Países de Oriente Medio reflexionan sobre el regreso de Trump a la presidencia

En cumbres realizadas en Baréin y en Qatar se habló de Trump en sesiones abiertas

El regreso del presidente electo, Donald Trump, es un tema de interés para los países del Medio Oriente. (AP Foto/Heather Khalifa)

Este fin de semana, en deslumbrantes salones en Oriente Medio, las discusiones sobre las guerras y el caos que azotan la región dieron paso a una pregunta fundamental: ¿qué sucederá cuando el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, asuma el cargo el mes próximo?

En cumbres realizadas en Baréin y en Qatar, autocracias vecinas del Golfo Pérsico con una larga historia de rivalidad fraterna, se habló de Trump en sesiones abiertas, charlas en voz baja y reuniones al margen entre políticos, diplomáticos y oficiales militares uniformados.

Las razones para las conversaciones son muchas. Entre las principales están la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza, con más de 44,000 palestinos muertos, y el frágil cese al fuego que se mantiene en Líbano.

La conducta de Israel en ambas guerras, provocadas por el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023 contra Israel, que provocó la muerte de 1,200 personas y donde otras 250 fueron tomadas como rehenes, enfureció al mundo árabe en general.

Apoyo de Biden

El gran apoyo que el presidente Joe Biden ha dado a Israel desde entonces ha distanciado a muchos. El príncipe saudí, Turki al-Faisal, un prominente miembro de la realeza que dirigió el servicio de inteligencia del reino durante más de dos décadas y sirvió como embajador en Estados Unidos y Reino Unido, se refirió directamente a los mensajes en línea de Trump sobre las guerras.

“Los países amigos de la región esperan que el señor Trump continúe lo que comenzó antes —traer PAZ, con mayúsculas, a Oriente Medio”, dijo el príncipe en el Diálogo de Manama del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos en Baréin.

“Los países del Golfo, incluido el mío, Arabia Saudí, están dispuestos a caminar con usted, señor presidente, para alcanzar este noble mandato. Es tiempo de que Estados Unidos, bajo su presidencia, cambie el curso de esta atormentada región”.

Crisis israelí-palestina

El príncipe Turki subrayó el llamado estándar saudí por una paz que requiere una solución de dos estados para poner fin a la crisis israelí-palestina, que ya ha durado décadas, con una capital palestina en Jerusalén oriental, y la Franja de Gaza y Cisjordania con las fronteras de 1967 y completamente bajo control palestino.

Pero en 2020, en su primer mandato, Trump presentó un plan de paz fuertemente inclinado hacia la visión nacionalista de línea dura del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para la región y que dejaba de lado muchas de las demandas fundamentales de los palestinos.

Por su parte, el gobierno de Biden no avanzó en el conflicto antes del ataque de Hamás. Barbara A. Leaf, la principal funcionaria para Oriente Medio del Departamento de Estado de Estados Unidos, dijo que el ataque de Hamás “sumergió a la región en un conflicto renovado”, en breves comentarios hechos en un evento paralelo en Baréin.

Situación inestable

En el Foro de Doha en Qatar, el ministro de Relaciones Exteriores de Noruega, Espen Barth Eide, se refirió a Oriente Medio antes del ataque del 7 de octubre como “una situación inestable y duradera —era como un campo minado”.

A pesar de eso, la experiencia de Trump en el logro de acuerdos de reconocimiento diplomático para Israel con Baréin y los Emiratos Árabes Unidos podría hacer posible un acuerdo de paz más amplio en Oriente Medio, dijo Barth Eide.

“Creo que el mensaje de esta región es que eso es perfectamente factible. Podría haber realmente un gran acuerdo, pero tiene que suceder con Palestina”, dijo. “No es un solo conflicto, sino que hay un conflicto raíz que se conecta con todos ellos, y es la ausencia de una solución a la cuestión palestina”.

Eso se extiende hasta Yemen, donde los rebeldes hutíes, que han controlado la capital del país durante más de una década, han recibido la aclamación del mundo árabe por sus ataques a la navegación en el mar Rojo y el golfo de Adén durante las guerras.

Trump clasificó a los hutíes como un grupo terrorista extranjero, algo que el gobierno de Biden rescindió debido a su evaluación que impidió que la ayuda necesaria entrara en Yemen.

“Creo que, en Yemen, es más probable que el próximo gobierno de Trump implemente sanciones severas”, dijo el analista Mohammed al-Basha, experto en Yemen.

“Eso podría hacer que los hutíes tomen represalias... La idea de que (las sanciones) por sí solas presionarán a los hutíes a comprometerse con la paz y el cese al fuego en el mar Rojo —no creo que eso suceda”, agregó.

Luego está el programa nuclear de Irán, que según advirtió el viernes en Baréin el jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica, estaba listo para “aumentar drásticamente” su reserva de uranio de grado casi armamentístico.

Sin embargo, autoridades iraníes y el público han reflexionado abiertamente sobre si Trump pudiera llegar a un acuerdo con Irán —aun cuando fue él quien retiró unilateralmente a Estados Unidos del acuerdo nuclear que Teherán estableció en 2015 con las potencias mundiales, el cual le otorgó un alivio en las sanciones a cambio de limitar en gran medida su programa.

Y finalmente, están los propios estados del Golfo. Algunos asistentes a ambas cumbres discutieron sus planes de vuelo para tratar de asistir a los dos eventos.

Eso habría sido imposible durante la crisis de Qatar, que duró varios años y en la que Baréin, Egipto, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos rompieron vínculos y boicotearon a Qatar desde 2017 hasta enero de 2021.

La crisis comenzó después del primer viaje al extranjero de Trump como presidente a Arabia Saudí.

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