Cámara Baja de EE.UU. sigue sin presidente por desacuerdo entre republicanos
La Cámara de Representantes continúa inmersa en un caos sin precedentes
Los congresistas republicanos no han conseguido ponerse de acuerdo este miércoles para designar a un nuevo presidente de la Cámara de Representantes, que lleva más de una semana paralizada por disputas internas.
El congresista por Luisiana, Steve Scalise, designado por la mayoría de sus colegas en una votación informal a media jornada, no ha convencido a suficientes partidarios del expresidente Donald Trump para que apoyen su candidatura.
El Congreso tiene dos cámaras: el Senado, donde los demócratas del presidente Joe Biden tienen la mayoría, y la Cámara de Representantes, inmersa en un caos sin precedentes.
La mayoría de los poderes de esta institución han quedado en suspenso desde la destitución de Kevin McCarthy el 3 de octubre, víctima de las divisiones en el Partido Republicano entre moderados y trumpistas.
Como consecuencia no se puede someter a votación ningún texto, lo que impide entregar ayuda adicional a Israel, aliado histórico de Estados Unidos, tras el ataque masivo del movimiento islamista palestino Hamás el sábado. O más fondos para Ucrania.
Fracturas
Los republicanos se reunieron a puerta cerrada a las 10:00 (14:00 GMT) con la esperanza de encontrar un posible sucesor a McCarthy.
El líder del grupo, Scalise, de 58 años, ganó una votación informal frente a un candidato apoyado por Trump.
Pero para ser elegido presidente de la Cámara de Representantes, Scalise, que padece cáncer, necesita 217 sufragios durante una votación en sesión plenaria en el hemiciclo, probablemente el paso más difícil del proceso.
Y esta votación todavía no se ha programado. Podría ser cuestión de horas o días.
Varios congresistas trumpistas se oponen a su candidatura, alegando sus problemas de salud o sus posiciones presupuestarias.
"Amo a Steve Scalise, y lo amo tanto que preferiría verlo vencer el cáncer que sacrificar su salud por el puesto más difícil del Congreso", aseguró la congresista Marjorie Taylor Greene, muy cercana a Trump.
Señal de las enormes fracturas en el partido: McCarthy tuvo que esperar 15 votaciones y hacer múltiples concesiones para alcanzar la mayoría en enero. Y los republicanos quieren evitar a toda costa que esto se repita.
El Partido Demócrata de Biden es minoritario en la Cámara y, por lo tanto, se limita a seguir desde la distancia las negociaciones en el Congreso.
Aún así, Biden instó al Congreso a tomar, lo antes posible, "medidas urgentes" para "financiar" las necesidades de los aliados "en materia de seguridad nacional".
Sin un "presidente", el Congreso tampoco puede votar un nuevo presupuesto para el estado federal. El último expira en pocas semanas, dejando de nuevo a la primera potencia económica mundial en peligro de parálisis.
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