El país se ve afectado por islas deportivas en construcción de obras
Un plan de desarrollo deportivo es necesario, igual que una de distribución de instalaciones
La construcción de instalaciones deportivas proliferan cada vez más en República Dominicana: ya sea en multiusos, estadios o canchas abiertas.
La ausencia de un censo impide conocer de forma precisa la cantidad de obras deportivas diseminadas en los 48, 442 kilómetros cuadrados de la geografía dominicana.
Dos puntos marcan las construcciones deportivas en la República Dominicana: la mayoría de canchas abiertas o techadas son, de forma predominante para baloncesto y en buena medida, quienes las reciben la manejan como su feudo.
En un nivel superior, ya en el alto rendimiento, la situación es muy similar.
República Dominicana, históricamente está diseñada cada instalación para cada deporte.
Es la dirección que lleva el deporte dominicano: las islas deportivas. Dirigentes deportivos dominicanos han dejado de lado algunos ejemplos en el escenario internacional, en el que han sido testigos de instalaciones o espacios deportivos compartidos.
El último ejemplo es Chile, país sede de los Juegos Panamericanos 2024. Una obra en particular: el Centro de Deportes de Contacto. Allí compartían karate, taekwondo y judo.
Es un país con una base económica superior a la de República Dominicana y decide apostar por una instalación con esa forma.
En el país, en tanto, karate y taekwondo, un pabellón contiguo al otro en el Centro Olímpico, serán remodelados por los Juegos Centroamericanos Santo Domingo 2026, pero cada uno en su lado, para remachar el tipo de historia del país al repartir instalaciones.
El presidente de la Federación Dominicana de Karate, José Luis Ramírez ha sido partícipe de que estos dos deportes coexistan en el metraje que ambas comparten.
Los pabellones de boxeo y pesas están justo al lado. Y para la cantidad de metros que poseen esas cuatro estructuras, bien podrían ir en una misma zona.
Si se dejaran solo los de contacto, bien judo, karate, taewkondo, boxeo y lucha podrían compartir todo un moderno edificio, o cuatro de estos deportes. Pero no será así.
El espacio es tan significativo, que podrían tener un buen gimnasio para pesas, baño sauna, hidromasaje, un gran salón de formación y claro sus oficinas técnicas y administrativas.
Si judo o lucha pasara a ser parte de esa mega estructura, entonces ese espacio estaría disponible para otras áreas.
La planificación o distribución de obras ha fallado en otros casos. En los Panamericanos de 2003, en el Parque del Este, a tenis de mesa se le hizo un super pabellón, que bien pudo ser compartido con bádminton.
En ese mismo parque, pesas tiene un pabellón en el Parque del Este y éste a su vez tiene un área de calentamiento. Pero también tienen un pabellón en el Centro Olímpico.
Así como es urgente la creación de un plan de desarrollo deportivo, también urge formar una dirección estratégica de instalaciones.
Si se produjera una reingeniería con la ubicación de esos deportes, eso desahogaría más la presión deportiva sobre otras entidades que buscan sus espacios. Bádminton podría ocupar el puesto de una de esas obras. Además, el pabellón de karate, voleibol o Palacio Nacional de Voleibol se usa para varios actos ajenos al deporte. Si se rediseñara el plan, se creara un espacio solo para eventos y eso no frenaría la práctica deportiva por préstamos de canchas. Además, el Comité Paralímpico Dominicano pasaría a ocupar una oficina digna, no por pena, si no por logros alcanzados, además de que el discurso oficial ha sido la inclusión. Los paralímpicos, por ejemplo, requieren de un pabellón modelo, en el que pueden desarrollar siete deportes. Un sueño, que todavía no se ve en el horizonte.