Abolición Cláusula de Reserva y Agencia Libre, van rumbo a liberación béisbol dominicano
En el próximo torneo de béisbol otoño invernal podríamos transitar el camino de la libertad de trabajo para los peloteros con la sepultura de la cláusula de reserva y el derecho a la agencia libre, métodos esclavistas que aún ahogan la relación obrero-patronal en el béisbol.
Si la Federación de Peloteros, bajo la presidencia de Erick Almonte logra este importante paso, se vivirá una primavera de ensueño y de respeto, una época dorada para este pasatiempo.
Nelson Liriano y Joaquín Andújar fueron víctimas de la cláusula de reserva por el Escogido y el Licey y un gran número de beisbolistas que harían bien larga esta violación al derecho individual.
¿Cómo se vivió este proceso en las Grandes Ligas?
El 7 de octubre de 1969, los Cardenales de San Luis y los Filis de Filadelfia acordaron realizar un cambio que involucraría a siete jugadores, del equipo de San Luis, Curt Flood y del equipo de Filadelfia, Dick Allen eran las piedras angulares de esta transacción.
Flood no aceptó ser cambiado a Filadelfia, él sentía que en esa ciudad no eran bien recibidos los jugadores afroamericanos.
Lo más importante, él sentía que debería tener el derecho a decidir en dónde quería jugar béisbol. En un principio, Curt estaba preparado para el retiro en lugar de aceptar el cambio. Tiempo después, en lugar del retiro, decidió pelear.
El 24 de diciembre, Flood envió una carta al Comisionado de las Grandes Ligas, Bowie Kuhn, delineando su posición. “Después de doce años en las Grandes Ligas,” escribió Flood, “No siento que soy una pieza de propiedad para ser comprada y vendida sin considerar mis deseos. Creo que cualquier sistema que produce esos resultados, viola mis derechos básicos como ciudadano y es inconsistente con las leyes de los Estados Unidos y de los Estados Soberanos.”
Curt Flood esperaba jugar en la temporada venidera, pero quería el derecho de considerar ofertas de otros equipos.
El hecho de que los jugadores sintieran que estaban siendo tratados como una propiedad no era nuevo y tenía ya una larga historia.
Haciendo eco en los sentimientos de un sin número de jugadores en décadas pasadas, Flood creía que la cláusula de reserva del béisbol, la cual efectivamente ligaba a un jugador a un equipo a perpetuidad, era una violación a los derechos básicos del jugador y le negaba la oportunidad de controlar su propia carrera.
La respuesta de Kuhn para Flood, reiteraba lo que los Comisionados y los dueños de equipos habían estado diciendo por décadas: Para términos de su contrato, los derechos eran controlados por los equipos y por lo tanto, él estaba obligado a jugar con los Filis.
Flood recurrió a su abogado y después a Marvin Miller, director ejecutivo de la Asociación de Jugadores de Ligas Mayores y les dijo que quería demandar al béisbol de Ligas Mayores. No sería la primera vez que el béisbol fuera llevado a las Cortes sobre este tema.
En 1922, la Suprema Corte de los Estados Unidos, escuchó un caso traído por la Liga Federal desafiando al monopolio del béisbol de Ligas Mayores.
El Alto Tribunal argumentó que las Ligas Mayores no estaban comprometidos en un comercio interestatal y por lo tanto estaban exentos de las leyes anti monopolio del país. Por lo tanto se continuaría ejerciendo la cláusula de reserva.
Con éste y otros precedentes, Miller le comunicó a Flood que no tenía ninguna oportunidad de ganar y de seguir con el caso, pondría en peligro su carrera como jugador. Aún así Curt Flood siguió adelante y presentó una demanda judicial en la Corte Federal de New York.
El caso de Flood pasó a manos de la Suprema Corte en 1972.
Como se esperaba, al caso de “Curt Flood contra Bowie Kuhn y otros,” la Corte mantuvo la decisión de la Cortes inferiores y se resolvió a favor de las Grandes Ligas con una votación de 5 a 3.
El Juez Lewis Powell se desvinculó del caso debido a su relación con el dueño de los Cardenales de San Luis.
Los ex jugadores Jackie Robinson y Hank Greenberg testificaron a favor de Flood.
Los abogados defendieron la cláusula de reserva como si trajeran importantes beneficios y estabilidad al deporte, así lo acordó también la Suprema Corte de Justicia.
Por otra parte se reconocía que en efecto, el béisbol era un comercio inter estatal y su cláusula de reserva era “una anomalía.”