Otra vez el Real Madrid
El Real Madrid avanza entre polémicas
Excúseme, estimado lector, si la columna de hoy se torna muy ´merengue´ para su gusto, pero lo vivido la semana pasada en el fútbol europeo provoca que todas estas líneas vayan dedicadas en su totalidad al Real Madrid.
En Champions, le tocó definir la eliminatoria de cuartos de final fuera de casa ante el Manchester City, el vigente campeón y, para mi gusto, el equipo que mejor juega en todo el mundo. Las circunstancias llamaban a la épica y a la grandeza; ambas respondieron. Se encontró el gol necesario para resistir el vendaval del conjunto inglés que dominó de principio a fin, es cierto; que tuvo más chances, también, pero en todos los deportes, saberse defender bien cuando toca te asegura el resultado y el Madrid tiene a un italiano de entrenador, quien sabe muy bien el significado de la palabra "catenaccio". Ya en penales, conocedores de la historia de este torneo podrían presagiar el desenlace: Lunin de héroe y pase a semifinales.
El domingo, se jugó el clásico en un Bernabéu con un ambiente para la ocasión. Un partido de mucho nivel con detalles que me gustaron del lado de ambos equipos. Las emociones en cancha se reflejaron en la alternabilidad del resultado, que varió en favor de uno y de otro hasta la conclusión del gol de Bellingham sobre la hora que terminó definiendo el partido y también la liga, en que once puntos a falta de seis jornadas es una sentencia irrevocable.
Lamentablemente, las polémicas arbitrales se hicieron presentes, la posible falta en el gol Christensen, el penal de Lucas Vásquez, que para mí no fue, el gol no dado a Lamine son, al fin y al cabo, decisiones sobre aspectos que forman parte del juego, errores o aciertos de un resultado que ahora el presidente del Barcelona pretende objetar, amenazado incluso con acudir a la justicia ordinaria, lo que sería un mal precedente para la regulación y los estamentos deportivos que funcionan a través de sus instancias especiales alejadas de los avatares diarios del derecho común. Cortina de humo para desviar la atención de los meses duros que se le vienen a este gran club, cerrando una temporada sin títulos y con la responsabilidad de encontrar un nuevo entrenador a quien confiar un proyecto que, como se ven las cosas, costará mucho estructurar.
Ahora bien, la verdad sea dicha, no hay justificación para que una liga como la española no tenga implementada la tecnología en la línea de gol como herramienta de auxilio a los árbitros. Mientras esa decisión llega, el Real Madrid acaricia su trigésimo sexto alirón.