Saltadora busca oro en Mundial, con Ucrania en la mente
“Cuando hay una guerra, es muy complicado decir que una ciudad es segura”, dijo
Se requirieron tres días de viaje en automóvil para que Yaroslava Mahuchikh escapara de Ucrania, tras el comienzo de la guerra. La campeona en salto de altura no sabía cuándo podría volver.
Durante la huida, Mahuchikh escuchó disparos. Alguna vez vio caer las bombas, a unos kilómetros de distancia.
Dnipro, la localidad donde nació, estaba lejos del frente de batalla tras la invasión rusa, pero Mahuchikh no pudo sacudirse el temor cuando dijo adiós a su madre, padre, abuelo y hermana. Podía ser la última vez que los veía.
“Cuando hay una guerra, es muy complicado decir que una ciudad es segura”, dijo Mahuchick.
Cuatro meses después de aquel viaje aterrador para cruzar la frontera con Serbia, la deportista de 20 años está en el Mundial de atletismo al otro lado del mundo, en Eugene, Oregon.
El sábado, avanzó sin problema en la ronda eliminatoria, y es favorita para ganar un oro el martes, en parte porque su principal adversaria, la tricampeona mundial Maria Lasitskene, es rusa y no puede competir debido a la guerra.
Sebastian Coe, el presidente de World Athletics, dijo que, ante las dificultades por las que han pasado los 22 ucranianos que compiten en el Mundial tan sólo para llegar aquí, sería “inconcebible” pensar en que la delegación rusa pudiera haber obtenido un permiso para competir contra el país invadido.
Mahuchikh coincide. En una serie de entrevistas y correos electrónicos con The Associated Press, dijo que, si bien la relación entre ella y Lasitskene siempre fue cordial, no era de amistad. Ahora está rota sin remedio.
“Ella escribió que no puede competir porque es rusa”, dijo Mahuchikh acerca de una carta abierta publicada recientemente por Lasitskene, en la que criticó a Coe y al presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach. “Y nuestra gente muere porque es ucraniana. No quiero ver a estos asesinos en la pista, porque son realmente asesinos, un montón de deportistas que apoyan esta guerra”.
Algunos la han apoyado efectivamente. Es el caso de un puñado de gimnastas, incluido Ivan Kuliak, quienes usaron un símbolo con una “Z” como muestra de respaldo a la guerra, apenas a unos pasos de un deportista ucraniano en un podio, durante una competición reciente de la Copa Mundial.
Poco después, los dirigentes de la gimnasia despojaron a Kuliak de la medalla y lo suspendieron un año.
Otros rusos han promovido la paz, incluido el tenista Daniil Medvedev, a quien se prohibió jugar en Wimbledon este año, y Alex Ovechkin, quien juega hockey sobre hielo para los Capitals de Washington.
Lasitskene, quien ganó en los Juegos Olímpicos del año pasado y ha obtenido tres títulos mundiales consecutivos, mostró conmiseración por los sufrimientos de los ucranianos.
“Experimentan lo que ningún ser humano debería experimentar jamás”, escribió.
Sin embargo, recordó que la expulsión de los rusos de las competiciones deportivas no puso fin a la guerra.
“Al contrario, creó una nueva, alrededor y dentro del deporte, lo que es imposible de contener”, indicó.
Luego de su peligroso viaje a Serbia, Mahuchikh reanudó los entrenamientos y trató de recuperar una sensación de normalidad.
Su madre, hermana y sobrina lograron salir del país y están en Alemania.
“Es mejor para ellas haber ido allá”, dijo. “Podemos seguir en contacto y me pueden mandar cosas. Puedo relajarme un poco más y estar concentrada, al saber que ellas están seguras”.
Su padre y abuelo se quedaron en Dnipro, unos 400 kilómetros al sureste de Kiev. Mahuchikh dice que están bien por ahora.
Mahuchikh, quien obtuvo el bronce el año pasado en los Juegos Olímpicos de Tokio y antes se había coronado prácticamente en todos los niveles juveniles desde 2017, se proclamó también monarca del Mundial bajo techo.
Ahora entiende que sus saltos pueden conseguir algo más importante que las medallas.)
“Me di cuenta de que en el atletismo y en el salto de altura, yo podía demostrar el poder y el espíritu fuerte de toda la nación ucraniana”, indicó. “Podía mostrarle al mundo que pelearemos hasta el final, hasta que ganemos”.
Algún día, Hahuchikh espera llevar esa presea de vuelta a casa. Tal vez después de la final de este martes tendrá dos.
Pero no hay modo de saber cuándo volverá, si es que lo hace, o cómo estará su país entonces.
Mentalmente esto es algo pésimo, muy difícil", expresó. “Pero creo que cuando ganemos y volvamos a nuestras vidas recordaremos por siempre este periodo”.