Fines contradictorios

El problema de las buenas obras es que casi siempre cuestan dinero. Jóvenes idealistas decidieron que el desarrollo de la inteligencia artificial era demasiado trascendental para la humanidad, razón por la cual no debía dejarse en manos de consorcios interesados en su propio beneficio. Vislumbraron un mundo en el que esa tecnología revolucionaria fuera puesta al servicio de todos, sin ser apropiada por alguien en particular. Concluyeron que para esa finalidad era esencial que las innovaciones fuesen de libre disponibilidad y acceso. Y con ese propósito crearon OpenAI, una entidad sin fines de lucro, cuyo personal científico estaba comprometido con ese objetivo.

Su equivocación fue subestimar los costos de desarrollar la tecnología. Inicialmente creyeron que éstos consistirían esencialmente en gastos laborales, pero pronto se percataron de que requerían invertir grandes sumas en equipos, energía y otros renglones. Optaron entonces por una solución creativa. Establecieron otro segmento de la entidad, éste con fines de lucro para poder atraer inversionistas, ofreciéndoles la posibilidad de utilizar la tecnología en diversas aplicaciones específicas de su interés, pero tuvieron el cuidado de poner el control de dicho segmento en las manos del segmento original sin fines de lucro.

Aunque creativa, la solución era potencialmente inestable, dado que involucraba una combinación de fines distintos, implicando decisiones respecto de cuáles avances iban a uno u otro lado. Especialmente conflictivo fue el hecho de que los fondos aportados por los inversionistas, entre ellos Microsoft, nada parecido a una organización filantrópica, eran en la práctica controlados por los directivos del segmento sin fines de lucro.

Las tensiones emanadas de la combinación generaron controversias que condujeron a un rompimiento entre los directivos, motivando que Microsoft extendiera una oferta de trabajo para todo el personal, y reclamara - y obtuviera - la modificación de la estructura gubernativa de la entidad.

Gustavo Volmar

• 

Doctor en Economía de Columbia University especializado en empresas, mercados, pronósticos y riesgo.