Carlos Santana: "Convertirme en ambidiestro me hizo otro pelotero"
Con 17 años no atraía la atención, pero el ajuste lo cambio todo
Carlos Santana cumplirá 38 años en la primera semana de la próxima campaña, pero viene de agotar una temporada entre Pittsburgh y Milwaukee de 23 jonrones, 86 remolcadas, 2.6 victorias sobre jugador reemplazo (WAR) y fue segundo en votos al Guante de Oro en la inicial en la Liga Nacional, que lo hace un agente libre atractivo.
Este 2023 será imborrable para quien fuera el receptor del equipo dominicano que ganó el Clásico Mundial hace una década. Se convirtió en el primer ambidextro duartiano en alcanzar los 300 cuadrangulares y es apenas uno de nueve hombres que han bateado a ambas manos en alcanzar la cifra en la historia de la MLB.
Santana atiende a DL desde su móvil en Florida, donde ya arrancó la preparación con trabajos en el gimnasio desde las 7:30 de la mañana con una entrenadora personal con la que lleva tres años, y reflexiona sobre cómo aprender a batear a la zurda le cambió su vida y a su familia en una carrera de 14 campañas que le ha pagado US$94,6 millones en salarios.
"Empecé tarde. Fue cuatro meses antes de firmar, con 17 años. Para un scout poderme ver yo era chiquito, 140 libras, jugando shortstop y no corría. Un scout me dijo, ´para tú poder llamar la atención tienes que ser ambidextro´. Entonces empecé a batear a la zurda, me gustó y me quedé", dice Santana. "Eso ha sido lo mejor que me ha pasado. Al ser ambidextro siempre tengo más oportunidades de jugar".
Oriundo de Los Mameyes (SDE), jugaba en la liga Juan Carlos Ramos (Villa Duarte) y recuerda que su entrenador Rafael Báez y un asistente conocido como "El Maestro" se lo sugirieron. Pero ver que Neifi Pérez y Abraham Núñez lo hacían con el Escogido lo convenció.
En agosto de 2004, con 18 años, los Dodgers lo firmaron por US$75,000, fue cambiado a los Indios (hoy Guardianes) en 2008 y desde 2010 ha sido fijo en las Grandes Ligas, ya con 1930 juegos en su espalda.
"Para serte sincero, ser ambidextro no es fácil, el ambidextro nunca está bien de las dos manos, siempre hay una que está más ready que la otra; mayormente están más ready a la zurda que a la derecha, pero los números cuentan igual", dice Santana, que con 1213 boletos es el dominicano con el porcentaje más alto (14.8%) entre los que alcanzan las 5,000 apariciones.
"No sé cuándo desarrollé la habilidad de tomar bases por bolas, de no hacer swing a pitcheos fuera de la zona. Realmente le puse más atención cuando me dijeron que las bases por bolas eran importantes, pero no lo sabía", dice.
Prefiere a los derechos
De 414 jugadores de posición dominicanos que han llegado a las Grandes Ligas hay 101 con la habilidad de batear a ambas manos.
"En mi caso, hay veces que no quiero ver ni un (lanzador) zurdo, porque no quiero batear a la derecha. Es un balance, si vas a trabajar en el cage (caja de bateo) tienes que tomar 20 swings tienes que tomar 10 y 10, a cada mano, no importa cómo te sientas en cada mano, es difícil, se pueden contar con una mano los que tienen 400 jonrones ambidextros (solo cinco). Mira cuántos de una mano hay con 700 jonrones (cuatro) o con 600 (13). Eso te dice lo difícil. Se ve bonito, pero es difícil", dice Santana.
De esos 301 cuadrangulares que acumula 223 llegaron a la zurda, contra derechos. De hecho, solo ha agotado siete turnos bateando a la derecha contra lanzadores derechos en su carrera en la MLB.
Ese repunte que tuvo este 2023 lo logró luego de un 2022 donde parecía que sus días en el Gran Circo se acababan antes del cambio a Seattle. En Kansas City asegura que no era feliz con el entrenador (Mike Matheny) y moverse a los Marineros le inyectó oxígeno, como se refleja en su desempeño. "Soy un jugador que donde no me siento bien no produzco".
¿Escogido?
Santana se define como escogidista desde niño, sigue cada juego de Lidom, tan al día que el miércoles sabía que los escarlatas no jugaban y se divierte cuando comenta cómo vivió el debut de Tony Peña. Se entrena junto a Vladimir Guerrero Jr., y Manuel Margot, con quien comenta el día a día de la liga.
Si bien Santana no quiere retirarse sin volverse a uniformar con los rojos dice que la cantidad de juegos que disputa cada año (salvo 2020 nunca ha jugado menos de 131 desde 2011) y su condición de negociar contratos a corto plazo han complicado su regreso al circuito dominicano.