Rechazados los recursos de Valcke y Al-Khelaifi y el juicio continua
El Tribunal Penal Federal de Bellinzona reanudó a mediodía la audiencia a Valcke
El juicio por un caso de derechos de televisión al antiguo número 2 de la FIFA Jérôme Valcke y al presidente de beIN Media y del PSG, Nasser Al-Khelaifi, se reanudó este martes en Suiza después de que los recursos de las defensas fueran rechazados.
El Tribunal Penal Federal de Bellinzona reanudó a mediodía la audiencia a Valcke, que puede ser sentenciado con hasta cinco años de prisión, así como a Al-Khelaifi, abordando el fondo del dosier, tras una primera jornada marcada por los ataques al procedimiento.
Los tres magistrados suizos rechazaron los argumentos de la defensa, que estimó que el caso estaba "sucio" y "contaminado" por sospechas de connivencia entre la fiscalía suiza y la FIFA.
La defensa se refería al caso abierto tras la revelación de encuentros informales entre el antiguo jefe de la fiscalía suiza Michael Lauber y el actual presidente de la FIFA, Gianni Infantino, por los que ambos están investigados por "obstruir procesos penales".
Pero nada permite establecer "que los medios de prueba en el presente caso estarán viciados" por el otro, estableció el tribunal.
Tras esta primera decisión, los jueces escucharon al antiguo secretario general de la FIFA, brazo derecho hasta 2015 del antiguo presidente Joseph Blatter.
La justicia le reprocha a Valcke, principal acusado, haber favorecido la cesión al gigante catarí beIN Media de los derechos audiovisuales para Oriente Medio y el Norte de África de los Mundiales 2026 y 2030 a cambio de "prebendas indebidas" de manos de Al-Khelaifi.
"El dinero se quema"
Según la acusación, el caso habría comenzado el 24 de octubre de 2013 con la promesa por parte del dirigente catarí de que compraría una villa en Cerdeña por cinco millones de euros (5,94 millones de dólares), y le concedería el uso exclusivo a Valcke y después le cedería la propiedad a todos los efectos dos años después "si se mantenía la confianza".
Valcke, francés de 59 años, antiguo periodista de Canal+ y a continuación experto en el mercado de derechos de televisión, explicó "no tener ingresos" desde su caída en desgracia en 2015, a la que siguió una suspensión de diez años decidida por la justicia interna de la FIFA.
"Sin trabajo, con una familia, les aseguro que el dinero se quema muy rápido", resumió, contando que tuvo que deshacerse de un yate y joyas, teniendo "desde 2017 la incapacidad de abrir una cuenta bancaria en Europa". Todo esto le llevó a divorciarse el año siguiente para que su mujer pudiera tener una a su nombre.
"He iniciado un proyecto de agricultura y espero que las cosechas me den ingresos en los próximos meses", explicó, añadiendo que tuvo "dos o tres tentativas" de reconvertirse, "contaminadas" por intervenciones de la FIFA.