El Estadio Quisqueya necesita descanso
Luego del fatídico incendio del Séptimo Cielo, al Coloso del Ensanche La Fe, el Estadio Quisqueya-Juan Marichal, con 62 octubres en las costillas, como a los carros viejos le suena todo y como a los viejos desde que se nubla le duelen las coyunturas, y si usted es viejo lo sabe porque los años no perdonan, pesan y pisan y no precisamente las arrugas.
Investigando sobre la situación del terreno del parque capitalino me informaron que el “Drenaje” hace alrededor de siete años que no se limpia, por lo tanto los conductos deben estar obstruídos, tapiados y es normal por falta de mantenimiento. Que conste en acta que ese drenaje era la tarjeta de presentación ya que chupaba más líquido que un “venque” en un billar.
El Estadio Quisqueya-Juan Marichal necesita descanso, es un año entero de foete ya que le sirve de escenario a la Liga Paralela de Béisbol, la Liga Colegial de Fútbol y de ñapa conciertos musicales como como el del cantautor guatemalteco Ricardo Arjona y su gira Circo Soledad el proximo 10 de febrero. Y en tiempo de pelota se juega diario por ser sede de dos clubes.
En cuanto a la lona los Toros del Este le dieron un “hold” al Quisqueya y ese gesto no tiene precio.
No hay dudas, el Quisqueya necesita atención, reitero descanso, porque llegó el momento de meterle mano y no debemos colocar su remodelación en el círculo de espera.
Con la finalidad de proteger a la niñez, el 16 del 2003, los dueños de equipos de las Grandes Ligas establecieron el mínimo de edad en 14 años para los carga bates.
El cambio en las reglamentaciones se estableció debido a la colisión en el pentágono durante el quinto juego de la Serie Mundial del 2002 entre los Gigantes de San Francisco y los Angelinos de Anaheim, cuando Darren Baker, pequeño hijo de Dusty Baker, de 8 años de edad, estuvo a punto de ser colisionado durante una jugada. Antes de esto no había edad límite para los recoge bates. Una decisión correcta que se ha cumplido al pie de la letra.
Un día como hoy: 1960, Ed Roebuck, pitcher de los Leones del Escogido, en la victoria 12x4 sobre los Tigres de Licey, en el Estadio Trujillo, logró su novena victoria sin derrotas, primer pitcher que termina invicto en la historia de la Lidom.
1977, Miguel Diloné, Aguilas Cibaeñas, se roba la segunda base en el sexto episodio, ante los Leones del Escogido, su hurto 44 de la estación , nueva marca nacional.
1997, los Leones del Escogido realizan 27 outs sin asistencias a los Azucareros del Este. Para registrar esta hazaña le hicieron 16 outs a los Toros con elevados, 10 por la vía del ponche y un rolling a la primera base sin asistencia.
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