VIDEO | El mercado de segunda mano: entre el regateo y el guiño a la calidad
La compra de artículos usados se afianza en la población sin importar su clase social
A José Segura le envían desde Estados Unidos artículos ferreteros usados y los vende en el mercado de Las Pulgas. Su puesto se abarrota los domingos y no es para menos: un taladro, que nuevo cuesta hasta 12,000 pesos, lo vende a 5,500 pesos y una motosierra, valorada en más de 8,000 pesos, la oferta hasta en 5,000.
José garantiza la durabilidad de su mercancía diciendo con orgullo: "Esto es original de Estados Unidos". La frase seduce a los compradores de artículos usados que, entre el regateo y el guiño a la calidad, acuden a mercados, tiendas, talleres, marquesinas y plataformas digitales, como Corotos, Mercado Libre, Marketplace e Instagram, en busca de artículos de oportunidad en buen estado.
Aunque comprar artículos de segunda mano es una práctica muy intrínseca en la población menos pudiente, también está extendida en la clase media, que ve en objetos depreciados por un uso anterior, la oportunidad de adquirir bienes a un precio más asequible.
Desde las llamadas ropas "de paca", calzados, electrodomésticos, juguetes, vehículos, auto adornos, neumáticos, sillas de ruedas, herramientas de movilidad y un sinnúmero de productos, pueden encontrarse a la venta.
"La actitud de recurrir a lo usado está relacionada estrechamente con un problema socioeconómico fundamentalmente. Al dominicano le gustan las cosas nuevas y buenas, pero una cosa es el deseo y la otra es la posibilidad", señala el sociólogo Celedonio Jiménez, consultado por Diario Libre.
La población ocupada perceptora de ingresos en el país era de 5,002,384 al segundo trimestre del 2024, dedicándose el 50 % al trabajo informal, según datos del Banco Central. La formal que cotiza ante la Tesorería de la Seguridad Social, exhibía un salario promedio cotizable de 35,402.48 pesos a septiembre pasado, un monto por debajo del promedio nacional de la canasta familiar que supera los 45,000 pesos.
De estas cifras oficiales se puede inferir por qué un vehículo nuevo, calzados y ropa nueva de "buena marca", no resultan una opción para familias de ingresos bajos y medios.
Mercado Las Pulgas: válvula de escape
El comercio de lo usado en el país se maneja, esencialmente, entre la informalidad, el regateo y el guiño a la calidad. Cualquier persona que quiera salir de un artículo lo puede vender y fijar su precio. Algunos van más allá y se establecen como vendedores habituales.
Tal es caso de los vendedores del mercado de Las Pulgas, ubicado ahora en el Merca Santo Domingo. Aquí hay mercaderes que llevan hasta 30 años en el oficio. Más del 50 % de los artículos que se ofrecen son importados, comprados a terceros o reparados, detalla el presidente de la Seccional del referido mercado, Luis Lora.
Para él, la venta de artículos usados funge como una válvula de escape, tanto para los menos pudientes que se benefician de los bajos precios, como para aquellos que se dedican a vender cualquier artículo para lograr el sustento de sus familias.
Esa es la razón por la que cada domingo en el puesto de Juan Morel se aglomeran personas en busca de los auto adornos, aparatos electrónicos y herramientas de reparación y construcción que vende. Un bombillo led para carros, que puede costar hasta 2,000 pesos, lo vende hasta en 350 pesos.
Dányelo Pineda compra electrodomésticos dañados, los repara y los vende. En su puesto oferta microondas, balanzas, lavadoras, aparatos que compra a guagüitas "metaleras". "Lo arreglo y lo vendo", dijo. A simple vista, su mercancía luce deteriorada e inservible, pero él garantiza durabilidad y dispone de tomacorrientes para probar frente a sus clientes los artículos reparados.
"Aquí los compradores encuentran artículos que en las tiendas están muy caros y aquí están en remate -dice-. Por ejemplo, un microondas nuevo cuesta entre 8,000 y 11,000 pesos; yo te lo vendo en 1,500, o sea que conviene comprar cosas usadas. La durabilidad está garantizada; es casi igual que la tienda, porque yo arreglo bien".
