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Para que el sector privado se interese, la labor debe ser rentable. Eso hace posible que... su precio de mercado exceda el nivel asequible...

No deja de ser sorprendente que decenios de debate no hayan sido suficientes para zanjar definitivamente la controversia acerca del papel de los estados en las economías. Hoy en día es un tema de actualidad que emerge y ocupa un lugar prominente en las campañas electorales y en las plataformas programáticas de los partidos políticos. La causa de su notable persistencia radica en que el debate se nutre de las desigualdades sociales, y éstas a su vez están presentes en todos los sistemas gubernativos.

Las experiencias históricas han favorecido el planteamiento de que el rol del estado debe ser subsidiario, actuando sólo en aquellas actividades que el sector privado no pueda desempeñar adecuadamente. Como en muchas otras cosas, sin embargo, el problema está en los detalles. Esto así porque interviene un juicio de valor respecto de la labor realizada, pudiendo ocurrir, como con frecuencia sucede, que el sector privado esté dispuesto a llevar a cabo una tarea, pero que se considere que el estado puede hacerlo mejor. En esos casos, quienes abogan por una intervención estatal más amplia, entenderán justificado que el estado se haga cargo de dicha tarea.

Aparte de las connotaciones políticas involucradas, en el trasfondo figuran elementos económicos. Para que el sector privado se interese, la labor debe ser rentable. Eso hace posible que aunque pueda desempeñarla bien, su precio de mercado exceda el nivel asequible para los usuarios a los que debe llegar. En principio, el estado podría subsidiar esa diferencia a fin de que el sector privado asuma el compromiso, pero para los partidarios de la gestión estatal este mecanismo implica asignar fondos públicos en beneficio de particulares, perder el control sobre los resultados y dejar de cumplir funciones que le corresponden.

La consecuencia es que en países como los EE.UU., el Reino Unido, Colombia, Chile y Brasil, el rol del estado sea un tema candente, divisivo y aprovechado por las facciones en su lucha por el poder.

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Doctor en Economía de Columbia University especializado en empresas, mercados, pronósticos y riesgo.