Abogan por impulsar a República Dominicana como destino para el turismo náutico
La industria de la navegación beneficia a más de 30,000 familias, con un salario promedio de 40,000 pesos por marino
Con el paso de los años más personas se inclinan a realizar turismo a bordo de embarcaciones para disfrutar la aventura de viajar en las aguas del Mar Caribe. República Dominica, con unos 1,288 kilómetros de costas, y sus islas adyacentes, ríos y embalses, es todo un paraíso de recreo para el turismo náutico, pero requiere inversión y promoción para explotar esa rama turística.
El país no tiene historia turística de vida náutica, sin embargo, sus costas ocupan un lugar “privilegiado” dentro del archipiélago del Caribe y, siendo parte de las Antillas Mayores, goza de una extensa geografía dotada de preciosos paisajes que le favorecen para posicionarse como marca país en ese reglón turístico.
Para la Cámara de Comercio Domínico-Italiana (CCDI), que cuenta con una delegación de expertos en tema náutico, en el país se han registrado significativos aportes a la economía dominicana con la creación de empleos de calidad y con el tráfico de turistas que hacen parada en los hoteles dominicanos para conocer el país.
Se podría definir el turismo náutico recreativo como toda actividad que involucre un medio flotante y que pueda ser aprovechada por el hombre para su entretenimiento o sustento. Kayaks, tablas de surf, kitesurf, windsurf, los veleros en toda sus formas y gamas, lanchas y yates, forman parte de los equipos aprovechables para tales fines, constituyendo un segmento del negocio turístico importante.
Diego Fernández, miembro del Consejo Directivo de la CCDI, dijo a Diario Libre que se requiere el desarrollo de una estrategia para fortalecer el crecimiento de todas estas actividades del turismo náutico recreativo porque significa un impacto directo a sumar al aporte del sector turismo al producto interno bruto (PIB) del país y a la generación de empleos.
Embarcaciones y sus variedades
Para el 2020, se registraron 1,200 embarcaciones de transporte de turistas navegando en el Mar Caribe, pero para este año se rastrearon 12,000, de las cuales 10,800 son de turismo y 1,200 barcos estaban distribuidos de la siguiente manera: 600 barcos de pesca deportiva y los otros 600 para viajes de recreo, informó Mauro Caslini, presidente de IBI Náutica.
Calculó que en la actualidad el sector náutico ha experimentado un crecimiento de 623 barcos, de los cuales 120 no existían. Eso quiere decir, que se han construido nuevas embarcaciones con características de yates de transporte de personas, lo que afianza el crecimiento de la industria nivel mundial.
Caslini, quien es experto en el tema náutico y su desarrollo en el país por los más de 20 años que tiene innovando en el área, considera que República Dominicana requiere mayor promoción e inversión en los puertos para atraer parte de los 25,000 barcos que cruzan por el norte de la isla en su trayecto desde Estados Unidos hasta Puerto Rico e islas vírgenes.
Además, indicó que hay otros tipos de barcos, como los deportivos, que pueden interesarse en hacer paradas en los puertos dominicanos, pero hacen falta más puntos de amarre que se complementen con las infraestructuras para promover el destino.
Empleos directos e indirectos
Los representantes de la industria náutica dominicana detallaron, durante un panel en el que destacaron la historia de la náutica, las bondades que se pueden aprovechar con este tipo de recreación que beneficia de manera directa a más de 30,000 familias.
En el año 2000, solo 1,800 personas trabajaban en el sector y hoy en día son tres decenas. “Es un incremento dramático de familias que ganan más de lo que está establecido como salario mínimo en el país”, afirmó Caslini.
Hay dos empleados por lancha, dos o tres colaboradores por yate, cinco personas por yate de cinco habitaciones y 10 cuando se habla de barcos de 50 metros que albergan a más navegantes por habitación.
“Hay que prepararse para enfrentar el mercado y es un atractivo que se está desarrollando solo, pero requiere ser regulado para garantizar un destino seguro y atractivo”, dijo el experto en temas náuticos.
Además, informó que los ingresos promedio de un marino son de unos 40,000 pesos, lo que también dinamiza la llamada "económia naranja" con los microdestinos en distintas localidades del país.
Se trata de una industria turística que moviliza múltiples servicios y dinamiza parte de la economía local. Desde el alquiler de embarcaciones y atracaderos, a las reparaciones y ventas de equipos, la presencia de escuelas de capacitación o las industrias de aprovisionamiento a embarcaciones visitantes pueden ser aprovechados para crear expertos en el área.
República Dominicana cuenta con múltiples facilidades donde se puede disfrutar de actividades náuticas, y realizar tours a islas y cayos, alquilar embarcaciones con sus capitanes y ayudantes para practicar el turismo de pesca deportiva o simplemente de un paseo costero para disfrutar de los paisajes paradisíacos de la costa.
En ese sentido, Caslini explicó que la isla Saona es una de las zonas más visitas por las personas que aman el turismo y que el gasto promedio de cada yate de recreo que se detiene al año en territorio dominicano es de, aproximadamente, 8,000 dólares al mes por gastos corrientes, a lo que se le suma mantenimiento, seguros y empleados.
“Bayahíbe, ubicada en La Altagracia, por ejemplo, tiene 450 embarcaciones en la playa que sirven para llevar turistas al destino de isla Saona, que es la zona turística más pagada por los turistas, es decir, es el atractivo más caro y solicitado por los turistas que navegan en las aguas del Mar Caribe”, dijo. Calculó que una ruta hacia ese lugar es un atractivo que atraería entrada económica a la provincia.