¿Por qué Haití y República Dominicana no tienen la misma hora en todo el año?
Hay un trasfondo económico detrás y también tropezones dominicanos
Haití no siempre tiene la misma hora que la República Dominicana en el año y es probable que muchos dominicanos no lo sepan.
Aunque ambos países comparten una isla, a diferencia de República Dominicana, que mantiene un mismo patrón horario no importa la estación del año, Haití la adelanta o atrasa dos veces al año para aprovechar la mayor duración del día en verano y reducir el consumo de energía en el territorio.
“Son decisiones de cada país; el propósito es ahorrar energía, hacer mejor uso de las horas de sol”, explica a Diario Libre Omar Reyes, encargado del Laboratorio de Tiempo y Frecuencia de la Dirección de Metrología Industrial del Instituto Dominicano para la Calidad (Indocal).
Entre marzo-abril comienza a amanecer más temprano y el anochecer es más tarde, observa Reyes. “Ese espacio amplio de horas de sol hay quienes buscan aprovecharlo mejor, y entonces se agrega una hora para que las personas puedan salir, por ejemplo, a hacer sus actividades en la mañana a una hora más temprana, porque ya hay luz del sol, y en la noche también se refleja porque tienen luz solar a horas que normalmente no se tiene”.
A partir de las 2 de la madrugada del domingo 13 de marzo de este 2022, los haitianos adelantaron una hora a su reloj, por lo que actualmente tienen la misma hora que en la República Dominicana. Pero, el domingo 6 de noviembre de 2022, a la 2 de la madrugada, volverán a atrasarla una hora. En esa fecha termina el horario de verano.
Medios haitianos reportan que los cambios de hora en ese país se aplicaron desde 1983 hasta 1997, de 2005 a 2006 y de 2012 a 2015. En 1997 se cancelaron y también en 2006 y 2016.
En República Dominicana se cambiaba la hora
Aunque la República Dominicana no hace lo mismo que Haití, no es ajena a esta dinámica. En el año 2000, el Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) -y otras entidades- le sugirió al nuevo gobierno encabezado por Hipólito Mejía, modificar el horario de trabajo, asimilándolo al de los Estados Unidos, para mantener una consistencia con los vuelos desde y hacia dicha nación, Canadá y los países europeos, evitando así inconvenientes a los sectores turísticos, zonas francas, industriales y comerciales locales.
Al acoger la propuesta y entenderla también viable para disminuir el consumo de energía eléctrica, el 25 de septiembre del 2000 el Poder Ejecutivo emitió el Decreto 820-00 con el que se dispuso atrasar los relojes una hora en todo el territorio nacional, a partir de las 12 de la medianoche del domingo 29 de octubre de ese año.
Para satisfacer el pedido de las empresas de telecomunicaciones, que alegaron que a la medianoche se generaría inconvenientes para hacer el cambio en sistemas específicos, cinco días antes de que entrara en vigor la disposición se modificó la hora, mediante el decreto 1011-00, para que el cambio se hiciera a las 2 de la madrugada. También, se dispuso adelantarla una hora el domingo primero de abril del 2001, a las 2 de la madrugada.
Cuando el atraso de la hora entró en vigor, se comenzó a trastornar el desarrollo de la docencia vespertina y la vida cotidiana. Había planteles que carecían de energía eléctrica para iluminar los centros y los alumnos que estudiaban en la tarde salían de la escuela cuando había oscurecido, ya que el sol se ocultaba a las 5 de la tarde, aproximadamente. Analistas indicaban que se debió adelantar y no atrasar.
En la población y la clase política se comenzó a protestar y a demandar el retorno al horario normal. El entonces presidente del Conep, Celso Marranzini, le escribió una carta el 22 de noviembre del 2000 al presidente Mejía en la que decía: “A pesar de que fuimos partidarios del referido cambio, en los hechos reconocemos que nos hemos equivocado, y como errar es de humanos y rectificar enaltece, le solicitamos nuevamente que restablezca el horario anterior”.
Ante los reclamos, y luego del estudio de la situación por una comisión, el Poder Ejecutivo emitió el decreto 1241-00, del 28 de noviembre del 2000, con un único artículo derogando los decretos que disponían el cambio de hora. Pero no fue de aplicación inmediata. Los relojes permanecieron con la hora atrasada hasta las 2 de la madrugada del 3 de diciembre de ese mismo año, cuando entonces se adelantó una hora.
