Negocios esenciales
Sólo los negocios proveedores de productos considerados como esenciales fueron autorizados a permanecer abiertos, aunque con varias limitaciones.
Las ayudas estatales concedidas a los negocios durante la pandemia, fueron por lo general motivadas por el temor a las consecuencias de los despidos o suspensiones de trabajadores, que en países con sistemas de seguros de desempleo hubieran conducido a mayores solicitudes de compensaciones, y que donde ese seguro no existía hubieran implicado la necesidad de dar ayudas gubernamentales para prevenir una crisis social. Por lo tanto, de no ayudar a las empresas a cubrir sus nóminas, el costo habría recaído de todos modos sobre las finanzas públicas.
Las dificultades de las empresas obedecieron a dos causas fundamentales, que podían actuar por sí solas o en combinación. Algunas vieron la demanda por sus bienes y servicios descender agudamente, por involucrar un mayor peligro de contagio, y otras fueron forzadas a cerrar por las autoridades. En esas condiciones, sus ingresos por ventas disminuyeron, generándoles pérdidas y agotando sus disponibilidades de efectivo. Sólo los negocios proveedores de productos considerados como esenciales, tales como bancos, estaciones de combustibles y supermercados, fueron autorizados a permanecer abiertos, aunque con varias limitaciones.
Pero lo peculiar de esa situación es que como los apoyos estatales se dirigieron a las empresas paralizadas, las que suplían bienes y servicios esenciales usualmente no fueron auxiliadas. La razón, por supuesto, fue la percepción de que no lo necesitaban, lo que no era cierto para todas ellas. Algunas redujeron sus ventas por falta de suministros, otras sufrieron un deterioro en sus cobros, y también las hubo que mostraron importantes descensos en las ventas de parte de su gama de artículos.
La clasificación del negocio varió de un lugar a otro. En la Florida, algunos condados calificaron sus clubes de golf como esenciales. Y en Berlín, la venta de bicicletas recibió igual calificación, al ser menos riesgoso andar en ellas que usar el transporte colectivo.