Uno de trece
No es seguro que los beneficios económicos del cambio hacia China hubieran sido necesariamente superiores a los de la ayuda taiwanesa
De haber ganado la oposición las elecciones presidenciales en Paraguay, serían doce y no trece las naciones que aún mantienen relaciones diplomáticas con Taiwán. Pero la victoria del candidato del Partido Colorado, en el poder desde hace decenios, implicó la continuación de los vínculos entre ambos países, a pesar de los intentos de China por hacer que los paraguayos se pasaran a su bando. De haberlo hecho, sólo hubieran seguido el camino recorrido por la gran mayoría de las naciones, incluyendo la República Dominicana, que por lo general decidieron romper con Taiwán motivados por el interés de recibir préstamos e inversiones de China, así como aprovechar las posibilidades que su vasto mercado parece constituir.
Permanecer como el único país sudamericano que rehúsa doblegarse ante la realidad del poderío chino, puede lucir como un gran sacrificio, resultante de anteponer consideraciones políticas a la conveniencia económica. Dado que la línea ideológica del partido gobernante es conservadora, es posible postular que su solidaridad con Taiwán proviene de sus principios conceptuales, orientados en este caso a defender la libre empresa y la existencia de una nación amenazada por un vecino totalitario.
No es seguro, sin embargo, que los beneficios económicos del cambio hacia China hubieran sido necesariamente superiores a los derivados de la ayuda taiwanesa. Esto así en parte porque muchas de las ventajas potenciales del cambio involucran inversiones, proyectos, acuerdos y contratos, los cuales son muy mal vistos por los EE.UU., lo que implica que su puesta en marcha podría provocar represalias estadounidenses. Por esa razón, sobre todo para naciones pequeñas ubicadas en la esfera geográfica de los EE.UU., los lazos económicos con China no abarcan todas sus posibilidades, limitando su impacto, pudiendo este último ser menor al de la cooperación taiwanesa.
No sabemos, claro está, si Paraguay hizo ese cálculo, ni el peso que pudo haber tenido en el mantenimiento de su status quo diplomático.