El regateo también es válido. Dányelo vende a 2,500 pesos una balanza reparada. "Y si me dan 1,500 pesos, la doy, porque no quiero tener reguero en mi casa". Antonio Minaya vende un televisor plasma a 10,000 pesos; si le ofrecen 5,000 la vende. "Hasta le puedo ofrecer otro televisor, lo importante es no dejar ir al cliente", dice.
Los zapatos usados tienen su público, aunque, según Benita Muñoz, con el pasar de los años están perdiendo atractivo por la proliferación de tiendas que venden calzados asequibles. "Los clientes me dicen que ya no vale la pena dar 1,000 pesos por un zapato usado, cuando con ese dinero se puede comprar uno nuevo, aunque sea desechable, que no dure mucho".
El mundo digital
En los mercados digitales también funciona el regateo, pero los vendedores no están tan dispuestos a abaratar sus productos.
Corotos, el principal sitio web de clasificados del país, lleva 14 años entre los dominicanos. En esta plataforma, al igual que en las otras, se comercializa un sinfín de productos, siendo los más demandados los vehículos, comedores, celulares y cunas, según reporta Javier Piña, su gerente.
"Corotos es una de las plataformas que más ha impactado en la economía circular de la República Dominicana, ya que se venden artículos nuevos y usados. Cuando una persona compra un producto usado, le está extendiendo la vida a ese artículo", dice.
Diariamente, en la plataforma se ofrecen más de 80,000 artículos. En los últimos cinco años, se han vendido más de 25,000 millones de pesos en mercancías usadas, estima Piña.
"Hay muchos vendedores que han crecido con nosotros a lo largo de estos 14 años. Son personas que iniciaron vendiendo inventario de su casa y ahora tienen tres y cuatro tiendas", señala.
Reconoce que hay quienes ofrecen sus mercancías a un precio excesivo en la plataforma, sin embargo, los compradores pueden filtrar los precios y encontrar uno más competitivo, incluso, pueden negociar el precio final.
Publicitar negocios en la red social Instagram también ha sido clave para nuevos emprendedores. El algoritmo de esta red social hizo que Daury Santana encontrara una tienda de equipos audiovisuales, donde compró a 40,000 pesos una cámara usada Cannon 80B valorada en unos 90,000 pesos.
"Verifiqué que todo estuviera bien, los puertos de la memoria, los cargadores. Me dieron garantía de cinco meses", dice.
El reino de los vehículos usados
El vehículo nuevo más económico ronda actualmente el millón de pesos, por tanto, se convierte en un bien inalcanzable para la mayoría de la población, siendo el usado el de mayor demanda.
"Es altamente conocido que solo una minoría de personas que tienen buenos ingresos e historial crediticio apropiado pueden tener potencialmente oportunidad de obtener un crédito para un vehículo nuevo", señala el presidente del Consejo Directivo de la Asociación de Concesionarios e Importadores de Vehículos Usados (Asosivu), Félix Pujols.
Indica que para los vehículos usados hay una gran cantidad de bancos que hacen posible lo que se denomina la "democratización del crédito", pues, aunque también dependerá del costo del vehículo elegido y sus ingresos, hay facilidades de financiamiento, con tasas competitivas.
Resalta que los vehículos nuevos tienen ciertas desventajas frente a los usados: su rápida depreciación, los costos de seguros y las piezas.
Diario Libre trató de conseguir las cifras actuales e información oficial sobre el comercio de segunda mano, pero al cierre de esta edición no se habían recibido.
Desventajas de comprar artículos usados
No tienen garantía, salvo excepciones.
Hay que revisarlos bien antes de comprarlos.Los vehículos solo tienen una garantía de un mes, reglamentada por Pro Consumidor. Algunos dealers ofrecen tres meses en motor y transmisión.
Se puede caer en una estafa.