Conflicto fronterizo no afecta la fuerza laboral haitiana en la región este
En el sector agropecuario no ha mermado en nada, mientras la construcción ha disminuido poco su presencia
El conflicto entre República Dominicana y Haití por la construcción de un canal para tomar agua del río Dajabón o Masacre, que llevó al cierre de la frontera y el freno a la emisión de visas, no ha disminuido de manera considerable la mano de obra de origen haitiano en la provincia La Altagracia, especialmente en los sectores construcción y agropecuario, que son las áreas que más demandan el servicio de la clase obrera haitiana.
Con esta aseveración coinciden representantes de los sectores antes mencionados de la provincia, para quienes la presencia de los haitianos ha disminuido más en las calles que en las zonas laborales.
Según el presidente de la Junta Agropecuaria La Altagracia, Ernesto del Rosario Castro, la mano de obra extranjera ha continuado su trabajo en ese sector de manera normal hasta el momento, lo que indica que la situación con el vecino país todavía no les ha afectado.
Citó que aún no se ha sentido la baja de esos trabajadores en el área agrícola y que esto se debe a que la Dirección General de Migración está realizando operativos, pero no de manera exhaustiva.
"Hay gente del sector que tiene empleados fijos haitianos y todavía los tiene. Estos no se han ido, se han mantenido", argumentó.
En cuanto a los trabajadores temporales, a los que les pagan por día, están trabajando en ese sector todavía, expuso.
A juicio de Del Rosario, esta situación solo podría afectarles en el caso de que se dé una deportación masiva de indocumentados en todos los lugares, incluyendo los puestos de trabajo.
"Esto nos afectaría si hay una recogida masiva de trabajadores extranjeros en el sector agropecuario, porque la mayoría nos quedaríamos sin obreros, que son quienes trabajan en los predios agrícolas, pues no se ve un dominicano trabajando ahí. Hasta ahora, los que andan en las calles andando, están siendo detenidos por Migración", sostuvo.
Haitianos en el sector construcción
Por el lado del sector construcción, los trabajadores extranjeros están "recogidos", aunque no en su mayoría, entiende el Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (Codia) y los Maestros Constructores.
Para el presidente del Codia, Genner Alexander Garrido, si la situación se intensifica puede generar pérdidas que todavía no pueden cuantificar.
"Esto sería una retranca grande para el sector, en el sentido de que la mayoría de la mano de obra que se utiliza en la construcción de la provincia La Altagracia es de carácter extranjero", expuso.
Aseguró que, de momento, están preparando algunos planes de contingencia, pero no reveló en qué van a consistir estos.
A su entender, esta situación afectará diversos sectores y, en el ámbito de la construcción, no solo se vería afectada la mano de obra per se, sino también se incluiría el transporte de los materiales que van desde un punto a otro en el país.
En otro orden, comentó que emplear la mano de obra dominicana no necesariamente aumentaría los gastos de las obras en construcción, porque la mano de obra extranjera no está saliendo económica.
"Un ayunante cualquiera cobra 2,500 pesos, es decir, está cobrando bastante razonable", indicó, al considerar que este puede estar ilegal y no pagar impuestos. Sin embargo, entiende que la mano de obra criolla, para ellos, es el plan A.
Otra parte del sector construcción, específicamente la Asociación de Maestros Constructores de la provincia La Altagracia, especifica que todavía no se puede decir que ha disminuido la mano de obra haitiana porque la situación está muy reciente.
A juicio del presidente de la entidad, Ramón Terrero, si llega a darse la escasez de mano de obra extranjera, esto no afectaría en nada, debido a que los trabajadores de la construcción dominicanos han sido desplazados por la mano de obra extranjera.
Recordó que, según el Código Laboral dominicano, en su Artículo 135, la normativa para regular la contratación de mano de obra extranjera en las empresas establece un 80/20. Es decir, 80 % dominicanos y 20 % de personal extranjero.