Proyecto para evitar cierre de Gobierno en EE.UU. afecta plan de ayuda contra el Sida
Consecuencias de la falta de financiamiento en el programa contra el sida
El proyecto de ley aprobado por el Congreso de los Estados Unidos para evitar el cierre de Gobierno logró que el país mantuviera su financiamiento por 45 días, pero a costa de una reducción de gastos que afectan a varias agencias y programas, entre ellos uno que por décadas ha financiado los esfuerzos globales para combatir la propagación del Sida.
Se trata del Plan de Emergencia del Presidente de los EE.UU. para el Alivio del Sida (Pepfar, por sus siglas en inglés), el cual ha sido extendido sobre una base bipartidista en el Congreso desde que el presidente George W. Bush lo creó en 2003.
Sin embargo, los legisladores estadounidenses aprobaron un acuerdo de gastos para mantener la financiación temporal del Gobierno, dejando fuera una reautorización de este programa, que ha ayudado a salvar la vida de millones de personas en varios países.
Sin esta nueva autorización, partes del programa expiraron durante el fin de semana, advierte el diario estadounidense The New York Times.
De no lograrse un conseso respecto al programa, las organizaciones que ofrecen tratamientos farmacológicos y otras formas de apoyo a los pacientes con VIH podrían tener que reducir su trabajo. Mientras que otras medidas más específicas podrían perder fondos, incluida una que brinda atención a huérfanos y otros niños vulnerables, señala el medio.
La razón detrás de la no autorización
De acuerdo con el medio, la política antiaborto de los legisladores tiene gran parte de la culpa. Esto se debe a que muchas de las organizaciones de salud que luchan contra el Sida también ofrecen servicios de aborto, por lo que los republicanos no quieren subsidiar a esos grupos.
Aunque el dinero no financia directamente los abortos, a los críticos les preocupa que el Pepfar fortalezca a los grupos que sí los proporcionan.
El proyecto de ley aprobado por la Cámara de Representantes extiende el programa solo por un año y con más restricciones contra el aborto.
Del otro lado están los partidarios, incluidos algunos republicanos, que quieren una extensión de cinco años, pero sin ningún nuevo lenguaje antiaborto, explica The Times.
Atención médica en más de 50 países
El medio estadounidense rescata que el plan de ayuda contra el Sida es considerado "un gran éxito de salud pública", ya que ha salvado la vida de unos 25 millones de personas, mientras que en algunos países ha ayudado a reducir la tasa de infecciones del virus a la mitad o más.
Esto es posible a que el programa financia servicios de atención médica en más de 50 países, también ha ayudado a construir clínicas y distribuyen medicamento antirretrovirales para el VIH, que reducen el riesgo de desarrollar Sida.
El plan también ha establecido centros de pruebas para ayudar a detectar el virus y ha alentado otras medidas preventivas, como las prácticas sexuales más seguras y la circuncisión.
Este programa es especialmente importante para las naciones de África occidental y meridional, donde muchos pacientes con el virus tienen dificultades para recibir tratamiento.
El diario enfatiza que nada en el programa financia directamente los abortos, pero los críticos se respaldan en que, a pesar de que los fondos federales no pueden ser usados en estos servicios, en algún momento se pueden destinar a dicho procedimiento.
Los críticos quieren que el programa deje de apoyar a cualquier grupo que brinde servicios de aborto, pero esto plantea un dilema para el PEPFAR, que opera en muchos países que carecen de infraestructura básica de atención médica, por lo que no puede darse el lujo de ser exigente a la hora de elegir socios.
En algunas regiones, un lenguaje estricto contra el aborto podría obligar al programa a retirarse ante la falta de socios que cumplan con sus estándares. Lo que se traduciría a más muertes por el VIH/Sida.
Estatus actual
Por el momento el programa de ayuda contra el Sida sigue financiado, pero el Congreso de los Estados Unidos no ha aprobado una extensión a largo plazo, que requiere un proyecto de ley separado, explica el medio.
De no autorizarse, el mensaje que se enviaría es que la lucha mundial contra el Sida ya no es una prioridad bipartidista en un país que vio por primera vez la destitución de un presidente de la Cámara de Representantes tras presentarse una moción para dejar vacante el puesto y que actualmente mantiene el órgano es pausa.
Los socios también se preguntarían si deberían continuar trabajando con los Estados Unidos en un tema ahora politizado.
"Sería un gran cambio con respecto al pasado", dijo Jennifer Kates, de KFF, una organización de políticas de salud.
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