Más inflación y estancamiento, el escenario que espera a los argentinos en el futuro inmediato

Maximiliano Madrigal vive en Morón, suburbio de Buenos Aires, y vende en el mercado local una yerba mate que Argentina exporta a Oriente Medio. Después de las elecciones presidenciales del 19 de noviembre en las que el ultraliberal Javier Milei venció al peronista Sergio Massa, su proveedor le aumentó un 40 % los precios.

"Yo sé quien tiene que decirle a los distribuidores más chicos que a partir de tal día sube un 40 %. A los que más conozco por ahí se le sube un 20 % y el otro 20 % lo asumí yo porque los conozco y sé que la situación económica no da para subirles un 40 % de una (vez)", asegurá el comerciante.

Maximiliano también sufre en carne propia los incrementos cuando va al supermercado. Tras los comicios, el Gobierno peronista autorizó alzas del 20 % dentro del programa Precios Justos, pero hay dudas de que este plan continúe el 10 de diciembre cuando Milei, crítico de los controles, asuma la presidencia argentina.

En otro suburbio de Buenos Aires, Avellaneda, Gastón Mora preside el Centro de Panaderos. Después de las elecciones, la harina se encareció 40 % y Mora teme que suba otro 150 % si Milei quita un subsidio que reciben las panaderías para abaratar el pan.

"Baja el consumo, porque si vos le ponés un 20 % de aumento, automáticamente te merma ese 20 %. Porque el que viene con 300 pesos o 400 pesos sigue viniendo con el mismo dinero, pero lo que le entra cada vez es en el caso del pan es menos flautitas", aseguró el representante gremial.

Argentina sufre una inflación del 142 %, pero Milei ha advertido de que subirá aún más en los primeros meses de su gobierno porque liberará lo que él llama precios “reprimidos” por los controles, como los de los supermercados, la energía, el agua potable, el transporte público, el combustible, la medicina privada y los productos importados.