Ministro de Economía califica negociación del DR-Cafta de “muy pobre”
Reducción de la participación del sector agropecuario en el PIB fue causa de “políticas erradas”
El ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Isidoro Santana, criticó este martes el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (DR-Cafta), calificándola como una negociación “muy pobre, particularmente para la agropecuaria, pues el país se comprometió a ir liberalizando su comercio para los productos estadounidenses, pero ellos seguirían protegiendo su agricultura, pues en ningún momento se comprometieron a eliminar subsidios”.
Dijo además que la reducción de la participación del sector agropecuario en el PIB fue causa de “una serie de condicionantes internacionales y políticas erradas en el orden nacional, particularmente por el modelo de crecimiento capitalista impulsado por el expresidente Joaquín Balaguer”.
Al ser el orador principal en la conferencia “Hacia dónde puede ir el sector agropecuario”, dictada durante el desayuno de la Confederación Nacional de Productores Agropecuarios (Confenagro), Santana explicó, además, que las erradas políticas desarrollistas de Balaguer se evidenciaron en 1996 –“cuando el doctor Balaguer, por fin, salió del poder”-, con los indicadores de pobreza: para ese año, el 79% de la población rural se encontraba en condiciones de pobreza multidimensional, contrastado con el 40% en la población urbana.
“Solo con el crecimiento económico experimentado y el apoyo estatal al campo de la actual gestión, se ha logrado una acelerada reducción de esa situación, y para el 2018 la incidencia de la pobreza multidimensional fue de 23.8% de la población rural y 22.8% en la zona urbana, habiéndose reducido la brecha entre ambas”, dijo Santana ante más de 100 productores agropecuarios convocados en el salón Arturo Biaggi de la Asociación Dominicana de Productores de Leche (Aproleche), en la Ciudad Ganadera.
No obstante, señaló que ante la falta de un verdadero pacto fiscal que coloque en el centro de atención la provisión de bienes públicos, el Gobierno hace lo que puede con lo poco que tiene, siendo una de las acciones el incremento en más de tres veces, en tan solo dos años, de los préstamos del Banco Agrícola dirigidos a las microempresas agroindustriales rurales, los cuales aumentaron de RD$1,681 millones en 2016 a RD$5,183 millones en 2018.
También, destacó la importancia del programa de titulación de tierras que desarrolla la actual administración, puesto que aporta un activo, y por lo tanto una garantía, hasta ahora inexistente.
“Esas dos principales debilidades (financiamiento y propiedad) son las que se ha buscado atacar en las visitas sorpresa del presidente de la República, centradas en facilitar financiamiento a las iniciativas colaborativas. Creo que, si se logra difundir y consolidar una cultura de cooperativismo o alguna otra forma de asociatividad en el campo, ese pudiera convertirse en el aporte trascendental de esa iniciativa presidencial”, reiteró Santana.
Destacó que el Fondo Especial de Desarrollo Agropecuario (FEDA) es la institución que ha estado focalizándose en apoyar las visitas sorpresa. “El Gobierno ha invertido unos 6,000 millones de pesos para auxiliar a los productores agrícolas a través del FEDA, en cumplimiento de los compromisos asumidos por el presidente Danilo Medina en sus visitas sorpresa”.
Fundamentándose en el Plan Estratégico Sectorial de Desarrollo 2010-2020, del Ministerio de Agricultura, apuntó que continúa siendo tarea ardua la modernización de las prácticas de cultivo, al punto que coexisten dos subsectores diferentes: “uno moderno o en vías de modernización, con estructura empresarial y orientación a los mercados, cuya tecnología es relativamente avanzada, y otro de pequeña escala y limitada capacidad empresarial, que tiende a concentrarse en ambientes frágiles y suelos de baja fertilidad”.
Otro desafío del sector, según Santana, es que el campo dominicano se ha venido quedando sin la generación de relevo. “Hay que buscar la forma de volver a atraer al campo la gente joven, más abierta a la técnica, a la innovación, al concepto de negocio”, precisó. También señaló que se deben superar las condiciones fitosanitarias de los productos, puesto que ocasionan “la gran cantidad de rechazos y la devolución de contenedores de productos dominicanos en los puertos extranjeros, que suele ocasionar grandes pérdidas a los agricultores y exportadores”.
Destacó que recuperar el potencial exportador del campo dominicano debe ser un objetivo prioritario, citando como caso de éxito “las hortalizas en ambientes controlados, principalmente para los meses más fríos, y las frutas tropicales, parecen ser las de mayor potencial. “En eso el país ha venido alcanzando determinados éxitos, como las exportaciones de pimientos, que ya sobrepasan los US$10 millones, o los mangos y los aguacates”, indicó.
La conferencia tuvo como objetivo plantear los lineamientos que servirán de base en el proceso de formulación de la Estrategia Nacional de Desarrollo Agropecuario 2020-2030, en el marco de las políticas públicas para el sector agropecuario dirigidas por el Gobierno Dominicano, del Sistema Nacional de Planificación e Inversión Pública y sus instrumentos, y del trabajo que de manera conjunta se ha estado desarrollando con el Ministerio de Agricultura, considerando todas las iniciativas que tienen las distintas organizaciones del sector agropecuario nacional.