Mucho más antes se cambiaba la hora
Lo que se hizo en el gobierno de Mejía no fue el primer cambio de hora producido en la República Dominicana. Durante la primera ocupación estadounidense a la República Dominicana, el gobierno militar emitió una orden ejecutiva que dispuso que, a partir de la medianoche del 25 al 26 de marzo de 1917 la hora oficial sería la solar mediana del Meridiano 70º Oeste de Greenwich, que representaría una diferencia de 20 minutos.
Así, cuando en Santo Domingo fuese mediodía, la hora en Washington y Haití sería las 11:40 de la mañana, y cuando en Washington y Haití fuese mediodía, en Santo Domingo serían las 12:20 de la tarde.
Posteriormente, en 1933, el presidente Rafael Leonidas Trujillo ordenó por decreto que, a partir del mediodía del primero de abril de ese año, la hora oficial sería la solar media del Meridiano 70º Oeste de Greenwich.
La anterior disposición duró hasta 1942. En junio de ese año República Dominicana fue declarada en estado de emergencia, al estar afectada por las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial. El Gobierno de Trujillo consideró que la coordinación de las actividades oficiales y privadas, con el periodo del día favorecido con la luz solar, significaba un factor importante de economía en la iluminación eléctrica de las oficinas públicas, establecimientos y residencias, y, por lo tanto, convenía “establecer una hora oficial de guerra que responda a esa finalidad”.
Entonces, la hora oficial se aumentó una hora y 40 minutos a partir de las 12 de la medianoche del sábado 8 de agosto. A esa hora, los relojes debían cambiarse para que la hora fuese la 1:40 de la madrugada.
Pero, siete días después, el Poder Ejecutivo indicó en un nuevo decreto que, en la práctica quedó demostrado “innecesario” el adelanto de una hora y 40 minutos en la hora oficial. Entonces, se dispuso atrasar una hora a los relojes a partir del miércoles 12 de agosto de 1942, a las 11 de la noche, para que pasaran a marcar las 10 de la noche.
Esa no sería la última vez que en 1942 se cambiara la hora. Una tercera vez se decretó en noviembre de ese año, para que el país se acogiera a lo acordado en la Conferencia Internacional de la Hora de París, de dividir la esfera terrestre, para los fines de la hora, en 24 husos horarios, a contar del meridiano de Greenwich como meridiano 0.
En ese sentido, se ordenó que, a partir de la publicación de dicho decreto, emitido el día 26 de ese mes, la hora oficial permanente del país sería la correspondiente a la hora solar media del meridiano 75º, al oeste de Greenwich. Sin embargo, mientras durara el entonces estado de guerra de la República, los relojes de las oficinas públicas se mantendrán marcando 40 minutos más de la hora oficial.
En años posteriores se volvieron a tomar medidas de cambio de hora. Por ejemplo, en junio de 1948 se adelantó una hora para disminuir el consumo de energía eléctrica mientras se instalaban nuevos equipos de producción de energía en el país. Cuatro meses después se atrasó una hora al cesar las causas que motivaron el adelanto.
En noviembre de 1949 se adelantó una hora, en ese mes de 1951 de atrasó una hora, también el 27 de noviembre de 1959 se adelantó una hora para volverla a atrasar el 30 de enero de 1960.
Para el 24 de septiembre de 1973, el gobierno de Joaquín Balaguer dispuso que se adelantara una hora para reducir el consumo de energía eléctrica y enfrentar los apagones.
En Estados Unidos quieren mantener la hora
Actualmente, Estados Unidos y muchos otros países -como Haití- realizan cambios de horario, conocidos como horario de verano o de invierno, de acuerdo cómo se haga el ajuste.
La práctica en distintas naciones viene desde el siglo pasado y se atribuye al político e inventor estadounidense Benjamín Franklin el ser el primero en proponerla, en 1784, como medida de ahorro de energía.
Esta dinámica ha sido criticada por sectores que sostienen que tiene consecuencias nocivas para la salud, especialmente en el sueño, por los desajustes temporales que provoca en el organismo al hacer el cambio en el reloj. También, la asocian a problemas cardiovasculares.
En el Senado estadounidense, en marzo pasado, el mismo mes en que se cambió la hora en este 2022, también se aprobó un proyecto de ley llamado Sunshine Protection Act, para mantener el horario de verano de manera fija.
El senador republicano Marco Rubio, impulsor del proyecto, calificó de "estupidez" el cambio de hora. Opinó que la mayoría de estadounidenses quiere dejar de adelantar y atrasar el reloj.
Si se aprueba en la Cámara de Representantes y lo promulga el presidente Joe Biden, comenzaría a aplicarse desde noviembre de 2023.