El Servicio Secreto investiga cómo el agresor se pudo acercar lo suficiente para dispararle a Trump
El FBI encabezará la investigación en conjunto con el Servicio Secreto y la policía local y estatal
El Servicio Secreto de Estados Unidos investiga cómo un hombre armado con un fusil tipo AR pudo acercarse lo suficiente para dispararle y herir al expresidente Donald Trump en un mitin en Pensilvania el sábado, un fracaso monumental de una de las tareas principales de la agencia.
El FBI indicó el domingo que el agresor era Thomas Matthew Crooks, de 20 años, quien vivía en Bethel Park, Pensilvania.
El hombre armado, que fue abatido por agentes del Servicio Secreto, realizó varios disparos hacia el escenario desde una “posición elevada fuera del lugar del evento”, indicó la agencia.
Un análisis que efectuó The Associated Press de más de una docena de videos y fotografías captados en el mitin de Trump, así como imágenes satelitales del lugar, muestra que el agresor pudo colocarse sorprendentemente cerca del escenario donde el expresidente estaba hablando. Un video publicado en redes sociales y geolocalizado por la AP muestra el cuerpo de Crooks tendido inmóvil sobre el techo de una planta de manufactura ligeramente al norte de los terrenos del Butler Farm Show, donde se llevó a cabo el evento de Trump. Una imagen distinta muestra que Crooks porta una camiseta gris con una bandera estadounidense negra en el brazo derecho y tiene una herida sangrante en la cabeza.
El techo estaba a menos de 150 metros (164 yardas) de donde Trump hablaba, una distancia desde la cual un francotirador con un nivel aceptable de precisión podría razonablemente acertar en un objetivo de tamaño humano. Para tener una referencia, 150 metros es la distancia a la que los reclutas del ejército estadounidense deben impactar una silueta de tamaño humano para poder obtener una calificación aprobatoria con el fusil M-16. El fusil tipo AR, como el que tenía en su poder el agresor en el mitin de Trump, es la versión civil semiautomática del militar M16.
El presidente Joe Biden dijo el domingo que ordenó una investigación independiente de la seguridad nacional implementada en el mitin.
El mandatario indicó que también le pidió al Servicio Secreto que revise todas las medidas de seguridad planeadas para la Convención Nacional Republicana, que empieza el lunes en Milwaukee. Audrey Gibson-Cicchino, coordinadora del Servicio Secreto para la convención, les dijo a reporteros más tarde que la agencia estaba satisfecha con lo que ella llamó su plan integral para la convención republicana.
Biden exhortó a los estadounidenses a no hacer suposiciones sobre el móvil del atacante. Dijo que los investigadores trabajan con rapidez para determinar las causas de la agresión.
“La unidad es la meta más difícil de conseguir de todas”, señaló, pero “nada es más importante que eso en este momento”.
Las exhortaciones para que se lleve a cabo una investigación provinieron de todos los bandos.
El representante republicano Mark Green, que preside la Comisión de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, le envió una carta el domingo al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, en la que le hace preguntas sobre el tiroteo y exige información sobre la protección que le brinda el Servicio Secreto a Trump.
“La gravedad de esta falla de seguridad y momento escalofriante en la historia de nuestra nación no puede ser subestimada”, escribió Green.
El Servicio Secreto no tuvo un vocero en una conferencia de prensa el sábado por la noche en la que funcionarios del FBI y de la Policía Estatal de Pensilvania informaron a los periodistas sobre la investigación del incidente. El agente especial a cargo del FBI, Kevin Rojek, dijo que era “sorprendente” que el agresor haya logrado disparar al escenario antes de ser abatido.
Integrantes del equipo de contrafrancotiradores y del equipo de contraataque del Servicio Secreto se encontraban en el acto de campaña, según dos funcionarios policiales. Los funcionarios hablaron a condición de guardar el anonimato porque no estaban autorizados a dar detalles de la investigación.
El equipo de contraataque fuertemente armado, cuyo nombre clave del Servicio Secreto es “Hawkeye”, se encarga de eliminar las amenazas para que otros agentes puedan proteger y llevarse a la persona a la que protegen. El equipo de contrafrancotiradores, conocido con el nombre en clave “Hércules”, utiliza binoculares de largo alcance y está equipado con fusiles de francotirador para hacer frente a amenazas de largo alcance.
