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Producción porcina
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La fiebre porcina africana no tiene vacuna

No afecta a los humanos, pero se requiere sacrificar a los cerdos afectados

Porcicultores claman por ayuda, mientras pierden sus crianzas

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La fiebre porcina africana no tiene vacuna
Una pocilga vacía, luego de que sacrificaran los cerdos por causa de la fiebre porcina. (DIARIO LIBRE/ANEUDY TAVÁREZ)

La gripe porcina africana, enfermedad que no afecta los humanos y que está presente en 11 provincias de República Dominicana, no tiene vacuna y la única salida para controlarla es el sacrificio de los animales, confirmó el Ministerio de Agricultura.

Erick Montilla, director de Comunicaciones del Ministerio de Agricultura, afirmó que en el país solo existe vacuna contra la fiebre porcina clásica.

“No existe vacuna ni tratamiento contra la fiebre porcina africana. La única solución es eliminar todos los cerdos afectados”, explicó el funcionario al reaccionar a pedidos de los porcicultores afectados de que se reevalúe la vacuna contra la gripe porcina.

Los criadores de las zonas afectadas en Montecristi aseguran que todos sus animales estaban vacunados contra la fiebre porcina, lo que ha provocado inquietud tras el brote.

“Sería bueno que el gobierno inicie una investigación sobre la efectividad de la vacuna que estábamos utilizando”, externó Anazario Suero, criador afectado de Gozuela.

Los porcicultores aseguran que las pérdidas económicas que ha provocado la enfermedad en las comunidades de Montecristi son cuantiosas.

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Infografía
Anzario Suero, porcicultor afectado por el brote de fiebre porcina africana. (DIARIO LIBRE/ANEUDY TAVÁREZ)

Con la muerte de sus cerdos, Rodolfo Pichardo asegura que perdió una inversión de más de un millón de pesos. Las crías de Nelson Aquino -otro de los productores- estaban valoradas en 750 mil pesos y la de Evangelista Contreras en 150 mil.

La crianza de cerdos constituye el modo de sustento de la mayoría de familias en las comunidades afectadas, por lo que los porcicultores se han visto en la obligación de dedicarse a realizar otros oficios. Algunos se han dedicado a actividades del transporte y otras personas han optado por trabajar en fincas agrícolas para cubrir los gastos domésticos.

Evangelista Contreras, antigua trabajadora doméstica en la ciudad de Santiago, halló en su natal comunidad de Gozuela, en la provincia Montecristi, una ocupación mejor remunerada. En los últimos siete años de su vida se ha dedicado a la crianza y comercialización de cerdos para contribuir a sostener su hogar.

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Infografía
Evangelista Contreras dijo que la fiebre porcina africana causó la muerte de sus 22 cerdos. (FOTO: DIARIO LIBRE/ANEUDY TAVÁREZ)

Sin embargo, sus aportes económicos se han visto afectados en los últimos dos meses con la fiebre porcina africana, que causó la muerte de los 22 cerdos que tenía.

“Con lo poco que mi esposo gana vendiendo chucherías en el colmado nos estamos manejando hasta que el gobierno autorice que se pueda comprar cerdos de nuevo”, sostiene la señora.

Como medida preventiva, para evitar la propagación de la enfermedad, las autoridades colocaron en cuarentena la provincia Montecristi. El Ministerio de Agricultura prohibió la movilización de cerdos vivos y muertos desde y hacia esa demarcación. Además, dispuso la limpieza y desinfección de los lugares afectados hasta que eliminen la fiebre porcina.

Nelson Aquino, otro de los afectados de Gozuela, no pierde la esperanza de que en algún momento desde Agricultura cumplan su compromiso de acudir en su auxilio.

“Pienso que ellos van a honrar su palabra y vendrán con ayuda”, externó Aquino, con más de 20 años trabajando en la crianza y venta de cerdos.

Además de Gozuela, otras localidades afectadas en esa provincia fronteriza por la enfermedad son el distrito municipal Santa María, así como la comunidad de Copey. En cada una de esas localidades las pocilgas están vacías a raíz de la afección que ha provocado la muerte de más de dos mil cerdos.

Debido a la crisis que les afecta, Rodolfo Pichardo tuvo que cambiar su domicilio de Santa María a Santo Domingo, para poder buscar el pan de cada día de su hogar trabajando como chofer en una empresa para fumigar.

“Me vi obligado a buscar otra alternativa ante la quiebra del negocio de los cerdos”, expresó el porcicultor.

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Egresado en Comunicación Social de la Universidad O&M, tiene más de una década de ejercicio periodístico. Padre orgulloso de Lía y Eva.