Testigos detallan espionaje a Assange por empresa española por encargo EE.UU.
El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, fue víctima de un espionaje sistemático a favor de EE.UU. por la empresa de seguridad española encargada por Ecuador para protegerle en su embajada en Londres, según declararon este lunes varios testigos en un tribunal español.
El tribunal de la Audiencia Nacional española investiga si la empresa UC Global, que tuvo a su cargo la seguridad de la embajada ecuatoriana en Londres entre 2015 y 2018, espió a Assange y a otras personas durante ese período.
El exjuez español Baltasar Garzón, coordinador del equipo legal de Assange -detenido en el Reino Unido a la espera del final de su juicio de extradición a Estados Unidos-, apuntó directamente a ese país como destino de ese espionaje y lo calificó de 'agente de persecución'.
En declaraciones a la prensa tras su declaración judicial, Garzón afirmó que en su testimonio explicó que UC Global reportaba 'con regularidad, minuciosa y pormenorizadamente' lo que hacía el equipo de defensa de Assange.
Proceso de extradición a EE.UU. 'contaminado’
Por ello, consideró que el procedimiento legal en Estados Unidos contra Assange está 'totalmente contaminado', porque éste sufrió 'una persecución política en la que se han quebrantado todas las normas del debido proceso y se ha actuado con pruebas falsas'.
Garzón recordó también que, al asumir la coordinación de la defensa de Assange, él también fue objeto de una 'vigilancia específica' en una reunión que mantuvo en Madrid con el expresidente ecuatoriano Rafael Correa, quien también 'fue objeto de seguimiento y de rendimiento de información' hacia 'los servicios de inteligencia de Estados Unidos', también presuntamente a través de UC Global.
El juez español que investiga el caso, José de la Mata, decidió la pasada semana admitir a trámite una querella de Correa por el supuesto espionaje a su persona y a su familia, también por UC Global, y por el que prestará declaración más adelante desde su residencia de Bélgica, a donde se trasladó tras dejar la Presidencia ecuatoriana en 2017.
El dueño de UC Global, David Morales, está imputado en este caso por presuntos delitos de encubrimiento y revelación de secretos cometidos fuera de España.
Otro testigo que declaró hoy fue el excónsul ecuatoriano en Londres entre 201518, Fidel Narváez, quien señaló que el supuesto espionaje también le alcanzó a él y a otros diplomáticos de la legación en la capital británica.
Espionaje a abogados y diplomáticos, según testigo
'No sólo había un espionaje en contra de Assange, sus colaboradores, su equipo de abogados (...) sino también contra los diplomáticos', afirmó Narváez en declaraciones a Efe tras su declaración judicial.
'Es imposible argumentar que no hubo espionaje', recalcó quien también fuera primer secretario de la embajada.
Narváez describió que UC Global instaló un sistema tecnológico en la embajada con 'micrófonos ocultos en lugares estratégicos' y cámaras que grababan reuniones y situaciones que no debían registrar.
Agregó que en su comparecencia judicial se le mostró lo que definió como 'documentación falsificada' para 'justificar el espionaje', como una 'supuesta correspondencia' entre la empresa y funcionarios ecuatorianos, incluido el antiguo embajador, en la que supuestamente se pedía grabar ciertas reuniones.
Además, denunció la 'intrusión' en los sistemas informáticos de la embajada y en los ordenadores de los diplomáticos.
También declaró hoy Stella Morris, pareja de Assange y madre de dos de sus hijos, e igualmente miembro de su equipo legal, quien también relató otros episodios del presunto espionaje de UC Global.
Assange fue sacado por la fuerza de la embajada por la policía británica en 2018 después de que el Gobierno del actual presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, le retirara su protección diplomática.
El periodista y activista está actualmente en la prisión británica de máxima seguridad de Belmarsh, al sureste de Londres, a la espera de la segunda fase del proceso de extradición solicitado por Estados Unidos, que le reclama por haber filtrado documentos confidenciales.
Garzón explicó hoy que Assange, de 49 años, está 'mal, pero un poco mejor', y se encuentra a la espera de que el 6 de septiembre continúe el proceso sobre su extradición a Estados Unidos.
Una eventual decisión de la Justicia británica de entregar a Assange a Washington supondría 'una violación' del derecho de defensa y un 'ataque' a la libertad de expresión y acceso a la información, sostuvo Garzón.
Para el jurista español, el australiano es un periodista que fue perseguido 'por revelar hechos gravísimos de crímenes contra la humanidad' y corrupción a través de WikiLeaks.
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