Mayorkas dijo que su departamento y el Servicio Secreto están trabajando con la policía en la investigación del tiroteo. El mantener la seguridad de los candidatos presidenciales y sus eventos de campaña es una de las “prioridades más esenciales” del departamento, señaló.
“Condenamos esta violencia en los términos más enérgicos posibles y felicitamos al Servicio Secreto por su veloz actuación de hoy”, manifestó Mayorkas. “Estamos en comunicación con el presidente Biden, con el expresidente Trump y sus equipos de campaña, y estamos tomando todas las medidas posibles para asegurar su seguridad”.
Green también hizo notar los reportes de que el Servicio Secreto había rechazado las solicitudes del equipo de campaña de Trump para que les proporcionara medidas adicionales de seguridad. Un portavoz del Servicio Secreto, Anthony Guglielmi, dijo el domingo en la red social X que esas acusaciones eran “totalmente falsas” y que ellos habían añadido recursos y tecnología a medida que se habían incrementado los viajes en la campaña.
Green dijo que el domingo hablaría con la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle.
Exagentes del Servicio Secreto le dijeron a la AP que a Crooks nunca se le debió haber permitido el acceso al techo, y la agencia tendrá que averiguar cómo ocurrió eso. Indicaron que un error así podría haber sido causado por agentes que fueron negligentes en sus puestos o una falla en el plan de seguridad del evento.
La agencia “va a tener que revisar el plan de seguridad y entrevistar a diversas personas, desde la directora para abajo” para dilucidar qué salió mal, dijo Stephen Colo, que se retiró en 2003 del puesto de subdirector tras una carrera de 27 años en el servicio.
Colo hizo notar que los candidatos presidenciales y los expresidentes no suelen recibir el mismo nivel de protección que el mandatario en funciones. De hecho, Colo dijo que le sorprendía que la agencia hubiera enviado al evento a un equipo de contrafrancotiradores. Un recurso tan valioso —no hay muchos de esos agentes altamente entrenados— usualmente está reservado para el presidente. Los candidatos no suelen recibir ese tipo de equipos.
Timothy McCarthy, un exagente que se retiró de la agencia en 1994, dijo que “más le vale” al Servicio Secreto “efectuar un análisis profundo de qué fue lo que ocurrió allí y hacer todo lo que sea necesario para dilucidarlo”, porque el hombre armado no debería haber podido ocupar una posición estratégica como esa.
“¿Cómo se subió esa persona a ese edificio?”, preguntó McCarthy, de 75 años, que en 1981 fue herido de bala cuando el presidente Ronald Reagan fue baleado afuera del hotel Hilton en Washington. “¿Cómo ocurrió eso? Quiero decir, esa es la clave de todo. ¿Y qué medidas se implementaron para prevenirlo?”.
El republicano James Comer, presidente de la Comisión para la Supervisión y Rendición de Cuentas de la Cámara de Representantes, dijo que contactó al Servicio Secreto para recibir información y le pidió a Cheatle que se presente a una audiencia. Comer dijo que la comisión que preside le enviará una invitación formal pronto.
“La violencia política en todas sus formas es antiestadounidense e inaceptable. Hay muchas preguntas y los estadounidenses exigen respuestas”, declaró Comer en un comunicado.
El representante demócrata Ritchie Torres pidió investigar las “fallas de seguridad” en el mitin.
“El gobierno federal debe aprender constantemente de las fallas de seguridad para evitar repetirlas, especialmente cuando dichas fallas tienen consecuencias para la nación”, declaró.
El gobernador demócrata de Wisconsin, Tony Evers, publicó en la red social X que él y su personal están en contacto con coordinadores de la planeación de seguridad antes de la convención republicana. “No podemos ser un país que acepta violencia política de cualquier tipo; eso no es lo que somos los estadounidenses”, declaró Evans.
El FBI indicó que encabezará la investigación sobre el tiroteo. Para ello, trabajará en conjunto con el Servicio Secreto y la policía local y estatal.
El secretario de Justicia Merrick Garland dijo que el Departamento de Justicia “traerá todos los recursos disponibles para aportarlos a esta investigación”.
“Mi corazón está con el expresidente, los heridos, y la familia del espectador asesinado en este ataque horrendo”, declaró Garland en un comunicado. “No toleraremos la violencia de ningún tipo, y violencia como esta es un ataque a nuestra democracia”.
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