Con Soto y Tatis Jr., en titulares, así negoció Seattle el pacto de Julio Rodríguez
Es el contrato de más duración y que puede pagar más dinero en Grandes Ligas
Cuando el 18 de julio en Dodger Stadium el mundo del béisbol veía a Juan Soto superar a Julio Rodríguez en el Derby de Jonrones, Jerry Dipoto se convenció de que no querer verse en poco tiempo en la incómoda posición de los Nacionales para retener a Soto, a quien ni siquiera lo sedujeron con US$440 millones para quedarse.
Soto ganó el Derby y eventualmente fue cambiado a los Padres, pero Rodríguez y los Marineros fueron los mayores ganadores. Su popularidad se disparó a nivel nacional. Pasó de la próxima gran estrella de los Marineros a la próxima gran estrella del béisbol.
Entonces Dipoto, el gerente general de los Marineros, llamó a Ulises Cabrera, el agente de Rodríguez en Octagon, y comenzó una negociación intensa de siete semanas con docenas de intercambios de e-mail, llamadas, mensajes de textos y entrevistas en persona que ha terminado sellando el pacto más largo que se ha rubricado en la historia de las Grandes Ligas, uno que puede darle hasta US$470 millones al jardinero dominicano.
Dipoto, el ejecutivo que recién llegado a los Angelinos en 2011 convenció a los dueños de otorgar US$240 millones a un Albert Pujols ya con 32 años, aseguró en la rueda de prensa que se trata del pacto “único” que ha tenido que confeccionar en sus 21 años de carrera dentro de oficinas de béisbol.
Puntos en común en la mesa: asegurarse de que Rodríguez, al ceder su oportunidad de llegar a la agencia libre a los 26 años y posiblemente recibir en arbitraje el pago más grande de la historia, no cobre por debajo.
Al mismo tiempo, evitar que los Marineros reduzcan el riesgo de comprometer la franquicia si, por alguna razón, Rodríguez no estaba a la altura de las prodigiosas expectativas que el joven de 21 años ha construido en virtud de una espectacular temporada de novato.
Fue discordante para ambas partes cuando, en medio de las negociaciones, se supo que Fernando Tatis, había sido suspendido por fallar una prueba de dopaje.
“Estas cosas son tan delicadas que cualquier cambio en el viento puede hacer que todo desaparezca”, dijo Cabrera a The Seattle Times. “Y entonces sí, era preocupante. Ciertamente fue algo que podría haber creado un proceso de pensamiento diferente y [los Marineros] simplemente diciendo: 'Oye, dejemos esto atrás, volvamos a evaluar dónde estamos'... Pero creo que hay una confianza suprema en quién es Julio”.
Relación, estructura
Cabrera conoció a Rodríguez mientras jugaba en la Dominican Prospect League (DPL), una plataforma creada por él junto a un grupo de entrenadores en 2010. En 2017 los Marineros firmaron al jardinero con 16 años por US$1,5 millones desde el programa de Mícalo Bermúdez.
En 146 años de historia de las Grandes Ligas solo 389 jugadores ha alcanzado las 18 temporadas por las que J-Rod se está comprometiendo. De ese grupo hay 17 dominicanos.
Las negociaciones requirieron del involucramiento del jugador, una distracción que no parece haberle afectado en medio de una campaña de debut donde encabeza las preferencias al Novato del Año.
El acuerdo rubricado el sábado le entrega a Rodríguez, de inmediato, un bono de US$15 millones y los otros US$105 MM entre 2023 y 2029 en una escala ascendente para dar margen al equipo de construir una nómina competitiva sin que sus desembolsos sean un problema.
“Inicialmente en las negociaciones, no fijamos nada en ganar el MVP”, dijo Dipoto en la rueda de prensa. “Ese era Julio. Julio quería que supiéramos que estaba decidido a hacer estas cosas. … Encontré eso notable porque podría haber optado por caminos mucho más fáciles que tener que salir a ganar premios MVP.
“Pero cuando tienes el tipo de talento que él tiene y la confianza que tiene en sí mismo, estás dispuesto a apostar por ti mismo y él apuesta por sí mismo. Como resultado, le dimos una serie de mordiscos a la manzana en función de qué tan arriba llegó en la cadena alimenticia”, explicó el ejecutivo.
Con el caso de Ronald Acuña (que pactó por US$100 millones por ocho años) las partes tenían referencias para ni sacar ventaja ni ceder. Se buscaba un punto medio, un equilibrio donde no parezca un “atraco” para ninguno.
Condiciones para extenderlo
Si el desempeño del de Loma de Cabrera está a la altura, Seattle tiene la llave para extender el pacto tras 2028. De no quererlo, está en poder de Rodríguez encender el botón por otros US$90 millones y cinco años.
Si Rodríguez no recibe votos para el MVP en los primeros siete años del pacto el equipo puede activar una extensión máxima de ocho años y US$200 millones.
Si figura entre los 10 más votados para el MVP en dos o tres temporadas el pacto subiría a US$260 millones y ocho campañas.
Si aparece entre los 10 más votados para el MVP en cuatro años la extensión sube a US$260 millones y ocho zafras.
Si conquista el MVP y, a la vez, finaliza entre los primeros cinco en otra ocasión o termina entre los cinco más votados aun no lo gane se eleva a US$280 millones por ocho años.
De ganar dos veces el MVP o terminar cuatro veces entre los primeros cinco en las votaciones aun no se lleve el galardón se dispara a US$350 millones y 10 años.