República Dominicana llega al Día Mundial contra el Trabajo Infantil sin cifras
Este sábado 12 de junio se conmemora la lucha contra un problema que afecta a 160 millones de niños en el mundo
La última vez que se midió la incidencia del trabajo infantil en República Dominicana fue en el año 2014. Para entonces un 12.8 % de los niños entre cinco y 17 años de edad trabajaban, de acuerdo a los datos de la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples Enhogar-Mics 2014 realizada por la Oficina Nacional de Estadística (ONE).
Eran alrededor de 495,000 personas en trabajo infantil. Cinco años más tarde, en 2019, la entonces viceministra de Trabajo, Gladys Azcona, decía a la prensa que el número de niños trabajadores había disminuido fuertemente, y que ya eran 270,000 niños y adolescentes. La reducción tenía que ver, a su juicio, por la puesta en marcha de la tanda extendida en las escuelas, así como con la aplicación de subsidios como el bono luz y el bono gas, que le habían quitado presión a las familias.
Después de ese dato, el silencio. Según las nuevas autoridades del Ministerio de Trabajo, no existen datos actualizados que permitan medir la incidencia actual del trabajo infantil.
“Nosotros hemos estado demandando de que se haga otro estudio de la situación del trabajo infantil en la República Dominicana”, expresó Isabel Tejada, delegada de la Confederación de Unidad Sindical (CNUS).
El año pasado Save the Children dijo que la pérdida de ingresos generada por la pandemia del COVID-19 propiciaría un aumento del trabajo infantil en República Dominicana, debido a la necesidad económica de las familias.
Los datos más recientes la Unicef y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), indican que en el mundo unos 160 millones de niños se encuentran en situación de trabajo infantil, de los cuales 79 millones realizan trabajos peligrosos.
“La situación de la COVID-19 ha originado importantes crisis económicas y reducción de empleos, afectando de manera especial a las familias vulnerables que han perdido sus ingresos, y además el hecho de que las escuelas han estado cerradas”, dijo Rosa Elcarte, representante de Unicef, a través de un comunicado de prensa.
En crecimiento
Si no se adoptan medidas de mitigación, estiman Unicef y la OIT, el número de niños en situación de trabajo infantil podría aumentar de los 160 millones en 2020 a 168.9 millones a finales del año 2022.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) explica que el trabajo infantil es una violación de los derechos humanos fundamentales, habiéndose comprobado que entorpece el desarrollo de los niños, y que potencialmente les produce daños físicos y psicológicos para toda la vida.
A través de una publicación en su portal, la OIT indica que se ha demostrado que existe un fuerte vínculo entre la pobreza de los hogares y el trabajo infantil, y que el trabajo infantil perpetúa la pobreza durante generaciones, dejando a los hijos de los pobres fuera de la escuela y limitando sus posibilidades de ascender en la escala social. Este declive de los recursos humanos ha estado vinculado a un bajo crecimiento económico y a un desarrollo social lento.
Hinginia Ciprián, delegada de la Confederación Nacional de Trabajadores Dominicanos (CNTD), aclaró que el trabajo infantil en la República Dominicana es algo cultural porque antes los padres se llevaban a sus niños para que ayudaran en las labores y los ingresos del hogar.
“Es una tarea incorrecta porque el deber de los niños es estar estudiando y recreándose. Es por esto que los trabajadores decimos que necesitamos un trabajo decente para que los padres se beneficien con eso y los niños hagan su tarea de estudio y recreación”, señaló.
El reporte de Enhogar 2014, realizado por la ONE, señalaba que el trabajo infantil se concentraba en las zonas rurales, especialmente en la región El Valle, donde un 24.7 % de los niños de cinco a 17 años de edad trabajaban.
La cultura familiar y el trabajo
A nivel sociológico, el informe de la ONE señalaba una relación directa entre el nivel educativo de las madres y el trabajo infantil. Según el estudio, los niños con madres sin ningún nivel educativo eran más propensos a realizar trabajos que aquellos que crecían en hogares con madres en niveles educativos superiores.
También, la influencia de los papeles tradicionalmente asignados a cada género terminaron por incluir a las niñas en las tareas domésticas, “una de las actividades menos reguladas y casi invisibles para el mundo exterior, por ser realizadas en la intimidad de los hogares”, según señalaba ese informe de 2014.
En el informe “Trabajo infantil: Estimaciones mundiales 2020, tendencias y el camino a seguir”, de la OIT y Unicef, indica que los progresos mundiales en la lucha contra el trabajo infantil se han estancado desde el año 2016.