Si las figuras no aceptan recortes salariales peligra temporada de béisbol
Boras ha sido el primero que ha pedido a sus clientes que no acepten el intento de las Grandes Ligas
La crisis financiera ha empeorado de manera alarmante con la pandemia del coronavirus
El enfrentamiento abierto entre las estrellas de las Grandes Ligas y los dueños de los equipos en torno a la reducción de salarios que se necesita hacer antes que pueda iniciarse la temporada regular del 2020 se mantiene sin avances.
Mientras las estrellas insisten, apoyados por sus agentes que representan sus intereses, como es el caso del todo poderoso Scott Boras, que no van a cambiar lo pactado el pasado 26 de marzo, cuando dueños y sindicato aceptaron que se redujeran sus salarios a una tasa prorrateada basada en una temporada más corta, lo dueños aseguran que eso ya no tiene valor.
La crisis financiera ha empeorado de manera alarmante con la pandemia del coronavirus y ahora las Grandes Ligas han propuesto una serie de reducciones escalonadas que causarían que las principales estrellas reciban los mayores recortes.
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Los salarios iban a oscilar entre los 563.500 dólares a jugadores con el mínimo de las grandes ligas y 36 millones de dólares para el jardinero Mike Trout, de los Angelinos de Los Angeles, y el abridor Gerrit Cole, de los Yanquis de Nueva York, este último cliente de Boras.
Según el acuerdo de marzo, el rango se reduciría a aproximadamente de 285.000 dólares a 18 millones para la temporada regular de 82 partidos que las Grandes Ligas han propuesto para la temporada del 2020.
Ahora, con la propuesta económica presentada esta semana por las Grandes Ligas, el rango se reduciría a aproximadamente de 262.000 dólares a ocho millones, incluidas las acciones de un bono que todos los jugadores recibirían si se juega la postemporada.
Boras ha sido el primero que ha pedido a sus clientes que no acepten el intento de las Grandes Ligas de reducir sus salarios multimillonarios y les recuerdan que sin su presencia en los campos los partidos no se podrían disputar.
La filosofía de Boras es que los propietarios deben hacer uso de los ingresos y ganancias récords de los últimos años y les paguen a los jugadores los salarios prorrateados que acordaron aceptar.
Boras, el agente más conocido del béisbol y representaba a 71 jugadores en listas activas y listas de lesionados hasta el pasado 31 de agosto, la mayor cantidad entre firmas representativas de jugadores, también creen que los dueños pueden afrontar la crisis económica con los activos que poseen.
El propio Boras, a través de su compañía, con sede en Newport Beach (California), negoció más de 1.200 millones de dólares en contratos durante la temporada baja.
Boras también ha puesto al descubierto los grandes prestamos que los dueños de los equipos solicitaron para conseguir comprar sus franquicias, renovaron estadios o urbanizaron terrenos al lado de los campos.
Las Grandes Ligas han permitido ese tipo de especulación y de acuerdo a Boras es en ese apartado donde los dueños tienen los graves problemas financieros no en el pago de los salarios.
"Los propietarios ahora quieren que los jugadores tomen recortes salariales adicionales para ayudarlos a pagar estos préstamos. Quieren un rescate financiero y además gratis", destacó Boras en el comunicado que les envió a sus clientes. "Los dueños tienen la solución, que les ofrezcan a los jugadores parte de las acciones de propiedad del equipo, pero no que les ayuden de forma gratuita".
Sin embargo, otros jugadores que no están representados por Boras, han calificado su asesoría como intromisión en los asuntos sindicales y le han pedido que mantenga su agenda personal fuera de lo que son los verdaderos intereses de todos los profesionales.
Por su parte, los dueños tampoco han querido hacer ningún comentario sobre la asesoría de Boras, pero fuentes cercanas a las Grandes Ligas ya han advertido que sin la aprobación de nuevos recortes salariales el inicio de la temporada regular en las Grandes Ligas "no será posible".
Desde el 2016, los jugadores en las Grandes Ligas han tenido salarios promedios que se han acercado hasta los 4,4 millones de dólares.
La crisis financiera y laboral en el béisbol de las Grandes Ligas, que corre peligro su temporada 2020, contrata con los acuerdos que se dan en otras ligas profesionales.