaron y se desató “una vorágine de destrucción” de los bosques, “expandiendo la frontera agrícola existente e introduciendo de nuevo dentro del parque maquinarias, equipos e insumos para su explotación que ya habían retirado en atención al plazo fijado”.
“Con nosotros ahí”
En San José de Ocoa (36,042 habitantes al 2020) hay resistencia para ejecutar el desalojo pendiente que, según los afectados, incidiría en 447 familias.
Cuando iban más de 30 días del nuevo plazo de 100 dado por Medio Ambiente, las actividades agrícolas seguían normales en la zona. Diario Libre verificó siembras de papas y habichuelas de entre 10 y 15 días de realizadas. Y los agricultores defendieron sus razones para no haberse detenido.
“Todos seguimos ahí, porque nosotros estamos en espera de la respuesta del ministro con respecto a la propuesta que nosotros tenemos”, dijo Ángel Sánchez, vocal y asesor de la Asociación de Productores Hortícolas de la Horma (Asoprohorma), que cuenta con 160 miembros, y es el gremio portavoz de los ocupantes.
“Estamos dispuestos a colaborar con el medioambiente, pero con nosotros ahí”, enfatizó Sánchez, mientras cubría su cabeza con una gorra que tenía escrita la consigna: “No desalojo, soy agricultor no invasor”.
Sentado en el área de descanso de la casa campestre que tiene en el sector El Rifle de La Horma, Sánchez recordó que la semana pasada, representantes de Asoprohorma entregaron un documento en el Palacio Nacional en el que propusieron al Gobierno eliminar la producción de ciclo corto para optar por un proyecto agroforestal que comprenda frutales y maderables, y la siembra de pino en 40,000 tareas, aunque esto suponga un desabastecimiento en el mercado local de los productos de ciclo corto que dejen de cultivarse. Adelantó que, de no aprobarse la propuesta, irían a los tribunales.
El pasado viernes, miembros de Asoprohorma se reunieron por tercera vez con el ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera, pero el funcionario dijo a Diario Libre que la propuesta del gremio aún no está en discusión, ya que se está en una etapa de diagnóstico. Antes de analizarla, prefiere interpretar los datos que arrojará un censo que se iniciará hoy en Ocoa, de tres niveles: social, de vivienda y agrícola.
“(El censo) nos va a permitir a nosotros tener mucha información para entonces estar en condiciones de buscar soluciones a los distintos problemas o situaciones que estamos enfrentando para la implementación de la resolución que establece el plan de rescate del parque nacional Valle Nuevo”, dijo Jorge Mera en una entrevista en su oficina en Santo Domingo.
El ministro indicó que en 2016 se contaron entre 60-70 casas ocupadas de forma permanente. Las viviendas tampoco el Gobierno las dejará dentro del parque nacional.
Entre aguacates y tuberías
Sánchez estima que el 70 % de las parcelas en la zona sur del parque está sembrada de aguacates. De hecho, su casa campestre está rodeada de 170 tareas con aguacate tipo hass y carla, y pino. Prefirió dejar de cultivar productos de ciclo corto como la cebolla, papas, zanahorias y repollo para migrar a esta fruta que –dijo– le permite un mejor manejo del suelo y le genera mayor beneficio por su alta demanda en el mercado internacional. Calculó que, si por 50 kilos de cebolla se ganaba RD$1,500, por la misma cantidad de aguacates consigue RD$7,410.
“Los que estamos bregando con aguacates, vivimos una vida más desahogada, más tranquila, económicamente vivimos diferente”, comentó. Sus parcelas proveen empleo a siete familias.
“Se ha querido satanizar la siembra del aguacate (con que requiere más agua)”, dijo Sánchez. “Cuando compré esta propiedad, el agua que tiene no me alcanzaba para los productos de ciclo corto (...) Cuando la siembro de aguacates, con la misma agua ahora yo mojo esta propiedad; tengo otra propiedad que ya la puedo mojar de esa misma agua”.
Contrario a esto, el ministro de Medio Ambiente afirmó que el aguacate consume mucha agua y hay que buscar una solución.
Jorge Mera precisó que la comunidad La Horma no está dentro del parque nacional y sus agricultores pueden continuar trabajando. Aunque Sánchez lo respalda, considera que sus tierras particulares están dentro del área protegida ya que el agua con que riega sus plantaciones proviene a través de tuberías conectadas desde la zona de amortiguamiento.
Así también están conectadas muchas otras parcelas de diferentes propietarios. Las tuberías bordean, cuelgan y cruzan de una ladera a otra, cual largos trapecios, para regar cultivos de papas, cebollas, tomates, aguacate, zanahorias, habichuelas..., de las que se abastece el mercado consumidor local y extranjero.
Pero Sánchez sabe que estas tuberías también deben desconectarse. En Medio Ambiente le informaron que no se van a permitir dentro de la zona de amortiguamiento.
“No veo el objetivo de tú tratar de producir más agua para tirarla al mar”, argumentó para oponerse a la resolución que busca proteger el agua que se distribuye desde el parque nacional a los ríos.
“Estamos todos acá y no estamos dispuestos a retirarnos, estamos dispuestos a convivir con el medioambiente”, reiteró.
Hay otros campesinos que razonan en que están dispuestos a retirarse, pero a cambio de una compensación beneficiosa. “No hay ningún problema con eso, en nosotros retirarnos, pero él (el ministro) tiene primero que ponerse las pilas con nosotros y venir con los cheques para nosotros entregarles las tierras a ellos”, dijo Julio Pujols, quien es analfabeto y aún no sabe a qué pudiera dedicarse si deja de cultivar la tierra.
El martes de la semana pasada estaba preocupado porque la siembra de cebollas que hizo en La Nuez se enfermó y crecieron pequeñas. Jornaleros haitianos las recogían en una ladera, y las echaban en sacos. Las pérdidas Pujols ya las estimaba en RD$600,000. “Después de que uno se vaya de aquí, que uno está impuesto a bregar aquí, no es fácil llegar ahí abajo (al pueblo) ni saber para dónde va”, comentó.
Los agricultores de Ocoa cuentan con el respaldo del expresidente Hipólito Mejía, quien se reunió con ellos el mes pasado. “Defiendo el campo hasta morirme, porque sé que de aquí tiene que salir la comida de toda la población dominicana y de nuestros vecinos (...) Comparto cien por ciento las inquietudes de ustedes”, les dijo el exmandatario, y todos le aplaudieron.
Aunque el ministro Jorge Mera es miembro del mismo partido que Mejía, el oficialista Partido Revolucionario Moderno (PRM), entiende que él está en su derecho , aunque no esté de acuerdo.
Jorge Mera les ha asegurado a los miembros de Asoprohorma que presentará propuestas legales, en consonancia con la resolución 0016/2021, para que los agricultores que están en la zona desde antes de ser declarada área protegida puedan tener “salidas humanas y legales” a la situación. Informó que Medio Ambiente es propietario de terrenos en Ocoa que pueden usarse como alternativa.
“Algo él (el ministro) tiene que hacer, porque no es: cien días, y váyanse”, analizó Pujols. “¿Usted entendería que eso sería muy bueno?, ¿que usted esté en lo suyo y le digan: tiene cien días, y váyase? Eso no sería muy bueno, ¿verdad?”.