República Dominicana está expuesta a riesgos naturales sin suficiente protección financiera
Diagnóstico del PNUD, con apoyo del gobierno Alemán, expone los riesgos del país y la limitada capacidad de respuesta
Aunque la República Dominicana ya tiene medidas como la redistribución del presupuesto estatal, el acceso a créditos y la asistencia humanitaria para hacer frente a emergencias, para acontecimientos de gran gravedad, estos mecanismos resultan insuficientes, lo que supone una amenaza para las finanzas públicas y el crecimiento, aumentando así los riesgos del país.
Así lo revela un informe resumen del diagnóstico "Seguros inclusivos y financiamiento de riesgos en la República Dominicana: panorama actual y perspectivas futuras", presentado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a través de la Iniciativa de Financiamiento de Riesgos y Seguros (IRFF), apoyada por el gobierno de Alemania.
El diagnóstico fue divulgado ayer en un evento que contó con el apoyo de la Cámara Dominicana de Aseguradores y Reaseguradores (Cadoar), empresas asociadas a esa organización y la Superintendencia de Seguros. Este señala que, a pesar de los instrumentos existentes que incluyen líneas de crédito, préstamos contingentes y una línea presupuestaria específica para emergencias públicas y acontecimientos de gran gravedad, "los actuales mecanismos de financiamiento son insuficientes, lo que supone una amenaza para las finanzas públicas y el crecimiento, aumentando los riesgos en el país".
Indica que la falta de criterio oficial para clasificar los microseguros, dificulta la medición de su penetración, y precisa que varias aseguradoras ofrecen productos para el mercado de bajos ingresos, pero solo una tiene como principal mercado objetivo el segmento de bajos ingresos.
El análisis identifica la informalidad y la baja bancarización, como parte de los desafíos para seguir desarrollando el mercado para los más vulnerables.
Las amenazas
Algunos de los datos del país que contiene este diagnóstico resaltana que las inundaciones han afectado a más personas en la República Dominicana que cualquier otro peligro natural, afectando a 4.36 millones de personas entre 1980 y 2022 como resultado de 29 grandes desastres por inundaciones.
Solo en el 2016, tras cuatro semanas de fuertes lluvias entre octubre y noviembre, las inundaciones afectaron a 30,100 personas y causaron daños por valor de 4,390 millones de pesos en bienes y servicios públicos y privados.
De hecho, la situación geográfica de la República Dominicana la expone a una amplia gama de riesgos naturales. Ocupa el puesto 40 de 193 países en cuanto a vulnerabilidad a los riesgos de catástrofe.
Entre 1980 y 2022, indica el diagnóstico, 74 grandes desastres de origen natural afectaron a 7.22 millones de personas, y el 25.1 % de la población es muy vulnerable a los fenómenos extremos, que afectan especialmente a los hogares rurales.
Solo aproximadamente el 8 % de los productores agrícolas están cubiertos por un seguro, indica el análisis.
Destaca que Agrodosa es la única aseguradora que ofrece seguros agrícolas y ganaderos en el país.
El gobierno subvenciona el 50 % de la prima a los pequeños y medianos productores, pero el presupuesto es insuficiente.
- Ciclones tropicales
La República Dominicana está muy expuesta a ciclones tropicales y tormentas todos los años del 1 de junio al 30 de noviembre. Estas tormentas son el peligro natural más frecuente del país, con 36 entre 1980 y 2022. El Banco Mundial estima que las pérdidas medias anuales por vientos huracanados ascienden a 345 millones de dólares (0.48 % del PIB).
- Terremotos
Hispaniola se considera una zona sísmica, lo que significa que la República Dominicana está expuesta a terremotos y tsunamis. De acuerdo con el Banco Mundial, las pérdidas medias anuales por terremotos ascienden a 297 millones de dólares (lo que representa el 0.41 % del PIB), cifra muy similar a la estimada para los huracanes.
- Inundaciones
Las inundaciones han afectado a más personas en la República Dominicana que cualquier otro peligro natural, afectando a 4.36 millones de personas entre 1980 y 2022 como resultado de 29 grandes desastres por inundaciones.
- Sequías
Dado su entorno muy árido, el noroeste del país es el más vulnerable a las sequías. En 2019, una sequía extrema en esta región provocó la muerte de unas 1,200 vacas y un déficit de leche en el país. El coste estimado de los daños causados por las sequías clasificadas como desastres entre 1900 y 2011 fue de 5 millones de dólares.
- Epidemias
El país corre el riesgo de sufrir epidemias humanas como el cólera, el dengue, la gripe y el tifus. Los datos registran ocho grandes epidemias entre 1980 y 2022, que afectaron a algo más de 65,000 personas en total.
Las recomendaciones
Durante la presentación del análisis, Inka Mattila, representante residente del PNUD, indicó que para ese organismo, como agencia de desarrollo de las Naciones Unidas, la Iniciativa Financiamiento de Riesgos y Seguros juega un papel fundamental en la aceleración de la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la creación de resiliencia de las personas y las sociedades, al reducir las vulnerabilidades ante los riesgos climáticos, desastres naturales y otros eventos imprevistos.
Según el diagnóstico, elaborado por el Centro de Microseguros de Milliman, para apoyar el desarrollo de seguros inclusivos, las intervenciones deben incluir el desarrollo de un entorno legislativo y reglamentario propicio para los microseguros, la mejora de las ofertas de productos y distribución para las personas de bajos ingresos, la educación de los consumidores y la capacitación del mercado, y el desarrollo de una estrategia para los seguros agrícolas que genere eficiencia y competencia.
También, recomienda que, para mejorar el financiamiento del riesgo de desastres, sería útil intervenciones en el apoyo a la creación de mecanismos y sistemas de coordinación de datos, aumentar la comprensión del riesgo fiscal ante desastres naturales, desarrollar una estrategia nacional de financiamiento de riesgos de desastres, proporcionar asistencia técnica para desarrollar la capacidad y el uso de los instrumentos de financiación de riesgos ex ante, e integrar a los actores locales para que desempeñen un papel más importante en la gestión de riesgo de desastre.