Yacaira le saca filo al balonmano
SANTO DOMINGO. Yacaira Alexandra Tejeda Peña no es un nombre sonoro para la República Dominicana. No por eso deja de ser una figura que está dejando sus huellas en España, donde se juega una de las mejores ligas del mundo del balonmano.
Tejeda, integrante de la selección dominicana e integrante de la medalla de bronce panamericana de los Panamericanos de 2011 lleva ya cuatro años como refuerzo División de Honor Femenina (nombre de esa liga) en España.
Con su labor da muestras que también del balonmano se puede vivir. "Actualmente es mi profesión", dice. Ha reforzado en el en el Feve Balonmano Gijón, en el Salud Tenerife y actualmente en Adesal Córdoba. Son cuatro años de refuerzo.
Otros deportistas que han destacado en España como refuerzos son, en baloncesto, Eulis Báez: seis años; James Feldeine, tres; Eloy Vargas, uno. En voleibol, Cosiris Rodríguez, ocho; y Milagros Cabral, tres. El más sonado fue Chicho Sibilio, pero jugó como nativo en España. "La verdad es que me siento orgullosa, que deportistas de nuestro país estén reforzando fuera de nuestra tierra y que estén dando la talla en sus respectivos equipos", dijo.
Un récord
Jugando con el Adesal Córdoba, la quisqueyana, nativa de Azua, marcó un récord con 17 goles al Rocasa Ace, de Gran Canaria. Eso ocurrió el pasado 25 de enero, pero su equipo perdió 29-30, pero la hazaña fue destacada por medios españoles. "La verdad que anotar 17 goles en un partido contra el segundo mejor equipo de la liga es asombroso", señaló a DL. "Más viniendo de una pivote, donde depende de las demás jugadoras principalmente de la primera línea".
Su mayor cantidad marcada, recuerda, fue en un partido contra Japón, cu-ando perforó la portería en 10 ocasiones, alrededor, dice sin precisar, de 2010.
Tiene cinco semestres de sicología industrial en la O&M, una carrera que terminará en algún momento. En lo que eso llega, no pierde el tiempo, y en España ha realizado un módulo de secretariado, contabilidad y cocina. "Algunas veces nos enfocamos mucho en algo, y lo demás lo dejamos pasar. Y el barco casi nunca pasa dos veces por nuestras vidas", dijo.