El Tratado de Libre Comercio de América del Norte 2.0 se paraliza mientras México elige un nuevo presidente
MÉXICO. Por la guerra comercial y la cercanía electoral, las negociaciones del TLCAN se encuentran en una especie de punto muerto, siendo muy poco probable que se cierre la modernización este 2018 y dejando las conversaciones en manos del futuro mandatario de México.
A finales de mayo, el ministro de Economía, Ildefonso Guajardo, redujo al 40 % la posibilidades de lograr el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) antes de los comicios presidenciales del 1 de julio, pero subió el porcentaje al 80 % para finales de año.
Pero hace apenas unos días, y en medio de un aumento de la tensión con Estados Unidos por la imposición de aranceles al acero y aluminio, Guajardo redujo a “algo más del 50 %” una posible solución a estas complejas negociaciones para finales de año.
“El TLCAN 2.0. lo volveremos a negociar el año que entra. Pero pienso que sí lo vamos a poder hacer, porque tenemos avances sustantivos”, dijo hoy a Efe el especialista en Negocios Internacionales del Tecnológico de Monterrey, Manuel Valencia, quien recordó que, entretanto, se mantiene el convenio del 1994.
El jefe para las Negociaciones del TLCAN del sector privado en México, Moisés Kalach, reconoció esta semana que la negociación se encuentra en un momento “complejo y difícil”, pero recordó que “los calendarios no se acaban” y que queda todavía “una ventana de oportunidad”.
Porque ya hay cerca de 15 capítulos cerrados en el TLCAN, subrayó, pese a frentes abiertos como las reglas de origen en el sector automotriz o la cláusula ‘sunset’, que busca una revisión periódica y eventual salida del TLCAN.
Esto en medio de las últimas amenazas u ocurrencias del presidente de EE.UU., Donald Trump en torno al tratado, como la de negociar acuerdos bilaterales con Canadá y México.
“Veo muy difícil que se cancele porque los grupos y estados grandes (de Estados Unidos) se han beneficiado mucho del TLCAN. Mi pronóstico es que no se va a romper”, aseveró a Efe el analista internacional Juan María Naveja.
En este contexto, los plazos son determinantes. México enfrenta unos comicios presidenciales el 1 de julio que apuntan a un cambio de rumbo, pues el líder izquierdista Andrés Manuel López Obrador encabeza todos los sondeos.
En Estados Unidos se celebrarán Legislativas en noviembre, lo que puede cambiar la configuración del Congreso, controlado hoy por los republicanos, dando un vuelco a las negociaciones.
Del lado mexicano, y aunque el nuevo mandatario no asumirá su cargo hasta principios de diciembre, una de las principales incógnitas es saber cómo actuará un Ejecutivo eventualmente encabezado por López Obrador.
El izquierdista, con una receta económica en la que aboga por el comercio internacional pero a la vez defiende conceptos como la autosuficiencia alimentaria, anunció en marzo que, de vencer los comicios, su jefe negociador del TLCAN sería el economista Jesús Seade Helú.
Para Valencia, aunque la retórica de López Obrador va a “dejar claro en dónde México no se va a mover”, la esencia de las conversaciones se mantendrá, porque al final el abanderado de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), de ganar los comicios, recibirá un país “empantanado” en lo económico.
“Con un precio del petróleo muy bajo y endeudado. (López Obrador) va a entender que necesita este tratado”, indicó Valencia.
No obstante, para Naveja la posible llegada de López Obrador a la Presidencia de México acarreará un “cambio muy fuerte”. Pero de manera algo paradójica, porque tanto Trump como el líder izquierdista se caracterizan por su “desconocimiento comercial” y un enfoque proteccionista de la economía.
En este contexto, la negociación del TLCAN “entraría en una interrogante mucho más pronunciada”, agregó.
A la espera de una resolución de este convenio comercial de enorme valor para México, que destina cerca del 80 % de las exportaciones al país vecino, uno de los principales termómetros de la economía mexicana se tambalea.
El peso se depreció por encima de las 20 unidades por dólar esta semana, un valor que no alcanzaba desde febrero del 2017.