Xavier Batista, despedido a los 21 años, 18 meses sin jugar y hoy jonronea en Japón
Es segundo en el liderato de cuadrangulares con 17 palos
Hiroshima Carp lo rescató en 2015 e hizo el gran negocio
Xavier Batista, un desconocido en el universo del béisbol dominicano, azota el máximo nivel del béisbol japonés desde el curso pasado y esta campaña marcha segundo en el departamento de cuadrangulares.
Pero la carrera de Batista pudo terminar el 31 de julio de 2013 cuando los Cachorros lo dejaron libre tras firmarlo en 2009 cuando tenía 17 años por un bono bajo.
Este jardinero izquierdo de escaso contacto (.232 en seis temporadas) a pesar de su fortaleza su poder no lo desarrolló en una carrera que tuvo en Clase A- como máximo grado (25 jonrones en 875 turnos y slugging de .390) y un elevadísimo número de ponches (281).
De hecho, tras el despido de los Cubs los siguientes 18 meses los pasó fuera del béisbol hasta que cazatalentos de la academia de Hiroshima Carp en su natal San Pedro de Macorís lo animaron a unirse a los entrenamientos a principio de 2015 y en el otoño logró un contrato de liga menor para la campaña siguiente.
En el verano de 2017 el fornido jugador de 6’3 y 190 libras firmó un contrato que hoy es una ganga; seis años a razón de US$47,000 la temporada con un bono de firma de US$100,000.
“Yo tenía potencial, así que quería intentarlo de nuevo”, le dijo Batista al diario Japan Times en un amplio reportaje de 2017.
Una nota donde el toletero confesó que lo primero que haría al cobrar el dinero era comprarles un carro a sus padres.
El despegue
Su debut en la Liga del Pacífico ese año tuvo un discreto .256, 11 jonrones y 26 remolcadas, pero lo mejor estaba por venir. Dos de esos cuadrangulares llegaron el primer y segundo día que jugó y así se convirtió en el primer jugador que lo logra en la pelota del Imperio del Sol Naciente.
El Escogido, en el último sorteo de novatos de la Lidom bajo la gerencia de Moisés Alou y donde Vladimir Guerrero Jr., fue su primera selección, tomó a Batista en el puesto 64 (ronda 11), aunque solo vio acción en cuatro partidos con un hit en nueve turnos.
Ya en 2018 el escenario fue suyo. Tras mandar siete pelotas para la calle en 124 turnos en liga menor cuando el equipo que juega en una de las ciudades devastadas por la bomba nuclear durante la Segunda Guerra Mundial lo subió le pegó fuego al pitcheo con 25 palos de cuatro bases y 55 vueltas remolcadas en 302 turnos.
En la medida que aumentó su tiempo de juego también su salario recibió un considerable aumento, como estipulan los contratos en la pelota japonesa, además de los incentivos por desempeño.
Un ritmo jonronero que todavía está lejos de la marca para criollos en la liga, los 41 de Tony Blanco en 2013.
Entre mejores bates
Hoy, Batista es segundo en cuadrangulares entre ambas ligas (Pacífico y Central) con 17, solo detrás del japonés Hayato Sakamoto (20). También marcha segundo en total de bases (120) y es séptimo en bateo con .312.
El quisqueyano también marcha cuarto en remolcadas (38), un departamento donde aparecen nombres familiares que pasaron por el Big Show como el curazoleño Wladimir Balentien (37), el puertorriqueño Neftalí Soto (36), el cubano Dayan Viciedo (32), el japonés Nori Aoki (22), el mexicano Christian Villanueva (19) y el cubano Alexander Guerrero (18).
Una actuación que ha despertado el interés en la oficina escarlata por contar con ese bate, aunque como van las cosas cada batazo que pega lo aleja más de jugar en invierno.