De fósiles a renovables
La escasez y los incrementos de precio representan un serio desafío para los países que dependen de gas importado
Por un tiempo, el uso de gas natural para generar energía fue presentado y promovido como una solución ideal. Los anuncios de nuevas unidades que usaban ese combustible, o acerca de la conversión a gas de plantas existentes movidas con petróleo, eran noticia de primera plana en los periódicos, motivo de júbilo y celebraciones por ser pasos de avance en dirección a una ansiada liberación de la tiranía petrolera. Poco se mencionaba que el gas natural era también un combustible no renovable, que teníamos que importar por no tenerlo en nuestro territorio. Toda la atención estaba volcada en sus alegadas ventajas, ambientales y de otra índole.
Como consuelo, hay que añadir que esa complacencia no fue exclusivamente nuestra. Lo mismo sucedió en Europa y en otros países de Latinoamérica, al punto de que asegurar el suministro de gas se convirtió en un objetivo primordial dentro de las estrategias energéticas.
El despertar de ese sueño ha sido brusco. La escasez y los incrementos de precio representan un serio desafío para los países que dependen de gas importado, lo que se refleja en la notable apreciación mundial del dólar estadounidense. No se trata sólo de una grave vulnerabilidad de los sistemas de generación de energía, sino que los peligros de la dependencia se extienden hasta la disponibilidad de materias primas y productos intermedios procedentes de industrias que emplean gas para operar.
Se debate actualmente el efecto que esa precariedad tendrá sobre el desarrollo de fuentes renovables de energía. La opinión más generalizada es la de que muy a corto plazo el efecto será reducido, ya que por el tiempo requerido para la puesta en marcha de nuevas instalaciones, dicho efecto se limitará al aumento en el aprovechamiento de la capacidad existente. A mediano y largo plazo, sin embargo, se anticipa un efecto significativo, a juzgar por las modificaciones que están siendo implementadas en los planes de inversión de los generadores y empresas industriales.