Vuelta al FMI
Concluido el proceso electoral e instalado el nuevo gobierno ha llegado el momento de retornar al FMI, como lo confirma la posposición de la reunión del Consejo Económico y Social en que iba a tratarse la reforma tributaria.
El convenio anterior, de tipo stand-by, quedó suspendido cuando el gobierno decidió que no le convenía seguir sujeto a las restricciones que dicho acuerdo implicaba, y que la libertad de acción era más valiosa que el desembolso de los últimos fondos que le quedaban por recibir.
¿Habrá sorpresas con la vuelta al Fondo?
No parece que para el FMI las habrá. Sabemos cuáles han sido los resultados del rompimiento en términos del déficit fiscal, la deuda pública y la situación del sector eléctrico. Y, ya que conoce las cifras que se le envían y está al tanto de la razón por la que el acuerdo fue suspendido, no creemos que el FMI esté ajeno a lo que ha pasado.
Pero, en sentido contrario, ¿se llevará la RD alguna sorpresa respecto de lo que el FMI nos recomiende hacer? Tampoco pensamos que así será. Volverá a insistir en que la situación de la CDEEE tiene que corregirse, que la competitividad externa debe mejorar y que hay que reducir el déficit fiscal. Eso quiere decir que retornarán los condicionantes en torno a la tarifa de la electricidad, las insinuaciones sobre el tipo de cambio, los planteamientos relacionados con la presión tributaria y los cálculos respecto del nivel sostenible de la deuda pública.
Así como las clínicas tienen sus protocolos médicos de tratamiento establecidos para cada clase de dolencia, el Fondo tiene sus procedimientos y recetas, y no las va a cambiar por nosotros. No va a venir con fórmulas mágicas ni con métodos experimentales hechos a la medida. Tiene las economías del planeta clasificadas por tipo, y se atendrá a lo que recomienda en todos los casos que considera similares al nuestro, según la casilla en que nos tiene colocados.