Acuerdo salarial
Un aumento salarial como respuesta a la inflación, no como resultado de incrementos en la productividad laboral, es una forma de subsanar una distorsión económica
Todos estuvieron de acuerdo, el Presidente, el Ministro de Trabajo, organizaciones empresariales, sindicatos, partidos políticos, iglesias y entidades sociales. Coincidieron en que había que aumentar el salario mínimo. Como era un asunto de justicia y equidad que concernía a gran parte de la población, oponerse tajantemente al incremento, o fijar niveles aceptables rígidos, no favorecía la imagen pública de quienes lo hicieran. Era mejor estar de acuerdo, discutir los detalles más adelante, y culminar el proceso haciendo un anuncio formal del acuerdo logrado.
Un aumento salarial como respuesta a la inflación, no como resultado de incrementos en la productividad laboral, es una forma de subsanar una distorsión económica. Mientras los precios de los bienes y servicios suben, es usual que los salarios aumenten menos o se queden estancados. La consecuencia es una disminución de la capacidad de compra de los asalariados y sus dependientes, creando presiones sociales que crecen a medida que el tiempo pasa y se amplía la disparidad entre las variaciones de los precios y los salarios. No es una situación que se pueda ignorar indefinidamente sin que perjudique la estabilidad política.
Pero el aumento tiende a agravar la inflación, por su impacto sobre los costos de producción, lo que implica que su función es esencialmente redistributiva, en favor de los beneficiados por el reajuste, pero en perjuicio de los trabajadores informales, pensionados, desempleados y demás personas fuera del ámbito del aumento.
Evaluaciones de mercados laborales en países subdesarrollados revelan que un porcentaje variable, por lo regular elevado, de las empresas informales, dejaría de ser viable si se le aplicaran las disposiciones salariales establecidas para el sector formal. Eso significa que los aumentos dispuestos en un momento dado para las empresas formales, sólo se transmiten con retraso a las informales, en tanto que el impacto sobre los costos y precios se manifiesta más rápidamente.