"Los espacios que ocupan las mujeres no se corresponden con sus capacidades", dice ministra ante empresarios
Mayra Jiménez participa en panel sobre igualdad de género en el XIV Encuentro Empresarial Iberoamericano
Mariela Mejía
“Actualmente, en el mundo, los espacios que ocupan las mujeres no se corresponden con sus capacidades, conocimientos y preparación”, dijo hoy la ministra de la Mujer dominicana, Mayra Jiménez.
Al hablar en el panel “La Igualdad de género como motor transformador de las nuevas transiciones”, en el segundo y último día del XIV Encuentro Empresarial Iberoamericano, la ministra reiteró los datos ofrecidos ayer por el secretario general iberoamericano, Andrés Allamand, de que solo 20 % de los cargos en las juntas directivas a nivel global están ocupados por mujeres.
Indicó que la anterior situación se agrava en América Latina, con tan solo un 10.4 %. “Y más grave aún es la situación en los directorios, donde el dato global es de un 6.4 por ciento de mujeres, y se reduce a un 4.5 por ciento en América Latina”.
Jiménez indicó que, en la región iberoamericana, “las empresas tienen la oportunidad de aprovechar el potencial y las capacidades femeninas”, tomando en cuenta que 58 % de las personas que finalizan sus estudios de grado y maestrías son mujeres, y el 44 % de quienes se dedican a la investigación también lo son.
“Se trata de generar oportunidades”, insistió. Agregó que, según estimaciones del Banco de Desarrollo de América Latina, la plena incorporación de las mujeres al mercado laboral, incrementaría, para el año 2025, el producto interno bruto hasta en 28 billones de dólares.
“Los beneficios que pueden obtener las empresas cuando deciden implementar políticas inclusivas son enormes”, aseguró en el evento que se enmarca en la XXVIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, que se celebra hoy y mañana en Santo Domingo.
“Equilibrar la presencia de mujeres y hombres en puestos directivos y gerenciales garantiza perspectivas diversas, experiencias vitales, creatividad, mayor proyección y capacidades para resolver problemas; es decir, una visión empresarial más paritaria contribuye tanto al éxito económico como al reconocimiento social”.
Señaló que la Cuarta Revolución Industrial exige dirigir todos los esfuerzos para superar la brecha digital de género.
Observó, en ese sentido, que la Comisión Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas ha planteado la necesidad y el compromiso de que las mujeres puedan insertarse igualitariamente en las nuevas economías digitales, en los ecosistemas de innovación y en los modelos de producción sostenibles, incluyentes y altamente competitivos.
Tiempo versus hombres
Jiménez consideró transcendental poner la atención en cambios como los que se proponen desde la sociedad del cuidado.
“En nuestros países iberoamericanos las mujeres destinan entre 2 y 5 veces más de tiempo que los hombres, al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado; ese tiempo requiere ser redistribuido, y en ese sentido, las empresas tienen maravillosas oportunidades de implementar estrategias con alto impacto socioeconómico”, dijo.
Aprovechó para expresar que la Conferencia Regional de la Mujer de América Latina y el Caribe, señala que los cuidados son una responsabilidad que debe ser compartida por todos los sectores de la sociedad, las familias, las comunidades, las empresas y el Estado, "adoptando medidas que liberen tiempo para que las mujeres puedan incorporarse al empleo y a la educación, participar en la vida pública, en la política y en la economía, y disfrutar plenamente de su autonomía".
“Por su parte la Declaración de Santo Domingo, de la Cuarta Conferencia Iberoamericana de Género, plantea la necesidad de promover medidas, en las que el sector empresarial tiene un rol particular como lo son:
- modalidades laborales flexibles
- la prestación de apoyo a las madres lactantes
- la aplicación y promoción de leyes y políticas de maternidad y paternidad
- guarderías y servicios asistenciales para niños, niñas y personas cuidado dependientes
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La ministra de la Mujer consideró que las empresas pueden implementar estrategias de sensibilización y promoción de una cultura libre de violencia, disminuyendo así los efectos negativos en las relaciones, el ambiente laboral, el rendimiento y la productividad.
Mariela MejíaEditora de Economía y docente de periodismo. Se ha especializado en periodismo de investigación, multimedia y de datos.
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